San Isidro 2018: citas de verbena para nuevos madrileños

Sí se puede. Hoy más que nunca. Estas son sólo algunas pistas para festejar al Santo labrador como mandan las sagradas escrituras de la vanguardia: arte en femenino, cine, manjares castizos regados por ejemplo con champán y todas las horas de música.

“En apariencia es un contrasentido que San Isidro, un labrador del siglo XII, sea el patrón de Madrid, una metrópolis moderna (…). Pero no lo es tanto si tenemos en cuenta que también tiene grandes extensiones de parques, jardines y huertos urbanos”.

Con este chotis de satisfacción nos persuade Manuela Carmena para adentrarnos en el audaz entramado de planes al aire libre de las Fiestas de San Isidro 2018.

Conciencia ecológica, hedonismo comprometido, una esplendorosa campaña inclusiva y más de 200 razones para echarse a unas calles tapizadas de verbenas humeantes, nardos en las caderas, mujeres satisfechas, ‘chunda chunda’, casquería con rollo y ‘barquilleros’ cerveceros.

Mercedes de Bellard

Esto es Madrid y, aquí, hasta el manifiesto más peregrino de la tradición ha de pasar por el tamiz de los tiempos que vuelan.

Estas Fiestas de San Isidro, y el resto de planes surgidos en la víspera del bendito festivo, apelan a las últimas proclamas de la actualidad –feminismo, compromiso con la naturaleza, protección de la infancia, respeto a la diversidad– sin perder un ápice de esa legítima socarronería.

Porque aquí y ahora, en plena era vegana, los madrileños siguen sonriendo ante unas buenas gallinejas o unos buenos entresijos.

Y, posiblemente, mantengan la sonrisa con una cerveza artesanal o con la versión contemporánea de un bocata de calamares, cuya imagen compartirán en tiempo real con el iPhone X en su perfil de Instagram. Pero seamos francos: tanto… tanto no hemos cambiado.

San Isidro

ADIÓS PICHIS, HOLA MUJERES ILUSTRADAS

A estas alturas, las sonrisas ilustradas de cuatro mujeres de edades dispares, obra de la artista Mercedes de Bellard, han dado tres veces la vuelta al mundo de las redes sociales. Valiéndose del aplauso del respetable –las mujeres de Madrid–, Mercedes de Bellard se ha convertido en la estrella local de Instagram apenas horas después de que su nombre apareciera en los créditos de los carteles de San Isidro 2018.

Ni pasacalles, ni misas, ni gigantes ni cabezudos, ni chulapas repartiendo claveles (que también). Este año, el Ayuntamiento de Madrid recibe ovaciones por sus aciertos en la propuesta patronal. No es para menos. Lean.

En primer lugar, el Consistorio ha confeccionado un programa de eventos y actividades que podría pasar por el cartel de un festival de verano para todas las edades: Niño de Elche, Papaya, Pablo Und Destruktion, Coque Malla, Meneo, Viva Suecia, Diego El Cigala, Nathy Peluso, Reyko…

Segundo, porque esta suerte de bienvenida a la primavera, que contempla 200 eventosrepartidos en 15 escenarios, es en su mayoría de acceso libre.

Tercera, y no menos importante, su aspiración feminista y ecológica que ha sido personificada en el rostro de las mujeres felices que inundan las farolas de Madrid, y adornada con la tipografía de la diseñadora Silvia Ferpal.

Cuarto, porque los carteles, con licencia de reconocimiento no comercial, se pueden compartir con los amigos e imprimir en alta resolución.

Por último, la intranet de la programación viene a ser el reflejo de las ilustraciones de Mercedes de Bellard: colorista, intuitiva y concisa. La seña de identidad de esta nueva impronta feminista.

Mercedes de Bellard

‘A LUCIRME CON PARPUSA Y GARROTE BAJO EL BRAZO’

Entre los milagros del Santo, se cuenta que mientras se dedicaba a sus plegarias, los bueyes araban dócilmente la tierra en las primeras horas del día. Creíble o no, lo cierto es que Isidro glorificó el oficio de labrar el trigo que más tarde, convertido en harina, daría razón de ser al alimento bendito de las panaderías de Madrid.

Uno de los fenómenos que mejor han metabolizado los madrileños es precisamente la proliferación, en este último lustro, de nuevas panaderías de barrio. Durante estos días, ocho de ellas conmemoran la figura de San Isidro con decenas de Garrotes del Santo recién horneados al alba perfectos para el picnic del Manzanares.

