Con la cesión de unas 90 hectáreas en el Monte de Galeras el Ayuntamiento inicia un ambicioso proyecto a largo plazo de recuperación ambiental y patrimonial

Imagen de la batería Fajardo. / Iván J. Urquízar
El complejo defensivo Fajardo, localizado en el soto de la Podadera, situado al sur del Monte de Galeras, cuyas aguas refugiadas por sus laderas servían de refugio a los buques reales hace más de cien años, serán en breve un hotel de lujo en el que disfrutar de una de las mejores vistas del puerto «a quien los de Cartago dieron nombre, cerrado a todos vientos y encubierto, a cuyo claro y singular renombre, se postran cuantos puertos el mar baña, descubre el sol y ha navegado el hombre», como lo describió Cervantes.
Este proyecto liderado por la alcaldesa, Noelia Arroyo, comienza con la culminación del convenio urbanístico suscrito en 1996, que se encontraba pendiente de la cesión de una parcela que no pudo llevarse a cabo entre el Ayuntamiento y el Ministerio de Defensa, que era el propietario de unas 90 hectáreas entre las que integran el Castillo de Galeras, las baterías de Fajardo, La Podadera y del Collado, los túneles de los submarinos y el Fuerte de Navidad.
La adquisición es el resultado de una antigua negociación con Defensa que estaba muy avanzada desde hace meses, pero la primera edil no decidió darle el impulso definitivo a esta iniciativa hasta comprobar que hay oportunidades reales de colaboración con el sector privado para rehabilitar parte del patrimonio existente con nuevos usos sostenibles, especialmente en el entorno del antiguo cuartel de Fajardo, explican fuentes municipales a este periódico.

Acceso a Galeras cerrado por la situación de los inmuebles. / Iván J. Urquízar
Aunque el traspaso formal de la titularidad todavía no se ha producido, a instancias de Arroyo, las concejalías de Infraestructuras y de Seguridad están elaborando un plan de intervención inicial para garantizar condiciones mínimas de seguridad en los accesos, con el fin de permitir su funcionamiento de forma ordenada y segura, ya que la situación de los inmuebles obliga a establecer limitaciones de paso, aunque la intención municipal es permitir el uso más abierto posible.
El Consistorio trabaja en Galeras como un objetivo a medio y largo plazo, que requiere grandes inversiones y la colaboración de administraciones, entidades y empresas porque es un ambicioso proyecto de recuperación patrimonial y ambiental con una extensión de cerca de 90 hectáreas.
Fuentes del ejecutivo liderado por Arroyo detallan que el proyecto se estructura en torno a dos grandes ejes. Por un lado, la recuperación del cuartel de Fajardo y su entorno para su transformación en un establecimiento hotelero de alta calidad, en colaboración con inversores privados. Cabe recordar que en octubre AC Hoteles by Marriot anunció que optaría a la creación de la instalación hotelera en la fortificación militar. Desde el Ayuntamiento optan por un modelo de rehabilitación patrimonial con uso turístico que «permitirá poner en valor el inmueble sin cargar al presupuesto municipal, generando además actividad económica y empleo en un entorno de gran atractivo paisajístico».
En lo que respecta al monte de Galeras y las fortificaciones que alberga se orientarán a usos públicos ligados al senderismo y las actividades deportivas al aire libre, teniendo en cuenta que ya es una de las zonas predilectas de los cartageneros para practicar ciclismo y salir a caminar, por lo que «se pretende consolidar esta zona como un gran pulmón verde pegado al casco urbano, con rutas señalizadas, servicios mínimos y una gestión ambiental activa».
Para lograr estos fines, el Ayuntamiento prevé apoyarse en asociaciones especializadas como ARBA y otras entidades ecologistas locales, para diseñar un programa específico de renaturalización en toda la zona. Este plan incluirá actuaciones de reforestación, mejora de la cobertura vegetal autóctona, control de especies invasoras, protección de la fauna silvestre y adecuación de caminos y accesos. La alcaldesa hace hincapié en que el monte de Galeras representa una oportunidad excepcional para fomentar el deporte, el contacto con la naturaleza y la vida activa, al estar situado junto al casco urbano.
Arroyo agradece especialmente la colaboración municipal de los especialistas en fortificaciones de Aforca, quienes han estado al tanto desde el primer momento de los planes municipales. Asimismo, desde la Asociación de Fortalezas y Castillos de Cartagena continúan trabajando junto al Consistorio asesorándoles sobre la protección del patrimonio defensivo.
Con este planteamiento, el ejecutivo encabezado por la popular Noelia Arroyo afronta el proyecto como una actuación estratégica a largo plazo, que combina objetivos patrimoniales, ambientales, sociales y económicos.
La recuperación del cuartel de Fajardo como un hotel de lujo, la apertura del monte de Galeras al uso ciudadano, la colaboración con entidades ambientalistas y el respaldo del Ministerio de Cultura y de redes internacionales refuerzan la viabilidad y la trascendencia de esta intervención, uno de los proyectos más ambiciosos de la alcaldesa, quien firmó el acuerdo de cesión con el director general del Instituto de Vivienda, Infraestructura y Equipamiento de la Defensa, el general de brigada cartagenero, Sebastián Marcos Morata, que a pocos días de jubilarse rubricó la cesión a Cartagena un espacio emblemático
«La ciudad gana así una oportunidad única para recuperar su frente sur, activar su sistema defensivo como recurso cultural y convertir un espacio ahora inaccesible en una gran área de uso público y de referencia para el turismo sostenible», añaden fuentes municipales.