Después del sexo, las arañas macho saltan para salvar su vida

Utilizan una articulación en su primer par de patas para escapar a toda velocidad

LA OPINIÓN

Un tipo de arañas macho utiliza catapultas incorporadas en las patas para escapar del canibalismo sexual: saltan inmediatamente después del apareamiento, para impedir que las hembras los devoren. Se propulsan a velocidades impresionantes, de hasta 88 centímetros por segundo.

Un grupo de investigadores liderado por el científico Shichang Zhang, de la Universidad de Hubei en Wuhan, China, ha identificado por primera vez un mecanismo de escape empleado por las arañas macho de la especie Philoponella prominens, que les permite huir de sus parejas luego del apareamiento. Los machos que no logran evadirse son rápidamente capturados, asesinados y consumidos por sus compañeras femeninas.

Un escape vertiginoso

El mecanismo de escape se sustenta en una articulación ubicada en el primer par de patas de las arañas, que usan para emprender inmediatamente una acción de catapulta en una fracción de segundo. Gracias a este movimiento, se alejan de sus parejas a velocidades increíbles, que pueden alcanzar los 88 centímetros por segundo. En términos de aceleración, pueden hacerlo a 200 metros por segundo, en tanto que en el escape giran un promedio de 175 veces por segundo.

Según los científicos, se han identificado en el mundo animal numerosos mecanismos que permiten acciones o reacciones extremadamente rápidas a través del almacenamiento lento de energía, generalmente en estructuras elásticas, que luego se libera casi instantáneamente en un funcionamiento similar al de una catapulta.

Sin embargo, habitualmente estos mecanismos se emplean para la captura de presas o para evitar depredadores. El nuevo estudio, publicado recientemente en la revista Current Biology, es el primero que ha logrado demostrar que este tipo de reacciones extremadamente rápidas también pueden utilizarse para esquivar el canibalismo sexual.

Elección sexual y supervivencia

De acuerdo a información brindada por Cell Press, que se publica en un artículo de Phys.org, los científicos observaron que el apareamiento de las arañas siempre terminaba con una catapulta, tan rápida que las cámaras comunes no podían registrar los detalles con claridad. Ahora, en la nueva investigación pudieron estudiar al detalle los movimientos y calcular con exactitud la velocidad, la aceleración y los giros que realizan las arañas macho.

Los investigadores realizaron este descubrimiento mientras estudiaban la selección sexual de la araña Philoponella prominens. Se trata de una especie que vive en grupos comunitarios de hasta 300 individuos, en un complejo en forma de gran telaraña, que a su vez incluye muchas telarañas individuales dentro. De 155 apareamientos exitosos, los científicos reportaron que 152 terminaron con el macho catapultado. Todos esos machos sobrevivieron a sus encuentros sexuales, mientras que los 3 que no lograron catapultarse fueron víctimas de la hembra.

Al parecer, las hembras utilizan el éxito en la acción evasiva como una forma de “probar” la capacidad reproductiva del macho. Cuando son ágiles y logran escapar, merecen vivir y seguir apareándose con otras hembras. Si no lo logran, quiere decir que no son aptos y deben ser eliminados.

En sentido contrario, los machos parecen haber desarrollado la habilidad para catapultarse como un comportamiento evolutivo, para luchar contra el canibalismo sexual de las hembras y bajo una fuerte presión depredadora por parte de sus compañeras. A futuro, los investigadores buscarán explorar el papel de la capacidad de catapultarse en el éxito de apareamiento de los machos.