La Audiencia Nacional recrimina el comportamiento de dos funcionarios que se presentaron al evento: «No todo vale. La todopoderosa Agencia Tributaria tiene a su disposición medios para no amedrentar a los novios»
«Venimos a embargar la boda«. Parece un guion de una película de Berlanga, pero desgraciadamente para los novios no lo fue. Todo lo contrario. Era el sábado 1 de junio de 2019 en la finca Los Cañizos de Badajoz. La novia, Irene -de blanco radiante- pidió a sus dos primas que le acompañasen al aseo de una estancia privada del cortijo donde se celebraba el evento -al que concurrieron unos 100 invitados- para ayudarla con la parte inferior del traje, que era muy voluminoso.