La versión sanisidriana levanta el ánimo a un buen puñado de devotos del trigo crujiente: una barra de pan que recuerda al azadón del Santo,a base de higos –a veces macerados con vino o anís– y con ajonjolí, como guiño al legado mozárabe, y cubierta de salvado –otra referencia al oficio labriego–.

Estas jóvenes panaderías de barrio elaboran con mimo, hasta el 15 de mayo, esos ‘garrotes’ de hasta 80 cm cuya bondad reside en una materia prima divina, el cariño de una nueva hornada de panaderos, una fermentación prolongada –mínimo de 18 horas– y el ‘milagro’ de la masa madre.

Panaderías como dios manda: Amasa (Iglesia, 10, Majadahonda), 3 Letras Pan (Nueva Zelanda, 32), 180 Obrador (General Saliquet, 10), El Horno de Babette (Joaquín Lorenzo 4, Ramón de Santillán 15, Ayala 79), Hornera (San Manuel, 5), Obrador San Francisco (Carrera de San Francisco, 14), Panadario (Alonso Heredia, 25) y Panifiesto(Mesón de Paredes, 10).

Garrotes de Santo

CHOTIS AL CALOR DEL RABO DE TORO

Antes de encaramarte a alguno de los escenarios de las Fiestas de San Isidro, procúrate una buena ración de rabo de toro, la especialidad madrileña que calienta el sentimiento de toda suerte de carnívoro, muchos de ellos capaces de arrancarse con un chotis a cambio de una ración doble de este manjar chulapo.

Este tipo de corte tierno y suculento se alza como exquisitez local capaz de ocupar puestos en las distintas ligas gastronómicas: desde un puesto callejero hasta los fogones de autor.

Del 15 al 20 de mayo, el restaurante Arado, en el Meliá Serrano Madrid, propone un menú castizo que incluye una original receta de rabo de toro. Diseñado por el chef David Masllorens, este guiño patronal venera el arte de la tradición madrileña con un valiente giro vanguardista.

Menú Arado Castizo: Gilda siglo XXI –tomate cherry confitado con polvo de aceituna y piparra–, ensalada de San Isidro –lechuga encurtida con emulsión de huevo y aceituna verde–, canelón de rabo de toro con germinados, leche frita con helado de vainilla, café y pestiños. Maridaje: vermús y vinos de Madrid y Pedro Ximénez (30€).

Arado Meliá

CINE PARA DÍAS DE VERBENA

En estos días de verbena y pandereta, el barrio de Arganzuela es uno de los puntos calientes de la capital, donde aún hoy habitan las ‘chulapas’ y ‘chulapos’ que inundan la Pradera de San Isidro.

Y en esta ruta de nuevas propuestas para la efeméride madriñeña, no podíamos dejar de lado el lugar que definitivamente marcó el punto de inflexión en la transformación del paisaje y paisanaje del barrio de Legazpi: el Matadero –donde Madrid sí que mata–.

Además de toda su frenética actividad anual, la Cineteca ofrece un plan exclusivo para el martes 15 de mayo, con la colaboración de la revista Mondo Sonoro: una maratón de documentales melódicos.

La sala de cine del Matadero proyectará tres películas que celebran la música y la ciudad de Madrid. Las proyecciones son gratuitas hasta completar aforo.

A las 12 h. Sinfonía de verano: retrato de una ciudad, de Emilio Tomé. Una visión caleidoscópica del Madrid del sopor, noche, fiesta, aventura y letargo (proyección con música en directo). A las 16 h. Madrid Rapde Gorka Abrisqueta Veuthey, una radiografía de la escena Hip Hop en Madrid en 2011.

A las 18 h. Beats from Madrid, de Manuel Sánchez-Cid Rodríguez, un documental basado en el movimiento clubbing de la capital.

Gran Clavel

NARDOS, VIOLETAS Y… UN GRAN CLAVEL

Si de lo que se trata es de ser castizo, empecemos por el nombre. El restaurante del Hotel de Las Letras se ha convertido en la nueva embajada de las especialidades madrileñas en el oriente de la Gran Vía, sus tres espacios –Vermutería, Bar de Vinos, Casa de Comidas– en lugar de peregrinaje tanto para madrileños como para viajeros recién llegados.

