CARTAGENA/ Clase magistral de Kiko Veneno en La Mar de Músicas

Dos horas y media de concierto del músico de Figueras dieron fe de un extraordinario momento a sus 69 años

cadena ser

Había expectación en un abarrotado (es un decir, ya que el aforo era el que podía ser por las medidas anti Covid-19) Auditorio “Paco Martín” del Parque Torres de Cartagena por ver a uno de los artistas españoles que a lo largo de su carrera más ha hecho por el mestizaje musical.

Y llamaba la atención que fuera su primera actuación en un ciclo que cumple este año su 26ª edición cuando este festival tiene en la apertura de mentes, las nuevas tendencias y la fusión de estilos una de sus principales señas de identidad.

Porque si algo ha hecho Kiko Veneno a lo largo de su carrera, desde su primer disco en 1977 (aquel histórico “Veneno” con los hermanos Raimundo y Rafael Amador) ha sido experimentar, buscar nuevos sonidos y sorprender con saltos al vacío que otros no se atrevían a dar.

Su concierto en Cartagena colmó todas las expectativas, con un público entregado que le pidió salir de nuevo en dos ocasiones tras despedirse, y prolongó la fiesta hasta las dos horas y media.

Arrancó con piezas como “Los delincuentes”, y a lo largo del show fue desgranando canciones clásicas como “Echo de menos”, “Dice la gente”, “Hace calor”, “Coge la guitarra”, “El mosquito suicida” o “Superhéroes de barrio”.

En la parte central del concierto interpretó los temas de sus dos últimos álbumes “Sombrero roto” y “Hambre”, que ha visto la luz hace pocos meses. En ellos se abunda en un giro estilístico que le acerca a la música electrónica, sin perder su esencia de raíz popular.

Y para el fin de fiesta una sucesión de canciones intergeneracionales, himnos trasmitidos de padres a hijos, como “En un Mercedes blanco”, “Joselito”, “Volando voy” (la pieza que compuso para Camarón y que se incluyó en el rompedor álbum “La leyenda del tiempo”, con la que dio por terminado un concierto que alcanzaba ya dos horas y media que se pasaron en un suspiro.

En los bises brilló una pieza de reciente composición, interpretada solo con guitarras acústicas y voz: la preciosa “Obvio”, una muestra más del momento de inspiración en que se encuentra un músico en plenitud.

Se hizo acompañar de su banda habitual, muy encajada tras largos años de carretera, y dejó en el público de Cartagena la sensación de haber visto y oído algo grande.

Derby Motoreta's Burrito Cachimba
Derby Motoreta’s Burrito Cachimba / La Mar de Músicas

Derby Motoreta´s Burrrito Kachimba

Este sexteto sevillano ha sido una de las grandes revelaciones musicales de los dos últimos años, y sus buenos presagios se vieron interrumpidos por meses en blanco a causa de la pandemia, de los que ahora intentan resarcirse. En Cartagena actuaron en el Escenario Repsol de la UPCT ante un público entregado a un estilo peculiar que hacen llamar “kinkidelia”, fusión de quinquis y psicodelia, ya que en su actitud y estética se adivinan reminiscencias del cine macarra de los años 80 y su música es heredera del rock andaluz progresivo que abanderó Triana, con influencias internacionales al estilo de Pink Floyd.

Es una formación a seguir, con una arrolladora fuerza en el escenario y su presencia en La Mar de Músicas es una buena noticia, teniendo en cuenta que el festival cartagenero se precia de tocar con la varita del éxito a quienes actúan en ella en sus pasos iniciales en la música.