Aragón, el ‘disco duro’ de Europa: más de 20 centros de datos y 38.000 millones de inversiones

La comunidad se consolida como epicentro del viejo continente para el despliegue de unas infraestructuras que prometen miles de empleos y un impacto económico sin precedentes, pero que plantean también grandes retos

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Vistá aérea / El Periódico de Aragón

Jorge Heras Pastor    Zaragoza

Hace un año, el presidente Jorge Azcón confió en que Aragón se convirtiera en «la Virginia europea». La pretensión parecía entonces exagerada, pero la realidad ha superado las expectativas. Este estado norteamericano es el mayor epicentro mundial de los centros de datos, con una capacidad de consumo de energía de 2.552 megavatios (MW). A este lado del Atlántico, la comunidad ya puede catalogarse sin tapujos como líder del viejo continente en el despliegue de infraestructuras.

Los proyectos anunciados y conocidos en el último año permiten hacer esta afirmación. El volumen de inversiones de las iniciativas que se han hecho públicas con el aval del Gobierno autonómico supera los 38.000 millones de euros, una cifra a la que habrá que añadir las cuantías de otros desarrollos que todavía no se han oficializado administrativamente como el del grupo Samca, avanzada por este diario el este viernes, que movilizará más de 1.000 millones.

Sobre el mapa de la comunidad, en un radio de 90 kilómetros de la ciudad de Zaragoza, hay en estos momentos una veintena larga de centros de datos planificados en diferentes estados de maduración. Otros tres ya fueron puestos en marcha hace tres años por Amazon Web Services (AWS). El plantel posiciona a la región como uno de los principales hubs digitales de Europa

Gigantes tecnológicos, multinacionales inmobiliarias, energéticas y fondos de inversión lideran esta carrera en la que también han entrado actores made in Aragón. Prometen miles de empleos y un impacto económico sin precedentes, aunque también plantean un reto mayúsculo: habrá agua y luz suficiente para todos.

El desafío energético: ¿hay luz para todos?

La demanda eléctrica que requieren estas grandes plantas podría duplicar y triplicar la que hoy tiene la comunidad. Parece evidente que no todos los planes y propuestas lograrán cruzar la línea de meta administrativa para hacerse realidad. La criba vendrá determinada, principalmente, por el acceso o no a la red eléctrica. Aragón requiere un importante refuerzo de las infraestructuras de transporte de la electricidad para dar cabida a tal hervidero de proyectos, como se viene reclamando con vehemencia desde la DGA al Gobierno central.

Se trata de instalaciones intensivas en el consumo de este recurso, pero la capacidad energética no es infinita. Existen además dudas razonables sobre la madurez, solvencia financiera y viabilidad técnica de algunas inversiones, como así lo advierten cada vez más voces dentro y fuera de la política que hablan abiertamente de la existencia de una burbuja de centros de datos.

La velocidad y desarrollo de los proyectos, cuyo despliegue se dibuja en la mayoría de los casos en un horizonte de unos diez años, vendrá marcado en última instancia por el ritmo de la innovación, con la Inteligencia Artificial como guía de la necesidad de una mayor potencia informática y de computación.

De Amazon a Samca

El boom comenzó a tomar forma en 2022, pero ha sido en los últimos dos años cuando Aragón ha captado la atención mundial. AWS fue el primero en poner en marcha, a finales de aquel año, tres búnkeres de datos hace dos años en Villanueva de Gállego, El Burgo de Ebro y Huesca. La multinacional anunció en mayo de 2024 una ampliación de su plan inversor, que ha pasado de los 2.500 millones iniciales a 15.700.

La expansión en la comunidad del gigante fundado por Jeff Bezos supondrá la construcción de cinco nuevos campus de datos en los entornos de las localidades donde ya está presente y en Zaragoza, junto al polígono Empresarium. En total, 32 edificios de almacenamiento informático.

El segundo mayor inversor de la lista es Microsoft, que ha comprometido casi 10.000 millones para cuatro instalaciones en La Muela, Villamayor de Gállego, Puerto Venecia y el PTR, aunque este último planeamiento ha quedado en barbecho.

Por su parte, Blackstone, a través de su filial QTS, desembolsará 7.500 millones en un macroproyecto en Calatorao que aspira a ser el mayor de la compañía en Europa con una futura ampliación en el horizonte que duplicaría el presupuesto inicial.

El cuarto promotor de mayor peso sería Box2Bit, vinculada al grupo Capital Energy, que ha hecho oficial su apuesta por levantar un centro en Cariñena, valorado en 3.400 millones de euros, al que podría unirse otro proyecto —todavía por concretar— en Calatayud.

A estos titanes se suman actores como Azora, con 1.100 millones para un centro en Villamayor de Gállego, y Bester, que invertirá 230 millones en Huesca.

Entre ocho y diez centros más

El impacto económico para el desarrollo de todos los activos confirmados hasta la fecha equivale al 75% de la riqueza total de la comunidad, un producto interior bruto (PIB) que ronda los 48.000 millones al cierre de 2024. Pero la cosa no queda ahí. Hay entre ocho y diez proyectos más que no se han anunciado públicamente, pero que mueven entre bambalinas media docena inversores.

Entre ellos estaría la multinacional ACS, que a través de su filial Iridium, que ha comprado 18 hectáreas en el PTR para instalar un centro de datos. Este mismo grupo, asociado con la energética Benbros, promueve otro en La Puebla de Alfindén, según publicó Heraldo hace unos días.

También Repsol prepara el desembarco de un centro de datos junto a su central de gas de Escatrón, una apuesta para el que busca un socio. A estos se suman las tres instalaciones que promueve Samca en el municipio de Luceni. Este último es de momento el único inversor aragonés que ha entrado en juego en este floreciente negocio, aunque hay constancia de otro promotor aragonés en liza.