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El mandatario estadounidense ha asegurado que la segunda fase del plan «ya se está implementando»
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Hamás e Israel no han estado presentes en la cita en Sharm el Sheij a la que han acudido, entre otros, Pedro Sánchez
- Sigue en directo la situación en Oriente Próximo
Dos años después del inicio del cautiverio de los rehenes israelíes y de una masacre que se ha cobrado casi 68.000 vidas palestinas, la consolidación de un alto el fuego en Gaza es, de momento, una realidad. Más de 20 líderes internaciones se han reunido este lunes en la ciudad-balneario de Sharm el Sheij en Egipto para presenciar la firma del acuerdo en una ceremonia encabezada por el presidente estadounidense, Donald Trump, y su anfitrión, Abdel Fattah al-Sisi.
A la cita «histórica» que marca «un día tremendo para Oriente Medio«, según Trump, no ha acudido representación de Israel ni Hamás, pese a que Egipto aseguró que el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, estaría presente.
En cambio, entre los presentes se han encontrado personalidades como el rey de Jordania, los presidentes de Francia, España y del Consejo Europeo; el primer ministro británico y el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abás. Durante el encuentro, Trump ha asegurado que «ya están trabajando en la siguiente fase» del alto el fuego, la cual prevé implementar los mecanismos de reconstrucción del enclave palestino (que ha asegurado que «ya ha comenzado«), la transición política en el enclave y el desarme de Hamás.
El mandatario estadounidense, quien se ha dejado fotografiar con cada uno de los líderes invitados, ha hecho gala de su confianza en implementar el acuerdo y ha previsto «progreso enormes, tanto en Oriente Medio como en el resto del mundo«. «Es el día en que todas las personas ven la luz después de trabajar arduamente», ha enfatizado Trump.
Por su parte, y en un tono mucho más cauteloso, Al-Sisi ha subrayado el deseo de «fijar el alto el fuego y asegurarnos de que se mantenga«.
Antes de llegar a Egipto, el presidente de Estados Unidos aterrizó en Israel justo cuando eran liberados los últimos rehenes con vida secuestrados por Hamás del total de los 48 israelíes en manos de Hamás. Su puesta en libertad, junto a la de 2.000 palestinos encarcelados, es uno de los puntos de la primera fase de un acuerdo que Trump ha tildado de «histórico». El mandatario estadounidense, que ha sido recibido en Israel como un héroe, ha pronunciado un discurso ante la Knéset (el Parlamento hebreo) y se ha reunido con las familias de los rehenes.
La cumbre se ha producido apenas tres días después del inicio del alto el fuego y de la retirada de las tropas israelíes de las principales ciudades gazatíes. Sin embargo, el éxito del acuerdo aún no está garantizado. Quedan por acordar los siguientes pasos del plan de 20 puntos, los cuales incluyen el futuro de Hamás, que ya ha rechazado las exigencias de un desarme total. En el Gobierno israelí, la retirada de sus tropas de territorio palestino también ha generado posturas ambivalentes.
«Hemos necesitado 3.000 años para llegar a este momento»
El presidente estadounidense, que no ha dejado de recalcar el carácter único del encuentro, ha señalado que se han «necesitado 3.000 años para llegar a este momento» de un acuerdo para Gaza y lograr la paz en Oriente Medio. Antes de la rúbrica del acuerdo, ha celebrado el papel mediador de Egipto, Catar y Turquía, todos ellos mediadores principales de las conversaciones con Hamás, siendo el presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, quien se ha mostrado más crítico con la acción militar israelí en Gaza.
Tras firmar el documento, Trump ha sostenido que este «es el acuerdo más grande que ha ocurrido en los últimos años y que ocurrirá nunca«. El mandatario ha aprovechado las declaración posterior para agradecer a cada uno de los presentes en la cumbre, y ha asegurado que, gracias a su esfuerzo, «nunca habrá una tercera guerra mundial en Oriente Próximo«.
En esa misma alocución, el presidente egipcio ha reconocido la labor de Trump para lograr el fin de la masacre en Gaza, si bien ha recordado que «los palestinos tienen derecho a su autodeterminación«. «Se debe tratar de un Estado que pueda vivir con Israel en paz. Los rivales del ayer pueden ser los aliados del mañana«, ha insistido Al-Sisi en referencia a una «solución de dos Estados«. Dicha propuesta está vagamente referenciada en los últimos puntos del plan de Trump para Gaza.
El futuro del alto el fuego en Gaza
Egipto ha puntualizado que la dicho acuerd «pretende poner fin a la guerra en la Franja de Gaza, intensificar los esfuerzos por la paz y abrir una nueva etapa de seguridad y estabilidad en Oriente Medio». Las palabras van en sintonía con las del presidente estadounidense, que insiste en «lograr una paz duradera en la región«.
Trump se muestra más confiado que nadie en que la tregua va a durar y ha asegurado que pronto habrá un Gobierno de transición y un cuerpo internacional que se encargue de administrar la Gaza de la posguerra, un escenario que aún está por decidir.
Por ahora, además de la liberación de rehenes y la retirada israelí, Israel ha permitido la entrada de ayuda humanitaria a la Franja. Por cuarto día consecutivo, una caravana con centenares de camiones ha cruzado hacia Gaza por los pasos habilitados, siempre bajo previa inspección de Israel. Antes del 7 de octubre entraban al enclave unos 600 vehículos diarios que las organizaciones internacionales ya consideraban insuficientes.
En la Franja, la población vive los acontecimientos aún con incertidumbre, pues ha sido Israel el que rompió unilateralmente la tregua anterior. Con todo, el fin de las hostilidades ha permitido a medio millón de desplazados regresar a sus hogares. Entre la devastación, algunos han conseguido recuperar los cadáveres de sus seres queridos. Las autoridades gazatíes estiman que unos 10.000 cuerpos estarían sepultados bajo las ruinas.
En Tel Aviv, Netanyahu se ha atribuido la victoria de una contienda que no da por terminada, a la vez que ha insistido en la existencia de nuevos desafíos en materia de seguridad. De momento, su ministro de Defensa, Israel Katz, ha dado instrucciones al Ejército para destruir la red de túneles de Hamás, donde muchos rehenes han permanecido en cautiverio durante los dos años de masacre en Gaza.
La Administración Trump confía en que la cita de Sharm el Sheij marque «el inicio de una nueva era de paz regional» y siente las bases para un proceso más amplio de reconciliación entre Israel y el mundo árabe. Parar la masacre fue una de sus grandes promesas de campaña y, por ahora, es es su mayor éxito diplomático desde que volvió a la Casa Blanca.