El papa invita a los jóvenes birmanos a defender los derechos humanos y la justicia

RTVE  

El papa Francisco ha invitado a los jóvenes birmanos a llevar a su país «la pasión por los derechos humanos y la justicia» en su última misa durante su visita oficial a Birmania, antes de partir hacia Bangladesh.

Desde la catedral de Santa María de Rangún, el templo católico más grande del país, Francisco se ha preguntado cómo es posible hablar de «buenas noticias cuando tantas personas a nuestro alrededor están sufriendo», en referencia implícita a la minoría rohinyá.

«¿Dónde están las buenas noticias cuando hay tanta injusticia, pobreza y miseria que proyectan su sombra sobre nosotros y nuestro mundo?», ha dicho el pontífice.

Pide a los jóvenes fieles que ayuden a quienes sufren

El argentino ha querido dejar un «mensaje muy claro» a todos los jóvenes católicos llegados de todo el país: que «los muchachos y muchachas de Myanmar, no tenéis miedo a creer en la buena noticia de la misericordia de Dios», ha señalado. Asimismo, Francisco les ha encomendado a llevar esta «buena noticia» a quienes sufren, pero «también vuestra pasión por los derechos humanos, por la justicia y porque crezcan el amor y la paz que Jesús nos da».

El papa ha aconsejado a sus jóvenes fieles que se conviertan en «personas que sepan escuchar», por lo que les ha pedido «hablar con Dios y los santos en la oración». «Así que no tengáis miedo de aprender de vuestros propios errores. Dejad que los santos os guíen hacia Jesús y os enseñen a poner vuestras vidas en sus manos», ha agregado. Francisco les ha dicho que «no tengan miedo de hacer lío, de plantear preguntas que hagan pensar a la gente«.

La joven Elisabeth La Npai Nang Doi, que ha ido a la imsa desde un campo de refugiados en Kachín ha dicho que «ha venido a hacer el bien no solo a los cristianos, sino a todos los birmanos». Otro fiel, Jason Myo Khin, ha dicho sobre él que «es un santo».

Por último, les ha pedido que griten «con los corazones signos de esperanza para los que están desanimados, una mano tendida para el enfermo, una sonrisa acogedora para el extranjero, un apoyo solícito para el que está solo». Y les ha exhortado: «¡sed valientes, sed generosos y, sobre todo, sed alegres». El papa ha concluido su viaje oficial al país, en el que se ha reunido con el Gobierno y las Fuerzas Armadas, con una frase en birmano: «Dios bendiga a Myanmar».