Murcianos y visitantes llenan las calles y plazas de la capital de la Región en el día grande de las Fiestas de Primavera

reportaje fotográfico de las Fiestas de Primavera 2025 y Bando de la Huerta

La Opinión y La Verdad

Las principales calles de Murcia acogen a decenas de carrozas que arrojan productos típicos de la tierra

Lorca Planes: «A Francisco le hubiera gustado que no se suspendiera este día»

No es habitual que ‘La Morenica’ comparta protagonismo en un día como el de hoy. Pero el fallecimiento del papa Francisco, anunciado a primera hora de la mañana de ayer, no era una cuestión a pasar por alto; no al menos por quienes viven estas fiestas desde una óptica religiosa. Porque, más tarde, cuando las familias y los jóvenes empiecen a tomar las plazas y jardines vestidos de huertanos y la comida y la bebida empiecen a correr, el Bando recuperará las alegría que le caracteriza. Pero, la de esta mañana en Belluga, si bien no fue una misa solemne –no podía serlo con el pueblo en le calle y, a esas horas, con un sol de primavera–, sí estuvo marcada por el emotivo recuerdo a Jorge Bergoglio, que se hizo presente por medio de una fotografía de grandes dimensiones que se instaló sobre el escenario principal, junto a la Virgen de la Fuensanta.

El otro gran protagonista, por supuesto, fue el obispo de la Diócesis de Cartagena, José Manuel Lorca Planes, que, como es habitual, presidió la eucaristía ante una plaza abarrotada y, como ‘novedad’, frente a la imponente fachada de la Catedral, una vez descubierta tras su larga restauración. El máximo representante de la Iglesia en nuestra Región comenzó esta misa huertana pidiendo paz al Señor y que mire a los murcianos «con misericordia, especialmente en este día –añadió– en el que estamos viviendo un clima agridulce por la fiesta y por la muerte del santo padre».

Monseñor Lorca Planes, arropado sobre el improvisado púlpito por en torno a una treintena de clérigos y varias coronas de flores –y con los estandartes de las diferentes peñas huertanas posados tras el escenario, contra las puertas del templo–, quiso acordarse de todos, de «los que están en el sol y, también, de los que están en la sombra», pero, sobre todo, del pontífice, de quien consideró que «le hubiera gustado» que las celebraciones de este martes, 22 de abril, no se hayan suspendido. Cabe recordar que el Gobierno de España decretó este lunes tres días de luto oficial a propósito de la muerte del argentino, y es habitual en este tipo de situaciones la suspensión de los actos institucionales que impliquen una celebración.

«Yo creo que hemos hecho bien», insistió el obispo. «Que a nadie le quede la pena en el corazón de que estamos de luto –agregó–, porque estamos celebrando en su honor el Día de la Madre. Y el Día de la Madre no se le puede sustraer a nadie», sentenció Lorca Planes, quién destacó además el «gran sentido del humor» de Bergoglio, del que también recordó algunas de sus enseñanzas: «El papa Francisco nos invitó tantas y tantas veces a valorar al otro, a respetarle sea de la condición que sea». 

Sin alusiones a la lluvia

Lo que no hubo es alusión por su parte a la lluvia, casi una tradición (pedir agua para los campos murcianos). Quizá fuera por no tentar a la suerte, en vistas de las previsiones meteorológicas, que mantienen hoy en vilo a todos los huertanos y amenazan la suspensión de algunos actos, especialmente a partir de las cinco de la tarde. Pero sí pidió por todos ellos, por sus vecinos y vecinas: «Bendice a Murcia y a los murcianos. Bendice, Virgencita de la Fuensanta, a los mayores para que nunca les falte el cariño y el afecto de todos. Bendice a todas las familias y concédenos lo necesario para que puedan educar a sus hijos en los valores cristianos. Bendice a los que lo pasan mal por tantas razones. También a los voluntarios, que son como los samaritanos de nuestra época, y concede buen regreso a los que viajan».

También solicitó a la patrona bendiciones para «nuestras autoridades», presentes en las primeras filas de asientos dispuestos en la Plaza de Belluga, con el presidente regional Fernando López Miras a la cabeza. «Bendíceles para que acierten siempre en sus decisiones para el bien común y el bienestar de todos los ciudadanos», añadió.

En este sentido, el obispo reiteró la ineficacia de la pena, del dolor por la muerte de Francisco, porque, a su juicio, «tenemos todavía muchas cosas por delante que solucionar, mucha tarea por hacer. Y no podemos hacerlo si vivimos con tristeza, con angustias, con amarguras –aseguró Lorca Planes–; tenemos que sacar lo mejor de nosotros mismos para seguir construyendo el pueblo que Dios quiere«. Además, el santo padre fue siempre un firme defensor de la esperanza, como bien recordó su fiel seguidor murciano.

Tras ello, Lorca Planes finalizó su discurso como manda la tradición, con un «¡Feliz día!» y, por supuesto, un «¡Viva la Virgen de la Fuensanta!» y un «¡Viva Murcia!» que feligreses y huertanos replicaron de manera atronadoradando el pistoletazo de salida –tras algunos minutos extra de liturgia– a los festejos del Bando. Fue ahí cuando los representantes las peñas recuperaron sus estandartes y se dispusieron a encabezar un desfile que, a estas horas, pasea ya a La Morenica por las calles aledañas, recibiendo los vítores de sus ‘hijos’ y las tradicionales alabanzas que se le dedican a la patrona, «¡la más guapa!», como se repitió en tantas y tantas ocasiones durante el inicio del cortejo.