Unos pagan y no exigen, menuda bicoca. Otros pagan y demandan contraprestaciones a cambio, pero no les hacen ni puñetero caso, vaya chollo 17-12-2016 16:17:31
MORENTE
No están empadronados en Los Alcázares. Son residentes temporales, de hecho, no de derecho. Son mayoría indiscutible en el censo de contribuyentes. Unos pagan y no exigen, menuda bicoca. Otros pagan y demandan contraprestaciones a cambio, pero no les hacen ni puñetero caso, vaya chollo. Pagan impuestos, tasas y servicios todo el año y cuando vienen a disfrutar de su segunda residencia se encuentran con unas urbanizaciones en las que no se ha invertido ni un euro. Árboles y palmeras que van cayendo y no se replantan. Aceras en las que lo más llamativo son los destrozos en el enlosado. Alcorques que van reventando, uno tras otro, y no se reconstruyen. Solares sucios, sin vallar, en estado de abandono, árboles sin podar, grafitis por todas partes, mobiliario y equipamiento urbano que va desapareciendo y no se repone: bancos, jardineras, papeleras, señalización vial,
El dinero de sus impuestos no revierte en el entorno de sus viviendas, no ya en la realización de obras de mejora, sino en mera conservación de jardines, pavimento y asfalto. Nunca nadie pagó tanto a cambio de tan poco. Una genialidad recaudatoria digna de sus autores y de quienes se lo consienten, con nombres y apellidos. El equipo de gobierno municipal tiene en sus manos el cuerno de la abundancia.
La mayoría de los propietarios de viviendas en urbanizaciones vinieron buscando la oferta tradicional: SOL y PLAYA. Porque Los Alcázares, por mucho que se empeñen cuatro visionarios, es eso, un paraíso en la ribera de un mar singular (hoy maltratado) para disfrutar de lo que apetece en cualquier época del año: tranquilidad y ambiente saludable, y no un Silicon Valley de cultureta tres al cuarto, deportes raros y/o minoritarios, bares de copas, restaurantes a troche y moche plantados en mitad de la calle (cerramientos permanentes incluidos), música, escándalo y borrachera. Quienes invirtieron aquí no han sido consultados para cambiar el modelo de ciudad, ni tampoco para ser destacados paganos de las inversiones en el centro, en el casco histórico, en la zona donde se concentran quienes si votan en las elecciones locales. Los propietarios de viviendas que no están empadronados son convidados de piedra en el festín alcazareño, hacen un buen regalo a los novios y no les sirven ni un plato.
El desarrollo turístico del municipio no puede lograrse favoreciendo descaradamente a sectores industriales muy concretos y perjudicando a la mayoría, a quienes pagaron y siguen haciéndolo para disfrutar de SOL y PLAYA. El sol sigue igual que toda la vida. La playa debe recuperar todo lo que ha perdido por la inoperancia e incompetencia de los responsables de cuidarla. Los Alcázares tiene que ser el destino residencial apetecido por una mayoría ciudadana a la que no se ha consultado, y abandonar el nuevo modelo que quieren imponer a la fuerza un puñado de ignorantes, venidos a más, que confunden progreso, empleo, velocidad y tocino. El municipio necesita ser gestionado por personas que sepan de qué va esto. Hasta que llegue ese día seguirá siendo el municipio del cambiazo, del gato por liebre, del timo de la estampita. Así opinan quienes invirtieron aquí y son engañados aquí. Chollo para un puñado y estafa para un montón.
¬ EL PASEO RÍO NALÓN DEBE GESTIONARSE DIGNAMENTE. Para gestionar dignamente este espacio peatonal público, saturado de falsas terrazas hosteleras de interés comercial privado, hacen falta urgentemente políticos capacitados, sensibles, responsables, con ganas de trabajar, que sean capaces de devolverle su identidad, dignidad, belleza, bancos, jardineras, palmeras [II ANIVERSARIO DEL EXPOLIO MASIVO] y papeleras. Políticos que tengan claro que los vehículos industriales no pueden aparcar sobre las aceras, los pasos de peatones y las zonas reservadas a personas con discapacidad en la Calle Río Arangüín. Políticos con conocimiento, que estén en la calle, que reciban y escuchen a las personas, que sean capaces de contestar los escritos que reciben y atender las peticiones de sus administrados; que sean coherentes en sus dichos y en sus hechos. Políticos, en definitiva, que hagan lo que deben y no lo que les venga en gana. En el Comedor-Paseo Río Nalón hay mucho que corregir y sobran: demagogia, politiquería e ineficiencia.