Durante todo este mes florido y devoto, las mesas de Gran Clavel serán el escaparate para degustar muchos de los manjares del imaginario patrona: bartolillos de crema, guisos de caracoles, rosquillas –Tontas, Listas y de Santa Clara– amén de las de por sí castizas propuestas del espacio gastronómico del Hotel de Las Letras.

Al calor de los festejos, y entre violetas, nardos y claveles, darán cuenta de delicias de la verbena de la Paloma, un barquillero se paseará por la Gran Vía de la mano de Cervezas Madriz y, en la barra de la Vermutería, cumplirán cada día el ritual del aperitivo: vaso de vermú del día y Gilda (de lunes a viernes de 12.00 a 15.00; 3,50€).

Gran Clavel

LA GARRA ME MATA

En el extremo opuesto de la Gran Vía, mirando a la Plaza de España de Antonio López, nos marcamos un chuleo en los bajos del hotel Barceló Torre de Madrid: cómo ser chulapo y no fracasar en el diseño.

Dejémonos recomendar por los artífices de la carta de Garra Bar, que se atreven con un buen puñado de referencias del recetario castizo en un espacio que bien podría pasar por una coctelería en el corazón de Manhattan.

Interiorismo de Jaime Hayón, diseño mediterráneo y escandinavo –nota: el expositor de bebidas es el más espectacular de la ciudad–, imágenes del estudio Klunderbie y una carta de tasca: boquerones en vinagre con patatas fritas y pimentón, croquetas ‘chulapas’ (de bacalao), ‘las bravas de toda la vida’, barquillos de salmón, aguacate y lima, pincho de tortilla en su punto, soldaditos de Pavía con alioli y churros de chocolate a media tarde.

Coincidiendo con las Fiestas de San Isidro, y por tercer año, Hotel Tapa Tour reúne a parroquianos del picoteo en bonitos hoteles de Madrid. Garra Bar participa en esta competición a la mejor tapa de autor con un bao-cata de bogavante en tempura con alioli, perejil y caviar cítrico, una particular versión oriental del bocata de calamares.

Bao tapa

EL MAR DENTRO DE UN VASO DE GINEBRA

Cuando el sol ya empieza a descender –el momento de fotografiar los rosados y violetas del cielo de Madrid– muchos despiden las horas de luz con conciertos al aire libre y con una excusa para entrar en calor. Pongamos que hablo de… cócteles, de vermú, de licores, de mantones de manila.

Miles de modas después, la ginebra mantiene su pulso como destilado estrella de la coctelería castiza. Durante varias décadas del siglo XX, en vaso de tubo, con unas rocas de hielo y tónica. Hoy, su versatilidad tiene mucho que ver con un bucle creativo en constante evolución que muta de devotos y condición.

Para estos días de divino asueto, Gin Mare ha reunido en un solo vaso las virtudes del licor de madroño, el tierno fruto del árbol madrileño, y el vermú, que no necesita presentación, para diseñar el cóctel Gin Isidro, un trago castizo con reminiscencias del Mediterráneo: 3 cl de Gin Mare, 3 cl de vermú madrileño, 2 cl de licor de madroño, 1 cl de Aperol y romero fresco.

Ginmare

CLAVELES EN LA CABEZA, BRINDIS A LA FRANCESA

Después de una jornada de chotis y picnic en la Pradera del Manzanares, se impone otro de los pasatiempos de San Isidro: irse de tascas. O de tasquitas. Y a lo Ava Gardner. Que pedimos una ración de callos. Claro, pero con champán.

Por eso Juanjo López, maestro de La Tasquita de Enfrente, consideró sensato incorporar el champán Bollinger al menú en conmemoración del Santo patrón. Ahí es nada.

La maison francesa queda unida para siempre a las fiestas patronales con una proposición indecente que podrás degustar en La Tasquita de Enfrente hasta el 26 de mayo (menú: 90€): tres referencias clásicas Le Grande Année Blanc 2007, Special Cuvée y Rosé para seis platos y un postre.

Sopa de ajo, buñuelos de cecina de vaca, ensaladilla rusa con caviar de trucha, espárragos de la huerta con su vinagreta, ‘la oreja’, cococha de merluza con tinta de calamar, callos a la madrileña y, de postre, falsa torrija a la canela.

La Tasquita