La comida rápida y el dulce toman el histórico eje ante la crisis del ‘retail’, a la caza tanto del turista como del público joven que frecuenta el centro
Reinventarse o morir. Pocos aforismos han hecho más fortuna que este en un mundo tan cambiante como el actual. Puede ser aplicable a situaciones personales, profesionales o empresariales, pero, por qué no, también a espacios urbanos. De hecho eso es lo que está ocurriendo con una de las históricas calles comerciales de la ciudad de Murcia, Trapería, inmersa en un proceso de cambio. Su nombre ya denota los orígenes de esta vía, en la que se asentaron durante el siglo XIV numerosos mercaderes malteses, genoveses y catalanes.
Desde entonces, ha sido esta calle un lugar de encuentro social, en el que, además del Casino, ha destacado la presencia de históricos cafés, joyerías y tiendas de moda. Sin embargo, hace ya unos años que andaba esta icónica vía de capa caída, ante la notable presencia de bajos cerrados y carteles de ‘Se alquila’. La crisis del comercio minorista, acelerada por la pandemia, y las dificultades de acceso a la ciudad habían desnaturalizado un enclave «en el que ya apenas había bancos y poco más», según remarca la joyera Marisa Cano, histórica presidenta de la extinta Asociación de Comerciantes de Platería y Trapería.
No obstante, este otrora pujante eje comercial ha comenzado a resurgir con fuerza durante el último año, modificando en cierto modo su idiosincrasia. De esta manera, Trapería está cambiando negocios autóctonos y tradicionales de comercio minorista por establecimientos hosteleros pertenecientes a franquicias cadenas, en muchos casos de comida rápida. El caso más reciente es del de la hamburguesería ‘gourmet’ The Fitzgerald, que ha abierto recientemente sus puertas en el espacio que ocupó durante años la tienda de decoración La Oca.
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Antes que este, casi a inicios del verano, levantó la persiana el restaurante de la cadena estadounidense Popeyes, dedicado a la venta de pollo frito, mientras que en primavera ya había comenzado a funcionar Healthy Poke, en el local que había ocupado hasta entonces la confitería Roses, en la esquina con la plaza de la Cruz. No hay que olvidar, tampoco, que a finales de 2021 habían llegado a Trapería las empanadas argentinas de Malvón, franquicia con un centenar de tiendas en toda Europa, y que en la cercana plaza de Santo Domingo desembarcó a finales de 2022 la cadena de hamburgueserías Five Guys. Completa la lista de negocios hosteleros llegados recientemente a la histórica calle la cadena de cafeterías Bombon Boss, que se instaló en junio, y la heladería murciana Temperato, que por las mismas fechas abrió su segundo local en la capital murciana –junto al de la plaza de las Flores– y el quinto en la Región, haciéndose con el espacio que ocupaba una joyerías
Bajada en los alquileres
Según explica el portavoz del Colegio de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Jerónimo Jover, una cierta bajada de unos alquileres prohibitivos–forzada ante la caída de la demanda en calles adyacentes– ha llevado a cadenas y franquicias a aprovecharse de una situación a la que sigue sin poder amoldarse el comercio tradicional. «Es lo mismo que ha ido pasando antes, por ejemplo, en Alfonso X o en la plaza de Santo Domingo», señala. Y explica que la compra en los establecimientos ‘retail’ se ha ido desplazando a los centros comerciales, con un acceso más fácil en vehículo privado. «Se ha pasado a buscar un público más joven a través de este tipo de oferta, que sí viene al centro en busca de experiencias u ocio y que consume en estos establecimientos porque son más asequibles y conoce las marcas», apostilla.
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REBECA MARTÍNEZ HERRERA
Rosa Perán, gerente de la heladería Temperato, reconoce que en su decisión de instalarse en Trapería pesó la idea de que Murcia, aún por explotar turísticamente, recibe cada vez más visitantes. «Este verano hemos notado bastante afluencia de turistas, pese a ser temporada baja», destaca. Y se muestra encantada con «una zona de paso casi obligado, con un gran potencial, y que además está recuperando el vuelo con una gran variedad de servicios». Esta cierta turistificación o focalización en la gente de paso la demuestra también la próxima apertura de una tienda de regalos Miniso, más conocido como el ‘Tiger chino’.
«Es cierto que la afluencia de turistas es cada vez mayor y que tenemos un importante margen de crecimiento por ahí», explica Miguel Ángel Escolar García, propietario de la tienda de moda Glüss y vicepresidente de la nueva asociación comercial Nuevo Corazón. Escolar se muestra encantado con estas nuevas aperturas ya que, aunque no responden al perfil histórico de la calle, «son complementarias a nuestra oferta, ya que atraen una mayor clientela potencial». «Creemos que el espacio gastronómico y de ocio del Grupo Fuertes en el Palacio Almodóvar nos va a dar un empujón definitivo», concluye. Trapería empieza a no ser la misma, pero lo importante es que sea una calle con vida.