El argentino es el gran refuerzo del Cartagena 2025/26. El club albinegro tiene en su agenda a Raúl Acosta, del Barcelona Atlètic.

GREGORIO LEÓN
Parecía que venía el apocalipsis. Que el Cartagena estaba en el acantilado, esperándole el abismo. Que el equipo directivo no era capaz siquiera de inscribir al equipo para competir en Primera RFEF. Que había riesgo hasta de liquidación. Pero todos los pronósticos agoreros se están cambiando por optimismo. Poco a poco está tomando asiento Alejandro Arribas, afanado en la tarea en reconducir una nave que iba dando tumbos. Y su primera gran operación, aquella que le va a dar un crédito extraordinario a ojos de los aficionados, es el regreso de Pablo de Blasis. El argentino dejó muchos corazones rotos con su marcha. Lo reclamaba el Gimnasia y Esgrima.
Su vuelta al Cartagena con Belmonte en primera línea era de todo punto imposible. De Blasis no se cortó para criticar públicamente la responsabilidad del presidente en la gestión de la crisis del Cartagena en noviembre del año pasado: «Lo de siempre. Jugadores dando la cara. Los que deciden, echando la culpa al resto sin hacerse cargo», expresó en redes sociales. Las diferencias no se han disuelto. Y eso ha dificultado la operación, sacada adelante por Arribas, que le ha hablado, de jugador a jugador, no de presidente a jugador. Así ha sido posible un fichaje que parecía quimérico y que ha hecho desbordar la ilusión entre la afición del Cartagena.
El contrato está ya firmado, según ha podido conocer Onda Regional de fuentes absolutamente fiables.
La entidad albinegra tiene otro nombre en su agenda: el delantero Raúl Dacosta, con contrato activo en el Barcelona Atlètic hasta 2026. Llegó al filial azulgrana procedente de la Ponferradina.