Carlos Rojas hace volar al Murcia

El equipo grana remonta en el campo del Betis Deportivo (1-2) y se queda a un solo punto del líder, el Ceuta, que pasará el domingo por Nueva Condomina.

GREGORIO LEÓN  ORM
06 ABR 2025 – 18:01
Rojas

Carlos Rojas, celebrando el gol de la victoria. Foto: Real Murcia

GREGORIO LEÓN

Un actor secundario ha salvado al Murcia. Carlos Rojas, jugador bajo sospecha, de una calidad que a veces entra en contradicción con sus decisiones, salió del banquillo en la Ciudad Deportiva Luis del Sol ante el filial del Betis para brindarle una victoria que le deja a un solo punto del líder, el Ceuta, que pasará el domingo sábado por Nueva Condomina. Más allá de los efectos clasificatorios, el triunfo ofrece más lecturas. Los ascensos se consiguen también en días malos. Es la segunda remontada del equipo en toda la temporada. La más inesperada.

Fue un Murcia discontinuo, endeble, de prestaciones limitadas en la primera parte. Quizá fue deliberado, ceder metros al Betis Deportivo para luego pillarlo con los pantalones bajados a la contra. Pero ese plan fue cada vez más arriesgado. Expansivo el filial bético, se fue creciendo. Primero amenazó con un remate de cabeza Mateo Flores que salvó Gazzaniga, también protagonista en un segundo disparo, con muy mala idea, de Pablo García. El balón y las ocasiones eran de los locales. El Murcia, medroso, sin proyección en ataque, quedaba muy lejos de la versión que demandaba el partido. 

Las complicaciones crecieron tras el descanso. Víctima del muermo, laxo, el equipo grana llegaba tarde a los duelos. A la amarilla que ya tenía Isi Gómez se sumó la de Yriarte, irreconocible. El entrenador se vio obligado a tomar decisiones, dándole protagonismo a Juan Carlos Real y a Moha. Las transiciones concedieron más opciones a los verdiblancos. Y Pablo García provocó una falta al borde del área. Perfecta para él, ideal para un zurdo. Y no la desaprovechó. El vuelo de Gazzaniga fue inútil. Y un jugador de aportación residual este curso, Carlos Rojas, devolvió el empate. Se zafó de un rival que lo encimaba y buscó el momento y ángulo idóneos para golpear. El balón viajó hacia un punto imposible de Guillherme. Pero Carlos Rojas quería más. En una jugada de laboratorio, Juan Carlos Real le mandó una pelota que era la invitación a una fechoría. Y el extremo, otra vez con duende, lanzó un zapatazo para colocar el 1-2 en el marcador. Luego le tocaba al equipo de Fran Fernández sufrir para soportar las embestidas finales del enemigo. Y lo hizo para atrapar una victoria de extraordinario valor.