A las puertas del Viernes de Dolores, el corazón comienza a latir más fuerte. Se acerca el momento de mirar a los ojos de Nuestra Madre, la Santísima Virgen de los Dolores, y dejar que su mirada nos hable al alma.
Como cada año, la cofradía se prepara para vivir con recogimiento y fe el Solemne Triduo en su honor. Tres días para encontrarnos con Ella, para rezar juntos, para acompañarla en su dolor y en su esperanza.
Invitamos con cariño a todos los hermanos y devotos a ser parte de estos días tan especiales. Que no falte tu presencia, tu oración, tu promesa silenciosa. Porque donde hay una Madre, ahí está su familia.