Antonio García López, artista y docente de la UMU, expresa en sus obras la «desolación e impotencia», pero también el sentimiento de gratitud hacia la marea de solidaridad
LA VERDAD
Personajes de la DANA’ es el título de la propuesta que Antonio García López, artista plástico y docente en la Universidad de Murcia, presenta en la sala Inocencio Medina Vera del Museo de Archena hasta el próximo 5 de septiembre. El proyecto, comisariado por José David Brando Luna, pretende hacer una reflexión desde el arte sobre dos aspectos que «merecen toda la atención», según los responsables: las víctimas y los voluntarios.
«Los acontecimientos vividos a raíz de las inundaciones que el pasado 29 de octubre de 2024 cambiaron la vida de miles de personas en la Comunidad Valenciana han marcado de tal forma a los que por desgracia nos tocó vivir este fatal episodio de la historia reciente, que su huella permanecerá entre nosotros de por vida. La sensación de desolación, impotencia, e incluso de abandono en los primeros días, por parte de las distintas administraciones, fue con creces reconfortada con la explosión espontánea y desinteresada de solidaridad de los miles de voluntarios que, desde todos los rincones de España e incluso del extranjero, se atrevieron a socorrernos», reflexiona el artista, una de las víctimas directas de las inundaciones.
La muestra, comisariada por José David Brando Luna, se podrá visitar hasta el próximo 5 de septiembre
«Diversos son los motivos que nos han llevado a realizar esta exposición. En primer lugar, la necesidad digamos terapéutica de expresar artísticamente el dolor y las intensas emociones vividas en primera persona tras el desastre. En segundo lugar, rendir sentido homenaje a los que directa o indirectamente perdieron la vida por una catástrofe que debería hacernos reflexionar sobre el porqué de un número tan elevado teniendo en cuenta los medios existentes en un país del primer mundo. Por último, y quizás lo más constructivo de la muestra, la puesta en valor de la generosidad de los ciudadanos anónimos que, sin conocer personalmente a las víctimas, tuvieron el valor de adentrarse en un paisaje apocalíptico que superaba con creces cualquier recreación de cine catastrofista», asegura García.
Muchos de esos voluntarios llegaron de la Región de Murcia, bien por proximidad geográfica, bien por la empatía que genera el vivir en una cuenca como la del Segura, también propensa a violentas crecidas. «Fuera cual fuera el motivo, esta exposición en Archena, aun tratándose de una visión artística particular, pretende ser por extensión una expresión del agradecimiento general de todos los valencianos por lo mucho que nos ayudasteis», zanja.