Carlos Alcaraz ejerce de soberano en la hierba

El tenista murciano gana a Tommy Paul (5-7, 6-4, 6-2 y 6-2) y ya está en las semifinales de Wimbledon. Su próximo rival será Daniil Medvedev.

Alcaraz

Carlos Alcaraz, con un ‘willy’. Foto: ATP Tour
GREGORIO LEÓN

Es lo que pasa cuando desafías a los dioses. Que se ponen bravos. Sacan toda su furia. Y te castigan. Es lo que le ha ocurrido a Tommy Paul, que se hizo el valiente ante Carlos Alcaraz y acabó atravesado por el rayo abrasador del murciano, que ya avista el título en All England Club. De momento, ya está en semifinales. Pocas cosas le complacen más al estadounidense que ganar a tenistas españoles. Había dado probar de su veneno hasta en dos ocasiones a Carlitos. Pero la joya de Murcia no quiere que nadie invada su espacio sagrado, ese reducto construido de oro al que accedió el año pasado cuando se encumbró en Wimbledon. Y ahí sigue, oficiando de soberano. Entre los dioses del tenis.  

El primer set equivalió casi a un partido completo. Una hora y doce minutos para dirimir su ganador, que fue Tommy Paul. Carlos Alcaraz, sin finura con el primer servicio, se vio expuesto a la defensa del estadounidense. Y al resto tampoco pudo aprovechar las múltiples opciones de ruptura que tuvo, solo una de nueve. Malos números. Y cuando parecía que el largo debate que iba a resolver en el ‘tie-break’, errores inesperados del murciano le condenaron.

El viento soplaba con fuerza. La tormenta pudo convertirse en huracán con un 0-2 adverso en el siguiente capítulo. Pero Carlitos se levantó, devolviéndole el quiebre a su enemigo. Y empezó a carburar, al punto de colocarse con la opción de llevarse la manga. Lo hizo después de un puntazo en el que rompió la resistencia de Tommy Paul, a base de talento y despliegue físico. Se levantó Albert Molina, sin poder reprimir la admiración. Juan Carlos Ferrero, más tímido, permaneció sentado, pero se le escapó una sonrisa de gratitud.

Carlos Alcaraz empezó a ser Carlos Alcaraz, con todos sus rasgos reconocibles, con su tenis demoledor, en el tercer set. Ese Carlos Alcaraz contra el que no hay antídoto. Abriendo ángulos, provocando exclamaciones unánimes en la grada con globos, martilleando con su derecha… Y paciente, muy paciente. Porque Tommy Paul, ya se sabía, es difícilmente reductible. Y por eso el murciano dejó escapar un ¡Vaaaamos! que atronó en todo Londres cuando se puso 4-2 por delante. Hasta su padre, de natural contenido en las emociones, dio un bote en el box. Y repitió el movimiento en el siguiente juego, ganado al resto. Alcaraz se echó encima de la bola y la clavó donde el norteamericano no podía llegar.

Ya en plena crecida, Alcaraz no concedió más opciones ni esperanzas a Tommy Paul en la siguiente cita. Carlos Alcaraz entra por la puerta grande en las semifinales de Wimbledon. Es la sexta vez que accede a esa ronda en un Grand Slam, a solo dos de Manolo Santana. Poca broma.