Jubilación y longevidad: el reto global de pagar a los pensionistas más de 20 años

  • En España, la población anticipa su jubilación hasta cuatro años antes de la edad legal y las pensiones cubren de media más de 22 años

  • Los expertos destacan el modelo de cuentas nocionales de países como Suecia para enfrentar los desajustes demográficos

Por LUCÍA MONTILLA | DatosRTVE

Dos personas revisan papeles y facturas en su hogar.
Dos personas revisan papeles y facturas en su hogar. mixetto / Getty / DiseñoRTVE
8 min.Los sistemas de pensiones están diseñados para prevenir la pobreza tras la jubilación, un problema que en España afecta al 11,3% de las personas mayores de 66 años, según el XIV informe del ‘Estado de la Pobreza’ (AROPE). Mantener el poder adquisitivo de los pensionistas, cuya esperanza de vida cada vez es más larga, sin poner en riesgo la sostenibilidad financiera se ha convertido en un reto a nivel global.

Como consecuencia del envejecimiento de la población, los Estados deben financiar pensiones durante períodos más largos de tiempo, lo que aumenta la presión sobre el sistema económico. Desde la consultora LoRIS, José Antonio Herce y José Antonio Puertas argumentan que, para frenar el aumento en el gasto, es «inevitable» elevar la edad de jubilación «sin recompensa alguna».

Retrasar de la edad de jubilación, una tendencia internacional

La tendencia global es aumentar la edad legal de jubilación. Es el caso de China, que la ha elevado por primera vez desde 1978: ahora es tres años más tarde, a los 63 para los hombres y a los 58 para las mujeres. O de Francia, que en el último año la retrasó de 62 a 64, provocando protestas en todo el país.

Esta tendencia se da incluso en países con edades legales de jubilación históricamente bajas. En Arabia Saudí la jubilación legal para ambos sexos ha subido de los 47 a los 60 años (que en nuestro calendario gregoriano sería equivalente a 58). En Turquía, Erdogan eliminó la edad mínima de jubilación para los que comenzaron a cotizar antes de septiembre de 1999, pero para todos los demás ha aumentado de 52 a 60 en el caso de los hombres y de 49 a 58 en el de las mujeres.

De los 50 países que la OCDE revisa anualmente en su informe ‘Pensions at a Glance’, en 15 de ellos la edad legal actual –revisada por DatosRTVE para 2024– varía en función del sexo. Las mayores diferencias se dan en Argentina, Chile, China, Colombia y Polonia, donde actualmente las mujeres pueden acceder a las pensiones hasta cinco años antes que los hombres.

Para calcular la brecha se utiliza la edad efectiva del último informe de la OCDE (publicado en 2023, con datos de 2022) y la edad legal de jubilación actual. Está última tiene en cuenta igualmente los datos de ‘Pensions at a Glance’, pero se actualiza con información de Trending Economics y otras fuentes.

Edad legal vs. edad efectiva: un desajuste con impacto financiero

El aumento de la edad de jubilación es «atractivo» a nivel político porque mejora los beneficios, aumenta el empleo y el PIB y permite financiar otros gastos del presupuesto, explica el Director de Pensiones de la OCDE, Hervé Boulhol. Sin embargo, para conseguir esos resultados es clave que al mismo tiempo aumente la edad efectiva o real de jubilación.

«Un aumento de la edad efectiva de jubilación contribuye a mejorar la sostenibilidad del sistema al reducir el periodo de cobro de las pensiones y mantener por más tiempo a los trabajadores activos, incrementando así la recaudación. En cambio, una mayor brecha entre la edad legal y efectiva implica mayores gastos en pensiones, una disminución en la fuerza laboral y, por ende, una pérdida de competitividad económica», explica Fernando Ariza, director general adjunto de Mutualidad y presidente del Instituto de Actuarios Españoles.

Así, una de las principales medidas que se han llevado a cabo en las últimas décadas ha sido restringir o penalizar la jubilación anticipada. Los expertos que colaboran en el Pensiómetro del Instituto Santalucía hacen hincapié en que se deben mejorar los ajustes de penalización y de bonificación porque «los que deciden demorar su jubilación son muy pocos para compensar a los que optan por anticiparla».

España es uno de los países donde la edad efectiva de acceso al sistema de pensiones es inferior a la edad legal (ahora de 66,5 años). En el caso de los hombres se produce de media 4,4 años antes y en el de las mujeres, 4,7 años antes. En este contexto, el Gobierno de Pedro Sánchez ha firmado un acuerdo con los sindicatos CCOO y UGT y las patronales CEOE y CEPYME, para incentivar el retraso voluntario —por ejemplo, sumando un 2% más de pensión por cada seis meses demorados— y así evitar la jubilación anticipada.

En otros países como Luxemburgo e Italia los hombres adelantan su jubilación más de cuatro años y las mujeres, más de seis y cinco, respectivamente. Destaca el caso de Arabia Saudí, donde aunque la edad legal se ha fijado recientemente en los 60 años, el acceso al sistema de pensiones ocurre 8,7 años antes en el caso de las mujeres y poco más de un año antes en el de los hombres.

Donde la brecha entre ambas edades es más pronunciada es en Indonesia y la India. En estos países ocurre precisamente lo contrario que en España, puesto que tienen modelos mixtos, modestos y de cobertura limitada, sus ciudadanos alargan su salida del mercado laboral. En el caso de Indonesia, que se basa en contribuciones definidas y beneficios definidos, la edad legal de jubilación está fijada en 58 años, pero en la práctica los hombres se retiran con cerca de 70 años y las mujeres con más de 69.

