El Trasvase inicia un examen de tres años para salvarse de más recortes

El Consejo Nacional del Agua debate hoy el Programa Especial de Vigilancia del acueducto Tajo-Segura que vincula la recuperación del Mar Menor y el fin de los vertidos urbanos de Madrid a la subida de los caudales ecológicos

LA OPINIÓN

El futuro del Trasvase Tajo-Segura pasará a lo largo de los próximos tres años un continuo examen ecológico basado en el cumplimiento de 169 medidas que, de llevarse a cabo, frenaría un recorte del agua que circula por el acueducto hasta el Levante. El Ministerio para la Transición Ecológica ha puesto a partir de enero deberes a las cuencas del Tajo, Guadiana, Segura, Júcar y las Cuencas Mediterráneas Andaluzas para controlar, vigilar y revertir las «debilidades» que ponen «en riesgo» la viabilidad del trasvase.

Los nuevos caudales del Tajo arrancarán 2023 con 7m3/segundo en el tramo de Aranjuez y su incremento a partir de 2026 estará condicionado a cumplir estos objetivos ambientales. De momento, la merma será de 31,5 hm3 al año.

El Programa Especial de Vigilancia y Control, que este martes se votará en el Consejo Nacional del Agua junto con el plan de cuenca del Segura y el Tajo, chequeará cada trimestre el estado de las masas de agua en las cuencas del Tajo y del Segura. Contará con una inversión de 2.700 millones de euros, de la cual el 50% se centrará en el Segura.

Aquí, el Ministerio vincula qué volumen de agua llegará dentro de tres años a lograr el buen estado del acuífero del Campo de Cartagena con las medidas cautelares impuestas a los regantes, el fin del regadío ilegal en la cuenca del Mar Menor, al estado de la laguna con la ejecución del plan estatal para su recuperación o a la construcción, ampliación y conexión de las desaladoras de Torrevieja, Valdelentisco y Águilas, así como sus plantas solares. Este proyecto es fruto del acuerdo entre el Ministerio, el Gobierno valenciano y los socialistas murcianos.

En el Tajo, la batería de medidas pasaría por acabar con los vertidos de aguas urbanas de Madrid mal depuradas a los ríos Manzanares y Jarama, que confluyen en el Tajo. El departamento de Teresa Ribera incluye esta tesis en el programa de control tras una larga reclamación por parte del Sindicato Central de Regantes (Scrats). Aguas abajo de Aranjuez, una vez el Tajo recibe los caudales del Jarama, todas las masas de agua superficiales son deficientes.

Doce de las 18 masas de agua entre los embalses de cabecera de Entrepeñas y Buendía y la presa de Azután (Toledo), están en mal estado, con presencia excesiva de amonio, fosfato o glifosato. La red de saneamiento, colectores y tanques de tormentas «no evita completamente que se viertan aguas pluviales -al Manzanares- sin haber recibido el tratamiento necesario».

Todo esto implicará el 40% del presupuesto del programa de control, más de 1.000 millones de euros. La restauración hidroforestal del Jarama, junto con la modernización de los regadíos en el Tajo permitiría no depender tanto de las reservas de los embalses de cabecera, al estimar un ahorro real de hasta 100 hm3 al año.

El Gobierno añade a las exigencias el buen estado de los humedales de las Tablas de Daimiel y los envíos por la Tubería Manchega a razón de 27,6 hm3 al año para abastecer de agua hasta 70 municipios. El pacto alcanzado avanza también la revisión de las reglas de explotación del Trasvase tras modificarlas el pasado año para dar más estabilidad a los envíos.

La cuestión estará en dónde colocar la línea roja a partir de la cual no haya más trasvases, ahora fijada en 400 hm3. Al fijar caudales ecológicos, la aprobación del Plan del Tajo «podría conllevar una modificación de estos caudales de referencia y, por tanto, motivar la revisión de las reglas de gestión actualmente vigentes», señala el documento.

