Órdago de Cs: o el PP aparta a Cifuentes antes del 1 de mayo o gobernará Gabilondo

EL CONFIDENCIAL

El último juego de la partida de mus ha comenzado. El grupo parlamentario de Ciudadanos que sostiene el Gobierno del PP en la Comunidad de Madrid ha dicho basta. Su portavoz, Ignacio Aguado, pidió este lunes por primera vez la dimisión de la presidenta regional tras estallar el escándalo de su máster en la Universidad Rey Juan Carlos. El objetivo del partido naranja es repetir la ‘operación Murcia’, que sirvió para desalojar a Pedro Antonio Sánchez, toda vez que el entonces presidente acumulaba cinco imputaciones en el marco del caso Auditorio. La situación en Madrid es distinta en las formas, pero no lo es tanto en el fondo. Y por eso han puesto todas las cartas encima de la mesa: o el PP «mantiene el Ejecutivo madrileño o mantiene a Cifuentes», matiza una fuente de la cúpula naranja a este diario. Y los plazos aprietan: el grupo exige que los populares propongan una alternativa a Cifuentes antes del 1 de mayo o apoyarán la moción de censura propuesta por el PSOE.

Los plazos en el caso de Madrid son bastante más relevantes que en el de Murcia. Primero, porque los tiempos políticos no los marca Ciudadanos o, al menos, no solo. La admisión a trámite de la moción de censura por parte de la Mesa del Parlamento madrileño establece como límite máximo para llevarla a cabo el 7 de mayo. Eso significa que Cifuentes tiene 27 días para marcharse o el partido naranja apoyará la moción de censura presentada por el socialista Ángel Gabilondo. No es un farol, explican desde Ciudadanos Madrid, donde no ha sentado nada bien que los populares no hayan apoyado la comisión de investigación propuesta por los de Aguado.

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Ahora la presidenta de la Asamblea, la popular Paloma Adrados, debe fijar la fecha del pleno en el que se debatirá la moción de censura del PSOE. El reglamento establece el plazo: entre el 13 de abril y el 7 de mayo. Aprovechando un pleno ordinario de los jueves o estableciendo un pleno extraordinario cualquier otro día de la semana. Ciudadanos quiere que Cifuentes esté fuera del Gobierno regional antes del puente de mayo, donde tradicionalmente el inquilino de la Puerta del Sol celebra una recepción invitando a partidos políticos, sindicatos y colectivos sociales.

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Entramos por tanto en una fase en la que Ciudadanos jugará sus cartas para transmitir al PP de Madrid que su amenaza es real. Sabe que Cifuentes no quiere irse, «pero no le queda otra opción», explican desde la dirección de Ciudadanos Madrid. La manera de presionar será dejar claro a los populares que apoyarán la moción de censura de Ángel Gabilondo si el PP no fuerza la marcha de Cifuentes y la sustituye por otro candidato. Podemos, en principio, apoyará la moción sin entrar en el Ejecutivo «interino» de los socialistas. Ciudadanos haría lo mismo. Su discurso de regeneración está en entredicho. «Hemos perdido la confianza en Cifuentes», ha recalcado Aguado. De momento Ciudadanos «ha congelado» el acuerdo de investidura con el Ejecutivo autonómico. Mientras no se vaya Cifuentes no se tramitarán y aprobarán las medidas pendientes del acuerdo. Otra manera de presionar.

El portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado. (EFE)
El portavoz de Ciudadanos en la Asamblea de Madrid, Ignacio Aguado. (EFE)
PSOE y Podemos no quieren la ‘vía murciana’ y creen que la estrategia debe ir más allá: desalojar al PP de la Comunidad de Madrid. No basta con sustituir a Cifuentes. Empieza también otra partida entre Ciudadanos y sus compañeros de la oposición, ya que la formación de Aguado quiere que socialistas y morados apoyen su comisión de investigación, la misma que han rechazado los populares. Tras la vía muerta a la que han llegado las direcciones regionales de PP y Ciudadanos, Génova ha decidido establecer contactos con el equipo de Rivera para intentar convencerles de que sigan negociando la creación de una comisión de investigación que evite la moción.

