Reportaje fotográfico del entierro
El sepelio que se ha celebrado esta mañana en la parroquia del Corpus Christi-La Purísima, oficiado por el obispo de la Diócesis, Monseñor Lorca Planes, acompañado de los vicarios y concelebrado por varias decenas de sacerdotes, al que también han asistido varios cientos de vecinos y amigos ha sido la última despedia y homenaje del pueblo de Archena a su Hijo Predilecto Antonio López Baeza.
En el velatorio de la pasada noche, fueron miles de Archeneros y amigos los que desfilaron en el tanatorio del Valle de Ricote para presentar sus condolencias,
López Baeza murió ayer cuando tenía 82 años y nació en Archena. El título de Hijo Predilecto le fue concedido en el pleno municipal del 4 de mayo de 2009, donde se ha celebrado la eucaristía, ya se encontraba repleta de amigos y seguidores de López Baeza, minutos antes de comenzar el acto religioso.
La Alcaldesa de Archena, Patricia Fernández López, y concejales del Equipo de Gobierno Municipal, el Secretario de la Consejería de Familia y ex alcalde de Archena, Manuel-Marcos Sánchez, así como el cronista oficial de Archena, también han estado presentes en este acto oficial religioso.
Además de curas de la congregación Familia Carlos de Foucauld en España, de la que fue presidente el fallecido, que también han asistido a este funeral, así como el coro Grupo Fontanar de Santo Domingo de Murcia que ha cantado durante la celebración y los franciscanos del La Meced de Murcia.
Según el sacerdote y amigo íntimo de este Hijo Predilecto de Archena, Antonio Sicilia, director de la Eucaristía, todas las lecturas, así como los cánticos que interpretó el coro antes mencionado fueron elegidos por el propio López Baeza, días antes de su muerte.
El Obispo Lorca Planes en su homilía le tributó al fallecido un emotivo homenaje resaltando su humanidad y su dedicación a los demás cada vez que se le solicitaba cualquier ayuda.
Tras la misa funeral, el féretro fue portado hasta la salida del templo parroquial por sacerdotes amigos suyos y despedido por un clamoroso y continuado aplauso de los asistentes a esta ceremonia religiosa.
