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El primer ministro aspira a formar un Ejecutivo en minoría, pero eso no garantiza la gobernabilidad
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El desencanto de la población beneficia a Chega, que busca aumentar sus apoyos de cara a futuros comicios
PorMARTA REY RTVE

A falta de computar el voto exterior, que repartirá cuatro asientos, la AD ha logrado 89 diputados en la Asamblea de la República. En segundo lugar, con una diferencia respecto al ganador de algo más de 520.000 votos (y apenas 48.900 del tercer puesto de Chega), se sitúa el Partido Socialista (PS) —cuyo líder, Pedro Nuno Santos, anunció su retirada durante la noche electoral— empatado en escaños con la formación de André Ventura, quien ha presumido de haber «destruido» el bipartidismo en Portugal, vigente desde la Revolución de los Claveles. Los del domingo eran los terceros comicios en tres años que celebra Portugal, donde en los próximos meses también están previstas elecciones locales y presidenciales.
La gobernabilidad, en el aire
En Portugal es el presidente quien designa al primer ministro y el Parlamento solo puede tumbarlo si hay una mayoría absoluta en contra. Es un sistema que facilita los Gobiernos en minoría y, por ello, los expertos consultados coinciden en que esta será la fórmula que repetirá Montenegro. El líder de AD tiene asegurado un año en el poder, ya que el país no puede celebrar elecciones en los próximos 12 meses (porque acaban de celebrarse y porque a comienzos de 2026 serán las presidenciales), pero eso no garantiza la gobernabilidad.
«Podría pactar con Iniciativa Liberal —formación que ha obtenido siete escaños y con la que Montenegro abrió la puerta a negociar durante la campaña—, pero también puede hacerlo solo«, explica a RTVE.es la profesora de Ciencia Política en la Universidad de Lisboa, Isabel David. «Sabemos que al menos un año puede durar y creo que la izquierda no lo va a boicotear y le va a posibilitar los presupuestos. Lo que genera dudas es la posición de Chega», asegura la experta, que no cree, sin embargo, que Montenegro logre agotar la legislatura.
El domingo, el primer ministro apeló al diálogo entre partidos y reclamó poner «el interés nacional» por delante de intereses partidistas. «Bajo esta premisa, su intención es gobernar sin alianzas formales, pero abierto a alcanzar entendimientos puntuales con distintas fuerzas parlamentarias», explica a este medio la profesora de Ciencia Política del Instituto Universitario de Lisboa, María Asensio, que menciona que el actual primer ministro busca «trasladar la responsabilidad de la estabilidad» al resto de fuerzas.
«Si bloquean su investidura o la acción del gobierno, serán ellos quienes se enfrenten al coste político de contradecir el mandato expresado en las urnas. En ese contexto, se perfila un Gobierno minoritario con vocación de diálogo, aunque inevitablemente frágil, cuya eficacia dependerá del grado de cooperación que logre construir» en un Parlamento que está muy fragmentado. «Es posible que se logre cierta gobernabilidad, pero no una estabilidad plena ni duradera«, añade.
Chega, una fuerza «confiada» que se beneficia de la inestabilidad
«Chega es el futuro del Gobierno de Portugal», aseguró André Ventura cuando salió a celebrar los resultados del domingo. Ese es su cometido, preparar el terreno para seguir ganando fuerza de cara a unos futuros comicios. «Que haya más inestabilidad va a beneficiarles. Montenegro ha dicho que no va a pactar con ellos y Chega se siente confiada. Si hay problemas en el Gobierno, le va a dar mucha fuerza», sostiene Isabel David.
La formación ha superado todas las previsiones de las encuestas —que le daban alrededor del 19% de los votos— al situarse con el 22,56% de los sufragios y alzarse con el mejor resultado de su historia. «Jugamos contra toda la suciedad del sistema y resistimos», declaró Ventura ante sus seguidores, que aseguró que están «cerca» de gobernar Portugal y defendió que los sondeos «mentían» a propósito para intentar reducir los apoyos de esta formación, nacida en 2019.
«Se perfila como un actor clave en la oposición y podría incluso convertirse en el principal partido opositor si los votos del extranjero lo colocan por delante del PS», subraya Asensio, que añade que el ascenso de Chega «marca un cambio profundo en el equilibrio político portugués, con una extrema derecha que deja de ser marginal y que entra de lleno en la disputa por el liderazgo político e ideológico del país».
