Los Reyes eméritos, muy emocionados, dicen adiós a Rubalcaba

El Gobierno, que despide con honores de Estado al histórico dirigente socialista, declara luto oficial hasta esta medianoche para despedir a un dirigente político histórico

Los Reyes eméritos han visitado este sábado en el Congreso la capilla ardiente del exsecretario general del PSOE Alfredo Pérez Rubalcaba, donde se han abrazado con su viuda, Pilar Goya, muy cariñosos. Don Juan Carlos y Doña Sofía han llegado a las once de la mañana a la Cámara Baja, donde han sido recibidos por el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y la presidenta del Congreso, Ana Pastor.

Han estado primero unos minutos hablando los cuatro en el patio y después se han dirigido a la capilla ardiente donde les esperaba de pie Pilar Goya. Los monarcas, ante el féretro, se han santiguado y Don Juan Carlos, con los ojos muy llorosos, ha tocado el ataúd mientras que a la reina se le ha escuchado decir «Qué pena!».

A continuación, ambos se han sentado junto a Ana Pastor, donde han sido saludados por los familiares de Rubalcaba y también por Jaime Lissavetzy, el mejor amigo del exvicepresidente. Tras permanecer cinco minutos sentados y en silencio, se han levantado para despedirse de la viuda y otros miembros de la familia de Rubalcaba, así como del exvicepresidente del Ejecutivo Alfonso Guerra, el presidente de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, y otros exdirigentes socialistas.

A la salida, acompañados de nuevo por Sánchez y Pastor, se han cruzado con Felipe González, también visiblemente emocionado, y su esposa, Mar García Vaquero, con quienes se han abrazado y han estado charlando un rato. También se han fundido en un abrazo Felipe González y Pedro Sánchez, que llevan tiempo distanciados.

La capilla ardiente se ha reabierto a las nueve horas de esta mañana en el Congreso de los Diputados, donde han comenzado a entrar cientos de ciudadanos que aguardaban desde primera hora. Seguirá abierta hasta las dos de la tarde, aunque la fila se cerrará con antelación suficiente para poder cumplir el horario previsto.

Horas antes de que el féretro de Alfredo Pérez Rubalcaba fuera instalado el viernes por la tarde en el Salón de los Pasos Perdidos, las coronas de flores comenzaron a llegar al Congreso. Cintas y ramos con la firma de los principales partidos políticos, la familia y hasta el club de fútbol de su afición innegociable, el Real Madrid. Y a las ocho de la tarde, cuando se abrió la Puerta de los Leones para acoger los restos mortales del exministro del Interior, a hombros de agentes de la Policía y la Guardia Civil, la fila de ciudadanos que aguardaba para despedirse en la capilla ardiente daba ya la vuelta al palacio de la Carrera de San Jerónimo.

La familia socialista, prácticamente al completo, con los de ahora y los de antes, acompañó a la viuda de Rubalcaba, Pilar Goya, flanqueada por el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, y la máxima autoridad del Congreso, Ana Pastor, cuando Felipe VI y y la Reina Letizia llegaron para trasladar su pésame a las ocho y media. Poco después, tras abandonar los Reyes el salón, la capilla ardiente quedó abierta. Así permanecerá este sábado desde las nueve de la mañana hasta las dos de la tarde.

No había este viernes en la Cámara baja quien no rescatara un episodio compartido con Alfredo Pérez Rubalcaba. Compañeros del PSOE y adversarios políticos rebuscaron en la memoria aquella anécdota que mejor pudiera ilustrar al político «brillante», el dirigente «honesto», el hombre «afectuoso», el «servidor incansable» que cogía el teléfono incluso «de madrugada». «Humilde para dejar la política y el poder y retirarse a su plaza en la universidad». Ninguna de las historias persiguió borrar los muchos desencuentros, las refriegas. A pocos metros del hemiciclo de los reproches cruzados, se le recordó en su integridad.

Como un «hombre de Estado» digno de «respeto» le reconoció Mariano Rajoy. El expresidente del Gobierno se acercó a la familia poco después de que expresaran sus condolencias los principales líderes políticos, entre otros Pablo Casado y Pablo Iglesias. La mujer de Rubalcaba le agradeció el texto que publica este periódico y en el que quien fue jefe del Ejecutivo y contrincante en las elecciones generales de 2011 lamenta la pérdida de un dirigente histórico.

José Luis Rodríguez Zapatero, bajo cuyos gobiernos Rubalcaba asumió diversas carteras, la vicepresidenta, Carmen Calvo, ministros y exministros socialistas -Javier Solana, Joaquín Almunia- y populares -Soraya Sáenz de Santamaría, Fátima Báñez-, se reunieron también en torno al féretro. Susana Díaz acudió acompañada por José Antonio Griñán. Mientras, representantes del PSE le recordaron por su contribución a la lucha contra ETA.

El Gobierno declaró luto oficial hasta este sábado a las doce de la noche y las banderas del Congreso y de toda la Administración del Estado se colocaron a media asta. Sobre el féretro, no faltaron las rosas rojas y el emblema del PSOE.