Los doctores Pérez Pallarés y Meca Birlanga analizan los riesgos de su uso y alertan del aumento de asma, neumonía y gripe en niños
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Los neumólogos Javier Pérez Pallarés y Olga Meca Birlanga ayer en la Real Academia de Medicina. / Juan Carlos Caval
El Ministerio de Sanidad está dando pasos para regular productos similares al tabaco, como son las bolsas de nicotina y los vapeadores, que hasta ahora escapaban al control de las autoridades. Sin embargo, los especialistas consideran que se debería ser más tajante aplicando las mismas restricciones que existen para el tabaco a los vapeadores. Así lo indican los neumólogos murcianos Javier Pérez Pallarés, especialista del Hospital Santa Lucía de Cartagena y vicepresidente de la Sociedad Española de Neumología Intervencionista, y Olga Meca Birlanga, neumóloga del mismo centro sanitario y presidenta de la Sociedad Murciana de Patología del Aparato Respiratorio (Somupar).
Ambos participaron este martes en un encuentro sobre el vapeo organizado por la Real Academia de Medicina y Cirugía de la Región de Murcia, acto que estuvo moderado por el secretario general de la Academia, Manuel Sánchez-Solís, y en el que pusieron sobre la mesa las cuestiones que más preocupan a los profesionales sanitarios en cuanto a los problemas de salud derivados del consumo de estas sustancias.
Pérez Pallarés reconoció a La Opinión que «desde las sociedades científicas solicitamos que se equipare el vapeo al tabaco y que se consideren el mismo producto, lo que llevaría a aplicarle las mismas prohibiciones en el caso de venta e información en los dispositivos».
En este caso, la presidenta de Somupar recuerda que los vapeadores están completamente prohibidos en países como Brasil y Australia, y «aunque en España no se es tan prohibitivo, sí que pedimos campañas y que se limite su uso».
Durante el encuentro, el especialista del Hospital Santa Lucía de Cartagena aprovechó para exponer qué es un vapeador, qué componentes tiene el líquido que se usa para vapear y los componentes que contiene el humo que se exhala, ya que «está demostrado que la mayoría de ellos son cancerígenos, algunos metales pesados, lo que lleva a que distintas sociedades científicas los tengan reconocidos como sustancias cancerígenas».
Javier Pérez Pallarés también profundizó en la cantidad de depósito pulmonar que produce ese humo en los bronquios y cómo se depositan esas sustancias en el organismo.
«El vapeo produce inflamación e irritación de los bronquios desde la primera inhalación», afirma el especialista.
Preguntado por los riesgos a medio y largo plazo, señala que «está demostrado que a largo plazo produce cáncer, además de un incremento de los casos de asma, gripe y neumonía en los niños» expuestos a ese humo.
Consumo
La neumóloga del Hospital Santa Lucía de la ciudad de Cartagena apunta que la prevalencia de consumo crece a pasos agigantados, ya que desde 2019 -fecha en la que se tienen los primeros datos- ha ido en aumento. En este sentido, explica que la prevalencia se ha duplicado en dos años, al haberse pasado de un 2,5% de consumo en adultos en 2019 a un 5% en 2021 y de un 5% en adolescentes en 2019 a un 10% en el año 2021.
Esto ha llevado a que los especialistas hayan percibido un aumento de patologías respiratorias y una agudización de las problemas crónicos, al tiempo que predispone a contraer más infecciones respiratorias agudas.
Desde el Ministerio de Sanidad se quiere regular la venta y el uso de bolsas de nicotina y los vapeadores con y sin nicotina, incluyendo restricciones a los aromas, y precisamente es eso lo que se busca con el proyecto de real decreto que actualiza la normativa sobre productos de tabaco y relacionados y que forma parte del Plan Integral de Prevención y Control del Tabaquismo 2024-2027, texto que actualmente se encuentra en exposición pública.
Los responsables del Gobierno reconocen que en la actualidad existe en nuestro país una amplia variedad de productos con características diferenciadas: con o sin tabaco, con o sin nicotina, con o sin componentes electrónicos, e incluso con aspectos híbridos, lo que ha dificultado su catalogación y regulación.
Propuestas del Ministerio de Sanidad
Entre las propuestas que plantea Sanidad destacan:
- Regulación de cigarrillos electrónicos sin nicotina: se establecen requisitos de etiquetado, lista de ingredientes, advertencias sanitarias, contraindicaciones y efectos adversos.
- Restricción de aromatizantes: se limita el uso de aromatizantes en los cigarrillos electrónicos, permitiendo solo los aromas de tabaco para evitar que los sabores artificiales resulten atractivos.
- Modificación del etiquetado para mejorar la información.
Empresas que omiten los riesgos
El doctor Pérez Pallarés afirma que las empresas que se mueven en este sector usan mensajes y colores llamativos para atraer a nuevos consumidores, principalmente a población joven, aunque también hay un alto porcentaje de usuarios adultos. «Estas empresas están mal informando a la población, ya que omiten en sus mensajes los riesgos que conlleva el consumo de estas sustancias».
Por ello, con jornadas como la organizada por la Real Academia de Medicina y Cirugía de Murcia se busca «desmontar mitos» que se han extendido sobre los vapeadores, como que son una herramienta para dejar el tabaco tradicional y que son menos perjudiciales, «algo que no es cierto».
En este caso, la doctora Meca Birlanga afirma que la población adulta suele usar estos productos como un mecanismo de abandono del cigarrillo tradicional, como un puente entre ambos formatos, aunque muchos de ellos terminan con un consumo dual de los dos productos. Al tiempo que hace hincapié en los mensajes llamativos que utilizan las compañías del sector -como dice su compañero del Hospital Santa Lucía de Cartagena- para captar a los más jóvenes.