Reutilización

El Ministerio pone su mirada en el Campo de Cartagena al ser la zona regada por el Trasvase que más dotación tiene asignada. Cada trimestre se deberán dar partes del estado de ejecución de cada medida encaminada a recuperar el acuífero y la laguna.

Otro aspecto esencial lo pone en la reutilización del agua, de donde considera que se podrían obtener unos 5 hm3 al año al mejorar le depuración en las plantas potabilizadoras, lo que llevaría a reducir el vertido de los efluentes con calidad insuficiente al mar. En la mejora de algunas de estas tendrá que intervenir el Gobierno regional.

Con la ampliación de las tres desaladoras, la capacidad global de las 13 plantas en la demarcación del Segura 404 hm3 en 2026. Valdelentisco, Águilas y Torrevieja pasarían a destinar a la Mancomunidad de los Canales del Taibilla unos 45 hm3/año y a los regadíos dependientes del Tajo-Segura unos 105 hm3/año.

Castilla-La Mancha estalla: «El plan de control es un instrumento inventado»

El Gobierno de Castilla-La Mancha denunció ayer que el aumento de los caudales ecológicos del río Tajo quedará vinculado a partir de 2026 al Programa Especial de Vigilancia y Control del acueducto Tajo-Segura, «un documento inventado al margen» de dicho plan hidrológico. La comunidad autónoma considera que «se ha tirado por la borda el prolijo trabajo de más de tres años que se ha venido realizando hasta el día de hoy, para modificarlo de forma premeditada».

El presidente murciano, Fernando López Miras, aseguró por su parte ayer que la previsible reducción de más del 20% en los envíos de agua al Segura que contempla el futuro Plan Hidrológico del Tajo es una decisión, a su juicio, sin rigor técnico además de «sectaria y política» del Gobierno central. El consejero de Agua y Agricultura, Antonio Luengo, asistirá a la cita de este martes en el Consejo Nacional del Agua. El PP de Castilla-La Mancha ha dicho que las cuencas receptoras del trasvase Tajo-Segura, deben reducir su consumo, aunque ha pedido que el problema del recurso entre comunidades se resuelva en el ámbito nacional.

Los regantes votarán en contra de los planes del Tajo y del Segura

La controversia por la guerra política entre comunidades y las quejas de los sectores afectados por el recorte al Trasvase Tajo-Segura llega hoy al debate del Consejo Nacional del Agua. Ministerio, comunidades y representantes de distintos sectores votarán este martes los planes hidrológicos del Tajo y del Segura en una cita donde también estará presente el programa de medidas vinculado a la escalada o no de los caudales ecológicos en la demarcación del Tajo.

El presidente del Sindicato Central de Regantes del Acueducto Tajo-Segura, Lucas Jiménezdará su voto negativo a la planificación hidrológica del Tajo pese a alcanzarse el acuerdo de no aumentar los caudales mínimos en el Tajo a partir de 2026 si se logran una serie de objetivos ambientales. El documento del Tajo, como tal, sigue reflejando la subida del caudal hasta los 8,6 m3/segundo a partir de 2027 y contra eso han cargado los regantes desde el principio. Supondría un recorte aún mayor de los 31,5 hm3 que está ahora encima de la mesa.

Jiménez, que llega a la cita en representación de los usuarios del regadío en la cuenca del Segura, también votará en contra del plan del Segura. El presidente del Scrats mantuvo a lo largo del día de ayer conversaciones con las comunidades de regantes de todas la demarcación para determinar hoy el sentido del voto. Como representante del sindicato, Lucas Jiménez votó a favor del plan del Segura en el Consejo del Agua de la Demarcación ya que la CHS reflejó en el documento los impactos socioeconómicos del recorte al Trasvase; otras organizaciones de regantes lo hicieron en contra. En la reunión de hoy la cosa cambia, y la representación de los regantes del Segura recae en Jiménez.

El líder de estos usuarios en el Levante ha mostrado a lo largo de la última semana su disconformidad con el planteamiento de los caudales ecológicos en el Tajo, pues considera que no hay razón técnica para incrementarlos aunque solo sea en 1m3/s.