El color y los papelicos volvieron a Yecla para celebrar San Isidro en un desfile en el que la alegría cubrió la ausencia de la treintena de peñas que este año no han podido elaborar carroza
ONDA REGIONAL
PATRICIA JIMÉNEZ. Yecla
El color y los papelicos han vuelto a las calles de Yecla para celebrar San Isidro en un desfile en el que la alegría desbordante ha cubierto la ausencia de la treintena de peñas que este año no han podido elaborar carroza.
Con la mitad de carrozas, no ha sido lo mismo pero la alegría ha arrasado en las calles en el desfile de San Isidro que ha reunido en Yecla a miles de personas, unas 40.000 según la alcaldesa, Remedios Lajara. Yecla recupera así la normalidad, ha dicho el presidente de la Asamblea regional, Alberto Castillo. Y tras los dos años de parón, las fiestas de San Isidro retornan con fuerza, asegura el consejero de Turismo, el yeclano Marcos Ortuño.
El premio ayer era salir, y el concejal de Festejos, José Antonio Marín, reconoce que tocó correr, conseguir sacar la carroza a la calle pese a todas las adversidades que no fueron pocas.
Con motivos agrícolas, también reivindicativos contra las explotaciones de cultivo intensivo y la ganadería, el ingenio y creatividad volvió a impresionar aunque las dimensiones de las carrozas, más reducidas, fueron también notorias.
Ha sido un reto especial este año ha dicho Paco Azorín, de la peña La Filandra, primer premio de Carroza adulta.
El suyo ha sido un homenaje al pintor yeclano, Fernando Carpena y su obra La cucaña, pero la elaboración de la carroza no es lo más importante para los peñeros, añade Pedro, de la peña El Rodalico, primer premio Infantil.
Lágrimas de emoción al final del desfile para el presidente de la Federación de Peñas. Porque las fiestas de San Isidro se han caracterizado por el color y la alegría pero este año la alegría ha sido mayor.