Situación límite para Zidane en Estambul… con Mourinho en la recámara

Máxima preocupación en el club blanco. Si el Madrid pierde este martes en casa del Galatasaray, su futuro en la Champions estaría en serio peligro. Y para el técnico francés podría ser letal.

Zidane y su ayudante, Bettoni, en el banquillo de Son Moix. BARBANCHO REUTERS

Fuente: El Mundo

Tras el batacazo de París, cima de un verano marcado por la goleada en aquel amistoso contra el Atlético, en los despachos del Bernabéu se marcó el clásico del 26 de octubre como examen quizá definitivo para Zidane. Una mala tarde ante el máximo rival podría ser su fin en el banquillo, como le sucedió hace un año a Lopetegui. Los CDR se cargaron el gran partido de LaLiga, pero esto no impide que la semana llegue con curvas para el francés, adelantado su juicio para el martes en Estambul. Si vuelve a perder el Madrid, su puesto estaría en verdadero peligro, con José Mourinho como primer candidato a relevarle y Massimiliano Allegri, en el radar también del Manchester, como alternativa más pacífica.

En la ciudad de los dos continentes será la próxima final de la Champions, el 30 de mayo, un destino alejadísimo ahora mismo para los blancos. Su misión urgente en el Türk Telekom Arena es otra. Se trata de sobrevivir en la competición que dominó con poderío hasta hace poco. Con sólo un punto en dos jornadas, el duelo ante el Galatasaray se presenta sin red. Una derrota sería catastrófica, quedando su clasificación para los octavos a expensas de otros, con las fauces de la Europa League al fondo. Un torneo de consolación que si para la mayoría de los gigantes de Europa es una penitencia, para su histórico rey directamente tendría sabor a humillación.

El empate el martes, si el Brujas cumple los pronósticos y pierde con el PSG, aún le daría margen. Y una victoria le despejaría el horizonte en la fase de grupos, siempre que en dos semanas volviera a ganar a los turcos en el Bernabéu. Es decir, las cuentas todavía le salen al Madrid para salvar la liguilla inicial, algo en lo que nunca falló. Sin olvidar, además, que si hay un territorio donde el destino sonrió a Zidane, ese fue la Champions.

MÁXIMA PREOCUPACIÓN

El problema no son las matemáticas, sino las sensaciones que transmite el equipo desde hace meses. Al deprimente fin de temporada pasado, donde ni la llegada de Zidane logró cambiar la dinámica, se ha unido un arranque de curso cargado de dudas. La de Mallorca fue la primera derrota del Madrid en LaLiga, pero en casi todas las jornadas ha sufrido, incluso en partidos que tenía el marcador muy encarrilado.

Su liderato, favorecido por el mal paso del Barcelona, era un bálsamo que no ocultaba los temblores estructurales, con fisuras en todas las líneas; de la portería, con un Courtois lejos de su mejor versión, a la delantera, donde sigue pesando la nostalgia por Cristiano. Cuesta el gol, mucho más si, como en Son Moix, ni siquiera se generan ocasiones. «Así es imposible», suspiró ZZ tras caer contra un equipo recién ascendido, que tan sólo necesitó meterle intensidad y disparar una vez entre los tres palos blancos. Suficiente; 1-0 y vuelta el Madrid a la casilla del disgusto y la desconfianza, la peor indumentaria para viajar a la trascendental cita de Estambul. Tocó domingo de resaca en el club, con el debate sobre el entrenador encima de la mesa.

El cuadro de mando ve un equipo sin la preparación física adecuada, machacado por las lesiones musculares y con fichajes que no suman. Un Madrid sin solidez que termina echando de menos a jugadores que, hace unos meses, se daban por amortizados, como Gareth Bale. También a Modric o Kroos, por su mal campaña anterior. Los tres faltaron en Mallorca (el croata y el galés tampoco estarán en Estambul).

Fue James, otro futbolista que a punto estuvo de salir en verano, el más incisivo, mientras que apuestas personales de Zidane volvieron a fracasar. Jovic, una petición expresa suya, pasó por el partido casi sin salir por televisión. Sí enfocaron a Isco, para comprobar que su rendimiento sigue lejos de lo que exige el centro del campo del Madrid.

APUESTAS DE ZIDANE

La fe en el malagueño, en su versión actual, chirría en las dirección del club, donde también se mira con preocupación a Vinicius. No está dando el salto de calidad que se esperaba, en un estancamiento del que también se culpa en parte al técnico. Todos estos factores pueden formar la tormenta perfecta contra Zidane, si el Madrid cae el martes otra vez. Su despido no es ningún tabú dentro del club, a pesar del desgarro que provocaría la salida precipitada de una leyenda como él, protagonista de la segunda mejor etapa de la historia de la entidad. Sería un trance doloroso que, si el equipo no despierta, Florentino Pérez y José Ángel Sánchez, presidente y director general, tendrían que afrontar.

En ese escenario negativo, el de la derrota en Turquía, el futuro de ZZ quedaría entredicho, casi sin crédito y con muchos días sin partidos, por la suspensión del clásico. En el gabinete de crisis, sobre la mesa un nombre conocido como posible solución para dar un nuevo mensaje, para sacudir la atmósfera deprimida del equipo: Mourinho. Sus amigos en España aseguran que está con ganas del desafío y que llegaría menos beligerante. Pero en el Madrid le querrían tal como es, no descafeinado. Con todas las consecuencias.