Denuncian en San Javier que la presión urbanística en el Mar Menor se mantiene

AMARME y Banderas Negras reclaman que no se construya un hotel de 18 plantas en el solar que ahora ocupa el antiguo centro sanitario

Una veintena de organizaciones de vecinos y ecologistas del Campo de Cartagena se han concentrado esta mañana frente antiguo hospital de Los Arcos para reclamar que no se construya el hotel de dieciocho plantas que está proyectado en ese espacio. Pedro Macanás, promotor de la ILP del Mar Menor e integrante de Banderas Negras, participaba en la movilización y lamentaba que la administración autonómica «tiene en un cajón el Plan de Ordenación Territorial y no lo sacan a exposición pública para que podamos opinar».

Con la lectura de un manifiesto ha terminado la protesta que han organizado los colectivos AMARME y Banderas Negras. Representantes de varias organizaciones han sido los encargados de leer ese texto final en el que han demandado la activación de las soluciones ya planteadas para hacer frente a la crisis ambiental de la laguna salada.

No solo la administración autonómica era objeto de las reivindicaciones por parte de los colectivos convocantes. Macanás instaba a la Confederación Hidrográfica del Segura a desistir de su plan de interconexión de desaladoras.  «Es disparatada la idea de conectarlas porque el agua se debe usar en el mismo sitio que se produce, no hay que tirar la porquería en El Mojón ni perjudicar a la Comunidad Valenciana como se pretende».

En el manifiesto se instaba a la ciudadanía a tener en cuenta en las próximas elecciones la actitud de todas las formaciones políticas con respecto al Mar Menor. La presión urbanística que aún pesa sobre ese paraje era una de las denuncias que más se repetía entre las plataformas convocantes. María Ángeles Sánchez de Alianza Mar Menor, AMARME, durante la lectura del manifiesto defendía que «el derecho a la protección implica no autoridad aquellas actividades que supongan un riesgo o perjuicio para el ecosistema. Teresa Conesa, del colectivo Banderas Negras, demandaba por su parte más implicación por parte de las administraciones públicas y que se contenga de una forma real la presión urbanística sobre el Mar Menor.