Tenía más de 400.000 archivos de contenido pederasta. Se hacía pasar por una niña de edad similar, usando plataformas de chat y juego online para contactar con víctimas. También agredió sexualmente a una menor de 16 años
La Guardia Civil detuvo la semana pasada en Murcia a un ciberdepredador sexual que embaucaba a niñas de 8 y 9 años para obtener material pornográfico. La operación ‘Biscottu’ comenzó gracias a la denuncia de dos padres riojanos tras ver material sensible en los dispositivos de sus hijas.
Según ha explicado el portavoz de la Guardia Civil en La Rioja, Miguel Ángel Sáez, el detenido de 22 años -que se encuentra en prisión provisional sin fianza- era experto en «ocultarse en la red» y utilizaba plataformas conocidas de chat y juego online para contactar con las víctimas haciéndose pasar por una niña de edad similar.
Una vez que se ganaba la confianza de las menores, interactuaba con ellas, de forma vehemente, a través de la aplicación de mensajería ‘Zangi’ para que le enviaran contenido sexual a cambio de dinero virtual. En el momento de la detención, éste contaba con dos terabytes con más de 400.000 archivos de contenido pederasta.
La investigación sigue abierta «hasta dar a conocer todos los niños que aparecen en esos archivos», ha afirmado Sáez. Los primeros análisis llevados a cabo han determinado «de forma ineludible» que este individuo es la persona que interactuaba con las víctimas riojanas.
De este momento y hasta finalizar el estudio, a todos los soportes, se han hallado otros 300 vídeos de pornografía infantil en los que aparecen niños y niñas de corta edad, lo que ha desencadenado diversas actuaciones para lograr su plena identificación.
Al detenido se le considera presunto autor de un delito de exhibición de material pornográfico a menores, agresión sexual a menor de 16 años con acceso carnal y captación y utilización de menores para la elaboración de material pornográfico.
Uno de cada cinco niños ha sufrido algún tipo de violencia sexual
Uno de cada cinco niños ha sufrido algún tipo de violencia sexual en la infancia o adolescencia según datos del Consejo de Europa. La cifra revela un grave problema de salud pública que deja huella en los menores toda la vida y afecta a su salud mental, física, el rendimiento académico o su vida social. Anna Fábregas, pediatra del Hospital Vall Hebrón, alerta sobre la importancia de la educación afectivo sexual en todas las edades.
Pese a lo apabullante de los datos aún podrían ser mayores, según la pediatra, coordinadora de un equipo especializado en atención a la violencia en la infancia y adolescencia que es referente en todo el país. Anna Fábregas dirige esta semana talleres de prevención para especialistas en el marco del congreso anual de la Asociación Española de Pediatría.
Aunque los síntomas cambian según las edades, la experta menciona algunos signos que pueden hacer sospechar de estos abusos en las consultas de Atención Primaria. Por ejemplo, ansiedad, alteraciones del sueño, somatización, cefaleas, o cambios bruscos de conducta y rendimiento académico. Fábregas habla también del momento en el que un adolescente o un niño cuenta su problema y destaca la importancia de saber actuar y arroparle en esta revelación.
El equipo de expertos del hospital Vall Hebrón atendió en el último año más de trescientos casos de abusos sólo en Barcelona. En la actualidad, y con algunas diferencias entre comunidades autónomas, están vigentes protocolos para detectarlos. La reciente ley de protección a la Infancia de 2021, la LOPIVI, ha supuesto también un paso adelante, explica Fábregas. Todavía queda sin embargo camino por recorrer, lo primero que los abusos en la infancia dejen de ser un tema tabú.