Tres años de cárcel para el pequeño Nicolás por hacerse pasar por un representante del Gobierno y la Casa Real

  • La Audiencia de Madrid lo considera autor de un delito de usurpación de funciones públicas y de cohecho activo

  • Lo absuelve de los delitos de falsedad y de malversación de caudales públicos de los que también le acusaba la Fiscalía

  • RTVE
  • La Audiencia Provincial de Madrid ha condenado a Francisco Nicolás Gómez Iglesias, conocido como el pequeño Nicolás, a tres años de cárcel por haberse hecho pasar por un cargo relacionado con la Vicepresidencia del Gobierno y la Casa Real en un viaje a Ribadeo (Lugo) en agosto de 2014 para organizar una comida con un empresario.

    En la sentencia, a la que han tenido acceso Efe y Europa Press, la sección decimoséptima del tribunal le condena a nueve meses de cárcel como autor de un delito de usurpación de funciones públicas con la atenuante analógica de anomalía psíquica y dilaciones indebidas, y a otros dos años y tres meses de prisión por un delito de cohecho activo, con las mismas atenuantes.

    La Audiencia Provincial de Madrid también le impone el abono de un tercio de las costas procesales causadas en el procedimiento.

    El joven ha resultado absuelto de los delitos de falsedad y de malversación de caudales públicos de los que también le acusaba la Fiscalía, que pedía para él siete años de cárcel.

    Junto al pequeño Nicolás fueron también juzgados dos policías municipales que le acompañaron en su viaje a Ribadeo. El cabo de la Policía Municipal de Madrid Jorge G.H., ha sido condenado a tres años de cárcel por cohecho activo, así como al pago de una octava parte de las costas, mientras que el policía municipal de Torrijos (Toledo) Carlos P.L.D., ha sido absuelto de todas las acusaciones.

    «Personalidad con características narcisistas»

    La sentencia declara probado que Gómez Iglesias «padece un trastorno de la personalidad con características narcisistas y de rasgos inmaduros, así como un trastorno adaptativo con sintomatología ansioso-depresiva, situación que le condicionaba la percepción de la realidad, limitando levemente sus facultades cognitivas».

    «Se trataba de determinada persona que se había ido introduciendo en determinados círculos relevantes, tanto políticos, como de actividad misma del Estado, como empresariales», señalan los magistrados.

    En su declaración en el juicio, Gómez Iglesias sostuvo que su objetivo no era fingir que era una autoridad oficial, sino aparentar que era «una persona importante» para impresionar al presidente de Alsa, Jorge Cosmen, con quien había programado una reunión en el Club Náutico de Ribadeo. «Quería tirarme el pisto», dijo.

    Su abogado, Manuel Marchena, ya ha anunciado a Efe que recurrirá la sentencia ante el Tribunal Supremo, mientras que el letrado de la acusación popular por parte de la Asociación Municipal Unificada de Madrid (APMU), Alejandro Barciela, ha manifestado también a Efe su satisfacción por haber conseguido que se le condene por usurpación de funciones y también al pago de costas.

    La finalidad del viaje: hacerse pasar por «una persona importante»

    Sobre el viaje a Ribadeo, la sentencia cree que, «sin que conste el específico motivo por el cual llevó a cabo el acto», la finalidad era hacerse pasar por «una persona importante» y para ello concertó una entrevista con el empresario Jorge Cosmen, presidente de Alsa. De este modo se presentó ante el mencionado empresario «con el cargo (inexistente) de enlace entre Vicepresidencia del Gobierno y Casa Real».

    Para dar verosimilitud a sus planes, el pequeño Nicolás se hizo acompañar del agente de la Policía Municipal de Madrid que ha sido condenado junto a él y al que explicó «su propósito para hacerse pasar por determinado personaje relevante, solicitando que conformase determinado servicio de protección».

    También llamó a la Policía Municipal de Ribadeo para anunciar la llegada de la comitiva, así como a la Presidencia del Club Náutico de Ribadeo para que se hicieran «las gestiones» que posibilitaran «el aparcamiento de los vehículos» y a un restaurante del Puerto deportivo para anunciar «la presencia de determinada persona importante». Al viaje se les unió el policía municipal de Torrijos que también ha sido juzgado tras pedírselo el otro agente, si bien al tribunal no le consta que lo hiciese a cambio de una retribución pactada entre ambos.

    La comitiva estaba compuesta por cuatro vehículos de alta gama. No obstante, al tribunal tampoco le consta que con motivo de la conformación del convoy de vehículos se emplearan «determinadas acreditaciones mendaces, en principio expedidas por el Ministerio del Interior», de ahí la exculpación del delito de falsedad.

    Tampoco ha quedado acreditado, añade la sentencia, que el agente de la Policía Municipal de Madrid «emplease determinado material de seguridad (rotativos, luminosos o auriculares de oreja) del Ayuntamiento de Madrid».

    Esta es la segunda condena al pequeño Nicolás. La primera fue de un año y 9 meses por falsificar un DNI para que un amigo se hiciese pasar por él en la prueba de selectividad de 2012, mientras que en 2016 fue absuelto de un delito de injurias y calumnias contra el Centro Nacional de Inteligencia (CNI).