Funeral con más de 500 jefes de Estado, después ceremonia privada: así será el adiós definitivo a Isabel II

Al funeral de Estado irán monarcas de toda Europa, además de los reyes de España y el rey emérito Juan Carlos I

CADENA SER   Londres EFE

Miles de británicos pasarán este jueves por la capilla ardiente instalada en el palacio de Westminster de Londres para dar su último adiós a Isabel II, la que ha sido su reina durante las últimas siete décadas.

Se esperan colas kilométricas para acceder a la sede de las cámaras parlamentarias del Reino Unido, donde los restos de la soberana, fallecida el pasado jueves con 96 años, reposarán hasta el próximo lunes, cuando se oficiará su funeral de Estado.

Las autoridades de Londres han preparado el terreno para acoger una fila de hasta 16 kilómetros a lo largo de la ribera sur del río Támesis, si bien al abrir la capilla ardiente, el miércoles por la tarde, la cola era de unos 4 kilómetros, según el seguimiento en vivo que ofrece el Ministerio de Cultura.

Se han instalado lavabos portátiles a lo largo del recorrido y movilizado a 1.500 efectivos del Ejército para colaborar en la organización del multitudinario evento.

Además de voluntarios de la Cruz Roja y cerca de 600 profesionales sanitarios del sistema de salud inglés, unos 180 miembros de la organización sin ánimo lucro Samaritans están disponibles para ofrecer «respaldo emocional» a los ciudadanos afligidos por el deceso de la soberana.

Colas de más de seis horas para visitar la capilla ardiente de Isabel II. / OLIVIER HOSLET

Así será el funeral

El lunes a las 11:00, hora británica (12:00 en la península ibérica), se celebrará la misa en la Abadía de Westminster para despedir a Isabel II. Esta será la ceremonia pública, es decir, el funeral de Estado, al que asistirán unas 2.000 personas. Será uno de los mayores eventos que reunirá a miembros de casas reales de todo el mundo y de políticos que organiza el Reino Unido en décadas.

Las invitaciones se enviaron el pasado fin de semana y se espera que unos 500 jefes de Estado y dignatarios extranjeros acudan a decir adiós a la soberana.

Después, a las 19:30, hora de Londres (20:30 hora española peninsular), tendrá lugar el funeral privado de Isabel II. La monarca será enterrada en el castillo de Windsor, en la capilla Rey Jorge VI, junto a la tumba de su marido.

Y después de ese funeral privado, en la que la monarca quede definitivamente enterrada, se guardarán dos minutos de silencio en todo el país, tras los que se entonará el himno nacional ‘Dios salve al rey‘.

El lunes, desde las 8 de la mañana de Londres (las 9 en la España peninsular), comenzarán a llegar los invitados al funeral. Entre ellos, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, el de Francia, Emmanuel Macron, pero también los reyes de España, además del rey emérito Juan Carlos I y la reina Sofía.

Por contra, no han sido invitados representantes de Siria, Venezuela y Afganistán, según la BBC, ni tampoco Rusia, Bielorrusia y Birmania mientras que Corea del Norte y Nicaragua podrán solo enviar embajadores.

Desde el Reino Unido se ha pedido a la mayoría de líderes que se desplacen en vuelos comerciales para evitar bloquear los aeropuertos de Londres y a su llegada a la capital serán transportados en autobuses.

Buckingham no divulgará la lista completa de los invitados a esta ceremonia del próximo lunes.

Una cureña (carro de metal o madera) de la Marina Real (Royal Navy), de 123 años de antigüedad y tirada por 98 marineros, llevará el féretro de Isabel II desde el Salón de Westminster, donde está ahora instalada la capilla ardiente en el Parlamento británico, hasta la Abadía de Westminster para el funeral de Estado.

Desde el Parlamento, el rey Carlos III y otros miembros de la familia real caminarán detrás del cortejo fúnebre.

En la procesión irán gaiteros de regimientos escoceses e irlandeses, así como músicos de la Real Fuerza Aérea (RAF).

Al término del funeral, el rey y otros miembros de la familia real caminarán detrás del féretro de la reina hasta el Arco de Wellington, en el centro de Londres, desde donde será llevado hasta el castillo de Windsor, la que fuera residencia de fin de semana de la soberana y donde se instaló en el último año.