¿Qué se hace ahora con las fallas?

Fuente: El Mundo

Las comisiones piden ayudas para asumir el coste del aplazamiento, que podría acabar en suspensión. El coste económico podría rondar los 700 millones de euros

Hay solo cuatro momentos en la historia de las Fallas en las que no se ha celebrado la fiesta: en 1886 cuando los falleros se negaron a pagar un canon municipal por plantar sus monumentos, la Guerra de Cuba y la Guerra Civil. A ellos se suma ahora la crisis sanitaria del coronavirus que ha tumbado la fiesta Patrimonio Inmaterial de la Humanidad a pocas horas de que arrancara con fuerza.

El aplazamiento anunciado ayer de las Fallas ha dejado un sinfín de incógnitas en el aire, desde si no sería mejor una suspensión definitiva a qué hacer con las monumentales figuras que ya están en la calles y cómo paliar el daño económico que implica la suspensión de unas celebraciones en las que se vuelca toda la ciudad.

El presidente Ximo Puig, encargado de anunciar la dolorosa medida que ahora tendrá que desarrollar el gobierno municipal del nacionalista Joan Ribó, ha estimado que las pérdidas provocadas pueden alcanzar los 700 millones de euros al tratarse del evento con mayor impacto económico en la capital valenciana. De hecho, según un estudio del Instituto Valenciano de Investigaciones Económicas (IVIE) del año 2009, las Fallas dejan en la ciudad 753 millones de euros y el 15% del turismo de todo el año.

Las primeras medidas van a afectar directamente al sector y tanto la Generalitat como el Ayuntamiento de Valencia ya mantienen contactos para consensuar una salida o acabar en una suspensión definitiva. La fiesta de las Fallas cuenta con ayudas públicas, pero como movimiento asociativo que es, se sustenta en su mayor parte por las aportaciones de los falleros a sus comisiones. Ellos son quienes costean el monumento, la pirotecnia o las verbenas en la calle, amparándose en unos ingresos que consiguen a través de patrocinadores y alquiler de puestos de comida y bebida. Ingresos que la suspensión deja en el aire. No hay seguro que pudiera prever una crisis sanitaria mundial.

Desde el sector indican que será especialmente difícil de gestionar. Es muy complicado desmontar los cuerpos centrales de las fallas que, en el caso de las de categoría Especial, algunas con 14 metros de altura, o de la Falla municipal, están ya plantadas desde el pasado fin de semana por toda la ciudad. En ellas se ha hecho una inversión de casi ocho millones de euros. El aplazamiento obligaría a devolverlas a los talleres de los artistas, un gremio que ya planeaba hogueras de San Juan o incluso los monumentos falleros del año próximo. para un colectivo que trabaja con apenas margen de beneficio, colapsar sus talleres es una opción que les perjudica.

El gremio de artistas falleros y de hogueras de Valencia, Burriana y Alicante ha acordado en una reunión esta mañana aconsejar a sus afiliados que «no desmonten ni retiren» ninguna falla hasta saber quién se hace cargo de estos trabajos no previstos.

Los directivos de los gremios consideran además que lo más razonable, dada la situación de fallas ya terminadas y transportes hechos hasta cada una de las calles y plazas, «es acabar de plantar y quemar las fallas dentro de las fechas habituales», pero esperarán a conocer el detalle del decreto de suspensión para comenzar a retirar las piezas. «Por el alto coste material y riesgo a las personas que representa, el desmontaje no se realizará hasta que no se les garantice «quién se hace cargo de tales trabajos y almacenamiento de las fallas».

MÁS FÁCIL QUEMAR QUE DESMONTAR

El maestro mayor del Gremio de Artistas Falleros, José Ramón Espuig, ha sido tajante: la mayoría de fallas de la Sección Especial no se pueden desmontar. «En unos casos hablamos de dinero, en otros no tiene arreglo ni con dinero«, lamenta en declaraciones a À Punt Ràdio. Especialmente complicada es la falla municipal, «porque tenía movimiento y se ha anclado al hierro, se han hecho soldaduras. Es más fácil quemarla y hacer una nueva que desmontarla«, advierte el maestro.

Para los artistas, la decisión de no celebrar las Fallas ha llegado tarde porque su trabajo ya está en la calle. «Si esta decisión se hubiera adoptado antes, habría afectado bastante menos, aunque las consecuencias van a ser bestiales para todo el gremio».

Tampoco ven nada claro que el aplazamiento. Confían en que el Ayuntamiento «se haga cargo de las fallas que no ha salido a la calle para poder guardarlas», pero advierte de que necesitarán costear el almacenamiento porque no podrán ir a los talleres. «No podemos dejar de trabajar y si tenemos las naves ocupadas no podemos seguir trabajando», asegura.

LAS COMISIONES, SIN INGRESOS SUFICIENTES

¿Quién asumirá el resto de gastos? El presidente de la Asociación de Fallas de Especial, Rafael Mengó, tiene claro que el aplazamiento de las fiestas «se va a hacer muy cuesta arriba» porque «la última posibilidad» que contemplaban era posponer. Están a la espera de que la Generalitat concrete las ayudas a las que hizo ayer referencia Puig en el discurso en el que anunció el aplazamiento.

Mengó ha incidido en que hay muchos monumentos que ya están en la calle «porque ya estaba todo listo para la ‘plantà», las comisiones montaban sus carpas a partir de hoy y los espectáculos pirotécnicos contratados. «El problema que se avecina es impresionante», asegura.

¿Cómo deberían ser esas ayudas? En opinión del presidente de las Fallas de Especial deberían contribuir a paliar cuestiones que se verán afectadas por el aplazamiento como»el almacenamiento de la falla, con el prejuicio económico que supone; las churrerías, los ‘sponsors’, la subvención que todavía no ha llegado». «Las fallas vamos a tener que pagar mucho, y a lo mejor dejamos de cobrar», ha manifestado.