La Confederación del Segura deberá tener después del verano un borrador de medidas para atajar el mal estado de la masa de agua subterránea que comparten el Altiplano y Alicante
LA OPINIÓN
Los recortes de agua para la agricultura procedentes del acuífero que comparte la comarca murciana del Altiplano con Alicante afectará a varias empresas y productores agrícolas de la Región. La masa de agua subterránea denominada ‘Jumilla-Villena’, y que cruza los límites de dos cuencas distintas (Segura y Júcar) con 86 kilómetros cuadrados, está sobreexplotada y declarada desde 2020 en riesgo de no alcanzar el buen estado en cuanto a la cantidad de agua que almacena.
La Confederación Hidrográfica del Segura (CHS) tiene de plazo hasta 2027, fecha límite para acabar con los expolios de agua en acuíferos maltratados, para poner orden en las aguas subterráneas de la cuenca. En el caso del Altiplano no lo ha hecho hasta ahora, pero quien sí ha movido ficha es la Confederación del Júcar (CHJ), que ha aplicado recortes severos en la extracción de agua a distintas comunidades de regantes en Alicante que ‘beben’ del acuífero compartido.
La CHJ elaboró el pasado año un programa de medidas para revertir la situación del acuífero, que contempla reducir el consumo de agua para riego del ‘Jumilla-Villena’ en 22,6 hectómetros cúbicos hasta 2027, afectando a varios agrícultores y empresas con sede en Yecla. Ahora será el turno de la CHS, quien después del verano deberá tener un borrador de este programa para frenar la sobreexplotación del acuífero.
La Confederación del Segura, a preguntas de esta redacción, indica que este tema se está estudiando entre ambos organismos de cuenca, mientras que la del Júcar subraya que la coordinación entre las dos confederaciones «se está realizando, desde hace años, a nivel de planificación hidrológica».
Añaden que el cambio en la denominación de la masa de agua subterránea es «una consecuencia de esta coordinación (ya que antes se denominada acuífero Sierra del Castellar), del mismo modo que su redefinición geográfica y la determinación de los recursos disponibles». Desde la publicación de los nuevos planes hidrológicos del Segura y del Júcar, «la masa de agua subterránea se denomina de forma idéntica en ambas demarcaciones hidrográficas».
«Insostenible»
En la declaración de no alcanzar el buen estado, se calificó de «insostenible» la situación del acuífero que pasa desde Villena hasta el Altiplano. Por ello, desde entonces la CHS no permite ampliar las extracciones de agua y se encuentran suspendidos todos los expedientes de autorización, modificación de usos o nuevas concesiones. La gestión de dicho acuífero ha causado malestar entre agricultores de Alicante, ayuntamientos como el de Villena u organizaciones agrarias, que han protestado por un trato desigual entre ambos organismos de cuenca a la hora de imponer restricciones.
Antes de finalizar 2027, dicho acuífero sólo suministrará siete hectómetros de los 28,4 hm3 de ahora. La CHS deberá constituir una comunidad de usuarios de dicho acuífero en el tramo que le corresponde. Dicho organismo ha presupuestado 3,68 millones de euros para llevar a cabo ocho medidas que permitirían revertir el estado del acuífero: plan de ordenación de extracciones, definir perímetros de protección para las captaciones de agua potable o buscar alternativas en el suministro de agua para consumo humano que no depende de las aguas subterráneas, como ocurre en Yecla y Jumilla.