Ricote frente al espejo: Radiografía sociodemográfica del municipio

Ricote frente al espejo: Radiografía sociodemográfica del municipioMARÍA CELDRÁN BALLESTER

La generación de riqueza y de empleo de calidad sigue siendo una tarea pendiente en un municipio que continúa sin convertir su atractivo turístico y su potencial agrícola en un motor de desarrollo económico

Ricote frente al espejo: Radiografía sociodemográfica del municipio  MARÍA CELDRÁN BALLESTER

El análisis de las principales estadísticas sociales y de población nos permite conocer la situación general de un determinado municipio, detectando tendencias, problemas presentes y retos futuros. Animados por este objetivo, a continuación presentamos a los lectores cinco conjuntos de datos, extraídos de Centro Regional de Estadística de Murcia (CREM) y del Instituto Nacional de Estadística (INE), que analizan la realidad de Ricote y facilitan el debate colectivo sobre las áreas en las que concentrar nuestros esfuerzos durante las próximas décadas.

Crisis demográfica

A nadie se le escapa que Ricote está perdiendo población a pasos agigantados. Esta sensación general se apoya en algunas cifras alarmantes. Nuestro crecimiento vegetativo, es decir, el indicador que expresa la diferencia entre nacimientos y defunciones, lleva siendo negativo de manera continuada desde 2007. Esto implica que durante todo este periodo se produjeron más muertes que nacimientos.

De igual forma, la densidad poblacional (número de habitantes por km2) no ha dejado de descender en los últimos años: en 1993, por cada km2, vivían 19.3 ricoteños. En 2013, ya eran 16.3, y, en 2020, tan solo 14.5. Si observamos el número total de habitantes en una serie longitudinal amplia, en el año 1900 en Ricote vivían 2604 personas (1274 hombres y 1330 mujeres). A partir de los años 60 se produce un importante éxodo y, a principios de los ochenta, el número de habitantes ya era inferior a la barrera psicológica de los 2.000, concretamente, en 1981, vivían en Ricote 1774 personas.

La llegada del siglo XXI ha intensificado la despoblación. En el año 2000: 1582 habitantes; en el año 2011: 1456; en el año 2020: 1253. Entre 2011 y 2020 se perdieron más habitantes (203) que en los once años anteriores (126). Si se aplica un sencillo modelo de regresión, con una línea de tendencia, podemos predecir, ceteris paribus, el número de habitantes del municipio (considerando un ritmo similar al actual) en el futuro. Antes de mediados de siglo, la población de Ricote ya habrá descendido por debajo de los 1.000 habitantes, en el mejor de los escenarios.

Lo cierto es que es previsible que el ritmo de pérdida poblacional se acentúe en los próximos años, por lo que la realidad puede ser incluso más negativa. Un último apunte: la proporción de mujeres en edad fértil entre el total de mujeres era en 2004 de 43.5, en 2019 no supera las 37.0.

No solo somos menos, sino que, además, cada vez estamos más envejecidos

El municipio de Ricote ha sido repetidamente señalado como el enclave de población más envejecido de la Región de Murcia, un titular preocupante. Por el contrario, nuestra comunidad en su conjunto es una de las menos envejecidas del país. El índice de vejez del municipio (indicador que enfrenta a la proporción de población de 65 y más años con la proporción de población menor de 20 años) ascendía a 148 en 2011. Ocho años después (2019) había crecido hasta 193.30, y lo seguirá haciendo en el próximo lustro.

El envejecimiento poblacional plantea un reto en materia de cuidados y de asistencia sanitaria. Este nuevo escenario puede ser entendido tanto como un nueva oportunidad para el empleo como un riesgo si no se logra proveer adecuadamente un sistema de atención de calidad a través de la más que urgente construcción de un complejo de pisos tutelados que ofrezcan asistencia continuada en alojamientos confortables y adaptados para mayores autónomos o semiautónomos. Las cifras estadísticas evidencian una demanda creciente, elemento que justifica por sí solo la aprobación de este proyecto y su financiación por parte de la CARM.

Ricote, entre los municipios murcianos con una renta más baja

El contexto de depresión demográfica ha restado dinamismo económico al municipio. Sin ningún tipo de industria, con una agricultura orientada exclusivamente a complementar ingresos (baja capacidad de creación de puestos de trabajo continuos), con una actividad comercial mínima y con un alto porcentaje de pensionistas entre la población, no puede extrañarnos que Ricote aparezca en las estadísticas del INE derivadas del IRPF, como uno de los tres municipios murcianos con menor renta anual media por hogar (22.256 euros en 2018). Otros municipios del entorno describen niveles de renta anual media superiores (Ulea: 24.883 euros; Abarán: 25.540; Ojós: 23.575; Villanueva del Río Segura: 23.680).

La generación de riqueza y de empleo de calidad sigue siendo una tarea pendiente en un municipio que continúa sin convertir su atractivo turístico y su potencial agrícola en un motor de desarrollo económico sostenible.

Un éxodo rural persistente y la pandemia como oportunidad

En los últimos cuatro años (2016-2020) han emigrado, es decir, han trasladado su residencia habitual fuera del municipio, un total de 189 ricoteños (el año con mayor número de emigraciones fue el 2018, alcanzando las 50). Uno de los principales destinos de estas emigraciones ha sido el municipio de Archena, aunque también han sido recurrentes los traslados a Murcia y Molina del Segura.

Tal vez por efecto de la pandemia, o quién sabe por qué, el año 2020 representa un cambio en la tendencia general. Durante el año pasado, el saldo migratorio arroja un resultado positivo (más personas cambiaron su residencia a Ricote de las que se fueron de Ricote) y es que en este año nos dejaron 24 vecinos, pero decidieron venir a vivir con nosotros otros 51.

Los problemas con la vivienda: en el centro de la despoblación

Las dificultades en el acceso a una vivienda mínimamente atractiva y la falta de disponibilidad de suelo asequible son algunos de los factores destacados que llevan a muchos jóvenes de Ricote a establecer su residencia fuera del municipio (sumado a la falta de servicios y a las escasas perspectivas laborales, por supuesto). Desde el año 2007, en el municipio no se ha realizado ni una sola vivienda de promoción pública. Las cada vez más habituales casas cerradas y las decenas de solares sin edificar, sin un censo disponible que los sistematice, no reúnen habitualmente unas condiciones razonables para emprender un proyecto de familia.

Esta crisis de la vivienda en Ricote se refleja en algunas estadísticas interesantes, por ejemplo, según datos catastrales, el número de parcelas sin edificar ha crecido sensiblemente en los últimos años. De las 201 parcelas sin edificar del año 2003 se ha pasado a más de 446 en el año 2020. Tenemos más suelo urbano disponible, pero esto no se ha traducido en una oferta más interesante de suelo y vivienda. Eso sí, en estos últimos años ha crecido exponencialmente el valor catastral de cada unidad urbana (lo que ha implicado un incremento continuo de los recibos del IBI).

Como diría Ana Pastor, estos son los datos, suyas, y solo suyas, las conclusiones. ¡Felices Fiestas!