Conmoción en Cabezo de Torres tras el crimen: «‘El Muelas’ se metió en la droga al morir su madre, era un desastre y ahora dicen que un asesino”

«Ese chico estaba siempre por aquí, llevaba una barba con la que parecía que tenía 80 años y tenía 30 y pico», comentan los vecinos sobre el detenido por su presunta implicación en la muerte de su amigo

Juan Antonio, amigo de la víctima, este lunes, día después del crimen, en un bar de Cabezo de Torres.

Juan Antonio, amigo de la víctima, este lunes, día después del crimen, en un bar de Cabezo de Torres. / ISRAEL SANCHEZ

Ana Lucas   LA OPINIÓN

“Esto huele como si estuvieses metido cinco años en el cementerio”, comentaba, a propósito del hedor que emanaba del inmueble, este lunes por la mañana una viandante en la puerta del Edificio Greco, en la población murciana Cabezo de Torres, donde el domingo fue encontrado el cuerpo sin vida de un hombre, David, con signos de violencia.

El segundo piso permanecía tomado por investigadores de la Guardia Civil, cuerpo que ha asumido la investigación del caso y efectuado un arresto: el de José Luis M. S., alias ‘El Muelas’, el vecino que vivía en ese domicilio, por su presunta implicación en la muerte.

‘Hola’, se lee en una pintada con spray negro en la fachada del inmueble, donde el trasiego de agentes de la Benemérita es constante. En un balcón del primer piso luce un cartel con la Santísima Virgen de la Soledad. Mientras, los paisanos hablan sobre el suceso en el bar y en la calle, cuando se cruzan con un conocido, pero rehusan hablar para los medios de comunicación por “miedo y por nuestra protección”, reconoce una señora que pasea a un Pomerania.

Un agente de la Guardia Civil se dirige al interior del edificio de Cabezo de Torres, en Murcia, donde fue hallado el cuerpo sin vida de David.

Un agente de la Guardia Civil se dirige al interior del edificio de Cabezo de Torres, en Murcia, donde fue hallado el cuerpo sin vida de David. / ISRAEL SANCHEZ

«Se torció»

Coinciden los vecinos en que el propietario del piso, José Luis, que heredó el domicilio al fallecer su madre, “se torció” precisamente tras el deceso de su progenitora. «Es un desastre, era una señora súper buenísima persona, pero falleció y su hijo se metió en un mundo malo. De todo lo peor», apuntaban dos mujeres en la vía publica. En el domicilio en cuestión, aseguraron, se consumían estupefacientes.

«Hace cuatro años se puso a fumarse un porro en la terraza y lo eché», cuenta sobre el sospechoso el dueño del bar Marchi

Un hombre que tiene una tienda en la acera de enfrente del portal de José Luis apunta que este iba «siempre dando vueltas» y asegura que «los vecinos estaban hasta los cojones«. «Yo vengo de día, a trabajar, pero por la noche son los vecinos los que lo padecen», explica, en referencia al trasiego de personas que había en un piso donde, según coinciden los residentes en la zona, se estaría trapicheando. «Caramelos no iba a dar», subraya este comerciante.

«Tenían que haber entrado ahí las autoridades hace mucho tiempo, que eso era una cueva de ladrones«, aporta otro vecino. «»Ese chico estaba siempre por aquí, llevaba una barba con la que parecía que tenía 80 años y tenía 30 y pico», aporta una señora, que se enteró de lo sucedido «al volver de la playa», cuando vio el despliegue de agentes de la Guardia Civil en la zona. «Era un desastre», abunda otra, «y ahora, por lo que dicen, parece que también un asesino».

“Yo no lo dejaba entrar a mi bar”, sentencia sobre José Luis Paco Martínez, que regenta un negocio ubicado apenas unos metros del Edificio Greco.

Uno de los pocos que accede a dar su nombre es Juan Antonio, amigo del difunto. «Cuando me enteré, me quedé muerto», apunta. Aún habla del fallecido en presente, como si estuviese vivo, y detalla que «es vecino mío, de al lado del bar Las Cumbres». Juan Antonio es uno de los clientes del bar Marchi, el de Paco, donde ‘El Muelas’ no era ya bienvenido.

«Hace cuatro años se puso a fumarse un porro en la terraza y lo eché», destaca el dueño, que insiste en que el ahora sospechoso de homicidio y sus amistades «venían en un plan muy raro».

En cuanto a David, tenía problemas de consumo de sustancias, aunque, según su expareja, se estaba desenganchando. La mujer afirma que habló con él el viernes. Después, le perdió la pista.

A la espera de la autopsia

El domingo, cuando se encontró el cuerpo de David, debido al avanzado estado de descomposición de los restos, no fue preciso avisar a sanitarios para que certificasen el deceso. Se alertó, eso sí, al forense de guardia, que se desplazó a la vivienda.

También a la autoridad judicial, para proceder al levantamiento del cadáver. Fue llevado al Instituto de Medicina Legal de Murcia, para serle practicada la autopsia.

El informe forense corroborará de qué murió esta persona. Una primera inspección ocular reveló signos de violencia.