Chega fue el gran protagonista de la noche del domingo y seguirá siéndolo «en los próximos meses», asegura al Canal 24 Horas el profesor de Derecho Constitucional y Unión Europea de la Universidad de Extremadura, Gabriel Moreno. Su resultado «se encuadra en el auge global de la extrema derecha en Occidente y, en particular, en Europa», aunque en el caso de Portugal hay algunas «particularidades», como la desigualdad en los cinturones urbanos de las grandes ciudades y en los territorios de interior, donde crece el apoyo a la ultraderecha.
Además, el experto menciona «la excesiva importancia» que se le da a Ventura en los medios, donde acapara noticias y titulares. «Él era comentarista de televisión y tiene ese feeling con la prensa que hace que esta campaña prácticamente haya girado en torno a su figura y a Chega» explica. El partido ha conseguido, dice, «canalizar el descontento» de gran parte de los ciudadanos» que ven que los Gobiernos «no son capaces de atajar los principales problemas pese a un crecimiento económico que la mayoría no ve que le beneficie».
«En Chega son conscientes de que pueden llegar más lejos en unas próximas elecciones, sobre todo si el Gobierno no dura los cuatro años», expone la profesora de la Universidad de Lisboa. Si el Gobierno del Partido Socialdemócrata (PSD) —el partido de Montenegro, integrado en la AD— no logra resolver los problemas que preocupan a la población, como el acceso a la vivienda, la ultraderecha «todavía va a llegar más lejos en términos electorales» porque «la gente no está contenta con los partidos tradicionales», añade.
Según María Asensio, no se puede descartar que la formación liderada por André Ventura «apoye determinadas iniciativas del Gobierno de forma puntual, especialmente en áreas donde existan coincidencias ideológicas, como seguridad, inmigración o justicia». Sin embargo, dice, estos apoyos «serán probablemente tácticos y sin compromiso de estabilidad», ya que lo que Chega buscará será «mantener un perfil propio de oposición dura, capitalizando su crecimiento electoral».
El reto de una izquierda en horas bajas
El auge de la extrema derecha también pone «mucha presión» en el Partido Socialista, menciona Isabel David. «Es un problema, porque si no colabora con el PSD, va a pagar también en términos electorales. Mientras que Chega lo tiene todo para ganar más fuerza en los próximos años, en el PS y el PSD están en una posición muy precaria», afirma.
«Son tiempos duros y difíciles para la izquierda, duros y difíciles para el Partido Socialista», reconoció el candidato socialista, que tras conocerse el escrutinio salió a asumir responsabilidades ante sus simpatizantes y anunció su renuncia. El resultado de esta formación, que en 2022 ganó las elecciones con mayoría absoluta, confirma el declive de la izquierda, que se presentaba a estos comicios fragmentada y que en general ha visto muy reducidos sus apoyos.
Chega ha igualado al PS en número de votos y podría dar el sorpasso cuando se reparta el voto exterior. «Este resultado supone un golpe muy duro para la izquierda portuguesa«, asegura Asensio. Apunta, por un lado, que los socialistas han perdido más de 350.000 votos respecto a 2024, «lo que refleja una clara desmovilización de su electorado tradicional y una pérdida de conexión con amplios sectores sociales», pero también la izquierda en su conjunto «sufre una fragmentación y debilitamiento que contrasta con el avance de la derecha».
El único que crece es el ecologista Livre, que ha obtenido el 4,12% de los votos (y cinco escaños), pero tanto el Partido Comunista Portugués, con el 3,02%, y el Bloco de Esquerda, con el 1,99%, han perdido peso en la Cámara. «La izquierda tiene que pensar en una estrategia para derrotar a las derechas y no va a ser fácil. Además, la coyuntura internacional, no le beneficia, ya que es minoritaria en toda Europa», expone Isabel David. El líder que elija el PS, que celebrará primarias en los próximos meses, «va a ser muy importante».
El nuevo liderazgo puede estar más abierto al diálogo entre los dos grandes partidos del centro, lo que podría facilitar acuerdos puntuales o entendimientos estratégicos», dice Asensio. Pero si PS y AD siguen sin acercarse y si Montenegro mantiene su rechazo a pactar con Chega, la próxima podría ser una legislatura «corta y políticamente inestable, en la que la gobernabilidad dependerá de negociaciones caso a caso y donde siempre estará presente la amenaza de unas elecciones anticipadas», concluye.