El catedrático de Economía de la Universitat Pompeu Fabra, Juan José Ganuza, dice que el estudio del centro de análisis FUNCAS, pone de relieve la necesidad de ser selectivos en los fondos públicos universitat
Un estudio del centro de análisis FUNCAS alerta de que la baja representación de mujeres en estudios de ingeniería y ciencias puede derivar, a medio plazo, en una ampliación de la brecha de género en salarios y tasas de desempleo. El análisis advierte también de que las universidades privadas se han convertido en un negocio muy rentable en el que están entrando grandes fondos de inversión que las dotan de recursos a los que no pueden acceder las universidades públicas, peor financiadas y con estructuras muy rígidas. Que la oferta privada se adapte mejor a las nuevas tecnologías y a las demandas del mercado laboral, concluye el informe, es también una amenaza para la igualdad social.
Son algunas de las reflexiones que plantea el último número de ‘Papeles de la Economía’, la publicación de FUNCAS que en esta ocasión se dedica con carácter monográfico a la educación universitaria. Lo ha coordinado el catedrático de Economía y Empresa de la Universitat Pompeu Fabra, Juan José Ganuza. El propio Ganuza nos ha explicado que las carreras más feminizadas, vinculadas al área sanitaria o de los cuidados, están también entre las más amenazadas por el desarrollo tecnológico y de la Inteligencia Artificial. Es un sector en el que, en el futuro, habrá menos y peor empleo. Eso es lo que puede derivar en una ampliación de la brecha salarial de género.
El otro gran factor de riesgo es el peso creciente de las universidades privadas, alimentadas económicamente por fondos de inversión que han descubierto un sector que genera enormes beneficios. Son centros más flexibles, por las condiciones laborales del profesorado, y mejor financiados, que ofrecen titulaciones muy atractivas para el mercado. Pero son centros caros, reservados para estudiantes de la élite económica, que pueden acabar generando problemas de desigualdad social.
Este es el diagnóstico de la situación. Pero el análisis de FUNCAS propone también un tratamiento, que incluye nuevas estrategias en la oferta de estudios de las universidades públicas y un mecanismo de financiación para estos centros vinculado a la consecución de objetivos.
Lo que Juan José Ganuza explica es que una administración con recursos económicos limitados debe ser más selectiva a la hora de financiar a sus universidades públicas. Está claro, en su opinión, que hay que invertir más en el sistema, pero esa aportación de dinero debería ir ligada a la exigencia de resultados.
Desde ese punto de vista, es imposible ofertar todos los títulos en todas las universidades. Resulta mas lógico, según su análisis, caminar hacia una especialización y que sean los alumnos, apoyados por un buen sistema de becas, los que se muevan para buscar el centro que más se acomode a sus intereses.
Una última propuesta para facilitar la adaptación de las universidades públicas a los cambios tecnológicos y a las demandas del mercado: crear itinerarios más flexibles dentro de las grandes titulaciones clásicas. Hasta ahora, los centros han respondido a los cambios generando nuevos títulos o dobles grados. Más inteligente sería, nos dice Juan José Ganuza, aprovechar como base la solidez de las titulaciones tradicionales para luego crear dentro de ellas itinerarios formativos especializados.