Los requisitos académicos y científicos para acreditarse como docentes impiden a la institución lograr ‘recambios’ para los catedráticos o profesores titulares que se retiran de las clases
LA OPINIÓN
Las jubilaciones en el cuerpo docente de las facultades de Medicina de España es un problema que no es nuevo pero al que de momento no se ha puesto solución. En el caso de la Universidad de Murcia, su Facultad tiene en previsión jubilar a la mitad de su profesorado en cinco años y para algunas especialidades no hay ‘recambio’ por el momento. «Hace años que nos quedamos sin repuesto de profesores clínicos», señala Carmen Robles, decana de Medicina, por lo que son los docentes asociados los que pueden asumir hasta cierto punto la carga lectiva, pero la falta de horas para investigar y para dar clases impide a estos médicos poder acreditarse para ser titulares con puesto fijo.
En el caso de la Facultad de Medicina de Murcia, refleja Robles, la situación «está ligeramente mejor» que con respecto a otras instituciones académicas del país donde no tienen profesores para especialidades importantes, pero ya hay departamentos como el de Psiquiatría, Dermatología o Nefrología donde el recambio no existe para los docentes, algunos de ellos catedráticos, que se jubilan incluso en estos últimos meses del año. «Cada vez son menos catedráticos, en diciembre se jubila una catedrática de Dermatología, hace poco otro de Psiquiatría, un departamento que se queda en la cuerda floja aunque queda algún titular, pero son mayores. En Nefrología no tenemos a nadie, estaba una profesora asociada que también se ha jubilado».
Especialidades como Dermatología o Psiquiatría están en «la cuerda floja», admite la decana
La asistencia sanitaria se lleva casi todo el tiempo de trabajo de los profesores vinculados, por lo que pasan a horario de tardes la investigación. Robles, que pertenece a la Conferencia Nacional de Decanos de Medicina, forma parte de la nueva comisión que la Agencia Nacional de Evaluación de la Calidad y Acreditación (Aneca), organismo que configura los pasos de los investigadores y acredita a los docentes, ha creado para cambiar los criterios que permiten acceder a un médico al cuerpo docente.
Los nuevos criterios, que deben estar fijados a finales de año, «deben ser más favorables y que den prioridad a la asistencia sanitaria» del aspirante a profesor clínico «para que se acredite con más facilidad». Hasta ahora, Aneca prioriza el número de publicaciones científicas en revistas de alto impacto, «un listón muy alto» para Robles, que también reclama como solución que en el itinerario formativo de un profesor se apruebe la figura de ‘ayudante vinculado’ sin tener el doctorado, ya que solo se puede acceder a la figura de Contratado Doctor una vez el médico logre el doctorado, para después ser profesor titular y catedrático.
Según el Instituto Nacional de Estadística del curso 2019/2020, la edad media del profesorado de Medicina en la Universidad de Murcia llega a los 54 años, mientras que en algunas especialidades como Psiquiatría o Urología superan los 56 años.
La docencia «exige unos méritos que los MIR no tienen»
El Ministerio de Universidades, junto con la Aneca, está estudiando implantar una serie de medidas que logren incentivar el acceso a la carrera docente de los médicos que han terminado la residencia. La decana Robles entiende que lo primero tras acabar esta etapa es lograr toda la experiencia posible en la profesión y de una forma activa: «No se les puede quitar la asistencia sanitaria, es imposible». Otros inconvenientes como que muy pocos tienen el doctorado y las suficientes publicaciones en revistas impiden acumular horas de docencia.
El Boletín Oficial de la Región de Murcia publicó precisamente ayer la convocatoria de dos concursos para acceder a dos plazas en la Facultad de Medicina, una de ellas para catedrático en el área de docencia de Aparato Cardiovascular y otra para profesor titular en el departamento de Oftalmología, Optometría, Otorrinolaringología y Anatomía Patológica.