El presidente en funciones considera que rompe de manera unilateral las conversaciones y que hace preguntas «falsas» porque no recoge la oferta socialista de ministros de Unidas Podemos.
«Encastillado en una posición maximalista». Así ve el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez a Pablo Iglesias en las conversaciones que ha mantenido con él para intentar conseguir el voto favorable de Unidas Podemos a su investidura. Sánchez ha explotado hoy públicamente en una entrevista en La Ser. Cree que Iglesias ha roto de manera deliberada, «unilateral», las negociaciones con la consulta que ha planteado a la militancia. Una «mascarada», la califica. Una «consulta trucada» para justificar el no a la investidura.
Que se plantea, además, sobre preguntas «falsas» ya que, ha explicado el presidente, no recoge la última oferta. El jefe del Ejecutivo ha revelado que el pasado jueves, en una conversación telefónica con Iglesias le ofreció la incorporación de ministros de Unidas Podemos, de personas cualificadas de esta formación, especialistas en sus campos. Personas con carné de este partido pero con un prestigio reconocido en sus respectivas materias. Ha puesto como ejemplo a la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, o del Cultura, José Guirao, valoradas por su cualificación y no por ser socialistas.Ése sería el modelo con miembros de Unidas Podemos.
Un ofrecimiento a entrar en el Gobierno que no se ha hecho «en 40 años de democracia». Y aún Iglesias dijo que no. «De un manotazo la tumbó y la quitó de la mesa». Y no sólo eso: al día siguiente aseguró en los medios de comunicación que era una «idiotez» y convocó una consulta donde «ni siquiera está incluida esta propuesta».
Desde ese momento la oferta, ha dicho el presidente, «decae». En ningún caso piensa mejorarla.
«He hecho cinco propuestas distintas y las ha rechazado todas». A ver «qué hace ahora», ha señalado, «si quiere o no votar con la ultraderecha», si va hacer lo mismo que haga «Abascal«. El presidente ha dado por hecho que esto es lo que va a suceder. No ve margen después de todo lo que ha sucedido. «O se hace lo que él dice o vota en negativo en mi investidura».
Insiste en que Iglesias hace esa consulta «justificar lo que es injustificable», que es volver a tumbar la investidura de un presidente socialista, como sucedió en 2016, cuando Unidas Podemos votó en contra del acuerdo que alcanzaron Sánchez y Albert Rivera. «Llueve sobre mojado, creo que todo sigue la misma lógica».
Sánchez no ha entrado a detallar si el problema nuclear es la entrada de Iglesias en el Gobierno pero ha afirmado que «no acepta imposiciones». «Debo tener la capacidad de poder decidir a las personas que se van a incorporar a mi Gobierno». Sí ha admitido que siempre ha estado en su ánimo sortear que el líder de Unidas Podemos formara parte de su Ejecutivo, apuntando a las diferencias que mantienen en cuestiones como la respuesta al problema catalán.
Tras indicar que ve cierta «minusvaloración» en que el president de la Generalitat, Quim Torra, pueda optar de nuevo por la «vía unilateral», defiende que España «tiene que estar preparada ante cualquier eventualidad y eso exige un Gobierno en una única dirección, con una cohesión interna al máximo, al 100%, para poder afrontar un nuevo desafío al Estado».
A sólo unos días del pleno de los días 22 y 23 para designar al presidente del Gobierno, Sánchez ve pocas salidas. Volverá, ha anunciado, a llamar a Iglesias, Rivera y Pablo Casadopara que faciliten la investidura. Para que España «no dependa de las fuerzas independentistas». Pero Rivera, ha apuntado, «ni siquiera coge el teléfono» y el diálogo con Iglesias está como está-. El presidente admite que es «bastante pesimista» pero sigue apelando a la «responsabilidad» de todas las fuerzas políticas. Lo hace de manera general aunque la única vía de salida podría ser la abstención del PP.
SORPRESA, EN PODEMOS
Por su parte, Alberto Garzón, coordinador federal de Izquierda Unida, ha acusado al presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, de iniciar «una campaña mediática para culpar del bloqueo al resto de partidos».
«Nos acusa de que no le apoyamos incondicionalmente, es decir, como a él le gustaría. Nos acusa de que él no tenga mayoría absoluta», ha denunciado Garzón, para afear a Sánchez en todo este tiempo no se haya ‘trabajado’ los apoyos necesarios para salir investido presidente.
«Lleva tres meses moviéndose en círculos por si aparece por arte de magia o chantaje esa mayoría. Entre el deseo y la realidad, escogió el deseo. Ahora la fase del cabreo, pues el deseo no aparece», ha señalado.