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Desde este lunes los contactos entre las direcciones nacionales de ambas formaciones se han intensificado y en el PP ha tomado las riendas el coordinador general, Fernando Martínez-Maillo, como también sucedió en Murcia durante los 40 días que pasaron desde la primera vez que Ciudadanos pidió la dimisión de Pedro Antonio Sánchez hasta que se consumó la salida. La cuestión es que en las filas naranjas están decididos a llegar hasta el final. De hecho, confirman a este diario que «la contundencia será exactamente la misma» que en el caso murciano.

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«Cifuentes no va a dimitir. Que Ciudadanos haga lo que considere oportuno», fue la respuesta del portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, Enrique Ossorio. Los populares han alegado, desde el principio, que las irregularidades del máster de Cifuentes no son una cuestión que pueda tratarse en la Asamblea: «No se puede hacer una comisión de investigación sobre un máster. Pero hablar con Ciudadanos es como hablar con folclóricos», señaló Ossorio. Los centristas saben que la intención del PP nunca fue apoyar la comisión y ya intuían que iba a jugar con los matices para refrendar su negativa.

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Ahora la pelota está en el tejado de los populares. Cifuentes va a dar la batalla para no irse y Génova tiene que ver con calma las cartas que lleva en esta delicada mano. Por un lado, no quiere perder la Comunidad de Madrid, una de las plazas más importantes del país. Por otro lado, podría apostar por perder Madrid y empezar ya la precampaña hasta las elecciones de 2019 para ‘vender’ que Ciudadanos se ha unido a la izquierda radical y le ha dado el Gobierno a Podemos, aunque la formación morada ‘a priori’ no quiere entrar en un hipotético Ejecutivo de Gabilondo. Una manera de rearmarse para los próximos comicios autonómicos y dañar a su principal rival, que vive su momento más dulce en todas las encuestas.

El líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), en un acto protagonizado con el secretario general de los socialistas madrileños, José Manuel Franco, y el portavoz en la Asamblea, Ángel Gabilondo. (EFE)
El líder del PSOE, Pedro Sánchez (i), en un acto protagonizado con el secretario general de los socialistas madrileños, José Manuel Franco, y el portavoz en la Asamblea, Ángel Gabilondo. (EFE)
Lo que está claro es que PP y Ciudadanos están jugando a erosionar a su oponente. Los populares no han querido ceder ante la comisión de investigación de Ciudadanos, ideada según su opinión para seguir desangrando a Cifuentes. Ciudadanos sabe por su parte que el caso máster se ha vuelto peligrosamente contra ellos, como un bumerán sin control. La disyuntiva para los de Aguado es endiablada: que el PP les acuse de apoyar un Gobierno de izquierda o que parte de su electorado les critique una reacción blanda a la crisis política más importante en la Comunidad de Madrid en lo que llevamos de legislatura.

Este último punto es clave para la estrategia electoral de los centristas y uno de los temas que más está tratando la cúpula naranja junto a los principales dirigentes en la comunidad. Igual que sucedió en Murcia, la opción de que el PP haga la campaña del ‘tripartito’ denunciando un acuerdo de Ciudadanos con el PSOE en que entre Podemos era la opción que menos gustaba a la formación naranja. Pero los acontecimientos han ido evolucionando, dejando a Cifuentes contra las cuerdas, y hoy por hoy en Ciudadanos entienden que habrá que llegar hasta el final. Por eso, la solución ‘a la murciana’ pasa necesariamente por forzar al PP para que nombre a otro candidato y la presidenta abandone la Puerta del Sol. Si la opción A no llega a buen puerto, no dudarán en activar la opción B. Los centristas ven como un balón de oxígeno la posibilidad de que Podemos tampoco tenga interés en entrar en el Gobierno de Gabilondo, porque será más fácil trasladar a la sociedad su punto de vista: jamás pactarán con el partido morado y, al mismo tiempo, insisten, no pueden dejar de aplicar su discurso regenerador porque supondría «defraudar a sus votantes».