Ocurre algo similar en la India, donde se combina el ahorro individual con la pensión garantizada solo para empleados públicos, allí la diferencia es de hasta siete años más de trabajo en el caso de los hombres y de nueve en el de las mujeres. También en países como Colombia y Corea del Sur, los hombres retrasan su jubilación más de cinco años y las mujeres, tres y siete años, respectivamente.

El sistema de pensiones frente a los cambios demográficos

El Director de Pensiones de la OCDE insiste en que los cambios demográficos impulsados por el inicio de la jubilación de la generación ‘baby-boom’ y la persistente caída de la natalidad requieren medidas adicionales para mantener el equilibrio económico.

Los mecanismos de ajuste automático (AAMs, por sus siglas en inglés) protegen las pensiones de las incertidumbres demográficas, económicas y financieras. Así, en países como Dinamarca, Estonia, Grecia, Italia y Eslovaquia “la edad legal aumenta conforme lo hace la esperanza de vida (vinculación uno a uno)», explica Boulhol. Y en lugares como Finlandia, Países Bajos, Portugal y Suecia la edad legal de jubilación “se incrementa en ocho meses por cada año de aumento en la esperanza de vida (vinculación de dos tercios)”, lo que, según el experto de la OCDE, mantendría la proporción de personas jubiladas a lo largo del tiempo.

Todos los expertos consultados validan el sistema de cuentas nocionales, un modelo de pensiones de reparto donde cada trabajador acumula de forma virtual sus aportes en una cuenta ficticia. Aunque el dinero se usa para pagar a los pensionistas actuales, al jubilarse, el saldo virtual se convierte en una pensión mensual según la esperanza de vida y otros factores. A diferencia de un sistema de prestación definida, como el de España, no se garantiza un monto fijo, sino que depende de lo que se haya aportado. Este sistema lo siguen países como Suecia, donde además no hay una edad fija de jubilación, sino que se puede solicitar en cualquier momento entre los 63 y los 69 años.

Según el último informe de la OCDE, y sin entrar a valorar la tasa de reemplazo, uno de cada tres países sostiene con pensiones a los hombres durante más de 20 años; en el caso de las mujeres, el 87% de los países les paga una pensión durante ese tiempo. En el caso de España, la cobertura es de 22,6 años en el caso de los hombres y de 26,8 años en el de las mujeres.

El sistema de pensiones en España: situación actual y desafíos

Desde la reforma de 2011 del sistema de pensiones, la edad legal de jubilación sube dos meses anualmente, con el objetivo de alcanzar los 67 años en 2027. Actualmente, se sitúa en 66 años y seis meses, pero para aquellas personas que hayan cotizado 38 años y medio se mantiene en 65 años. Pese al aumento de la edad legal de jubilación, las pensiones en España no están vinculadas a factores demográficos. En la reforma de 2013 se aprobó el ‘Factor de Sostenibilidad’ con el que se pretendía ajustar las cuantías a la esperanza de vida, pero nunca se llegó a aplicar.

De acuerdo con Mercedes Ayuso, catedrática de Estadística Actuarial por la Universidad de Barcelona, el sistema actual se fundamenta de forma íntegra en la solidaridad entre generaciones. “Las personas de 65 años viven ahora mucho más de lo que vivían hace 30 años y, por tanto, el tiempo durante el que cobran pensiones es significativamente mayor. Sin embargo, el tiempo en el que permanecen en el mercado laboral no ha aumentado en la misma magnitud”.

En esa línea, los expertos de la consultora LoRIS advierten de que “lo ideal es que la duración de la vida laboral (y de cotizaciones) y la de la vida en jubilación mantengan una proporción estable en el tiempo, por ejemplo, cinco años de jubilación para cada diez años de trabajo y cotizaciones”.

Respecto a otros países, la tasa de reposición –porcentaje percibido respecto al último salario– de las pensiones españolas es muy elevada (80%). Y, además, para no mermar el poder adquisitivo de los jubilados, se vincula la prestación a la inflación. El grupo de expertos que colabora en el Pensiómetro del Instituto Santalucía insiste en que “al aumentar sus prestaciones por encima del crecimiento del PIB, los actuales pensionistas están utilizando, en parte, la renta de las siguientes generaciones”.

El director general adjunto de Mutualidad y presidente del Instituto de Actuarios Españoles, Fernando Ariza, señala que en España las pensiones ya representan un 10% del gasto público y continúan en aumento. Además, incide en que podría llegarse a la situación de que “las personas pasen casi tantos años como pensionistas que como cotizantes”. Solo en agosto se desembolsaron 10,2 millones de euros en pensiones de jubilación, un 1,4% más que en 2023, según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.

Sergi Jiménez-Martín, catedrático de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) e investigador de Fedea asegura que el sistema español “proporciona pensiones esperadas muy superiores al valor de las contribuciones satisfechas”. Así, en un contexto de envejecimiento acelerado y baja natalidad, el sistema “está en quiebra técnica”. “Para solucionarlo se pueden intentar aumentar las contribuciones pero, aparte de desincentivar el trabajo, es suicidio competitivo”, explica.

La catedrática de la Universidad de Barcelona, Mercedes Ayuso, insiste en que complementariamente al sistema básico de cotización es fundamental impulsar otros dos aspectos clave: el desarrollo de planes de empleo –aportaciones desde las empresas que complementarán la pensión– y el ahorro individual a largo plazo.