Londres y Bruselas logran un acuerdo sobre el ‘Brexit’ que permite empezar a negociar la futura relación entre Reino Unido y la UE

  • La frontera entre Irlanda y el Ulster será permeable, pero respetará también los acuerdos de paz de Irlanda del Norte
  • También cree que dan garantías suficientes para los ciudadanos europeos en Reino Unido
  • AFP PHOTO / EMMANUEL DUNAND

    El Gobierno Reino Unido y la Comisión Europea han logrado un acuerdo en las primeras horas de este viernes sobre cómo quedará la frontera entre Irlanda y la provincia británica del Ulster una vez que el país abandone la UE. Se cierra así el punto que quedaba sin resolver de los tres asuntos prioritarios que sientan las bases del divorcio antes de pasar a la siguiente fase de la negociación del Brexit, la que debe definir la futura relación económica y política entre Reino Unido y la Unión Europea.

    Después de una noche de trabajo intenso y llamadas cruzadas con Dublín y Bruselas, la primera ministra británica, Theresa May, se ha reunido antes de las siete de la mañana en la capital comunitaria con el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.

    Ambos comparecían poco después ante los periodistas para comunicar el acuerdo que cierra la primera fase del Brexit, la que debía resolver tres problemas básicos: la frontera entre Irlanda y el Ulster, los derechos de los ciudadanos europeos en Reino Unido y de los británicos que viven en la UE y la factura que debe abonar Londres por su retirada del bloque.

    Tusk: la nueva fase de negociación, «la tarea más difícil»

    Ahora, la Comisión Europea considera que se han conseguido «garantías suficientes» en los tres campos y recomienda el paso a la segunda fase de la negociación, la que interesa más a Londres porque definirá el período de transición del Brexit y la futura relación comercial, económica y política entre el país y la UE.

    En ese sentido, el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, ha subrayado que con esa nueva fase empieza «la tarea más difícil», ya que las diferencias entre Londres y los Veintisiete países que seguirán dentro de la UE «son demasiado grandes».

    El paso a esa nueva fase debe aún ser decidido por los 28 países miembros de la UE en la cumbre especial convocada el próximo viernes 15 de diciembre, pero todo apunta a que recibirá luz verde.

    No habrá «frontera dura» entre Irlanda y el Ulster

    Así, la frontera norirlandesa será permeable, es decir, permitirá la libre circulación de personas y bienes, sin establecer nuevas barreras regulatorias o aduaneras, pero respetará «la integridad económica de Reino Unido» recogida en los Acuerdos de Belfast que fijaron las condiciones para el cese de la violencia en Irlanda de Norte.

    Este punto había mantenido bloqueado el avance de la negociación, ya que el Partido Unionista Democrático de Irlanda del Norte -que apoya al Gobierno en minoría de Theresa May en Londres- se negaba a aceptar que no hubiese frontera entre las dos partes de la isla irlandesa, al considerar que eso era, de factoadmitir que el Ulster se separaba de Reino Unido, que sí saldrá de la UE.

    Durante su intervención, May ha insistido en que el hecho de que la frontera sea permeable no supondrá que Irlanda del Norte no abandone la UE, ya que es parte integrante de Reino Unido y este país saldrá entero del bloque.

    Irlanda ya ha bendecido el acuerdo anunciado y el primer ministro irlandés, Leo Varadkar, ha participado en las conversaciones finales para asegurar que no se amplíe la separación de su país con Irlanda del Norte.

    La justicia de la UE, garante de los derechos de sus ciudadanos en Reino Unido

    Además, los derechos de los ciudadanos europeos que residan en Reino Unido seguirán garantizados por la justicia europea y el Tribunal de Justicia de la UE podrá seguir dirimiendo los conflictos que surjan.

    Según ha explicado May durante la rueda de prensa, también los tribunales británicos «harán cumplir los derechos» de los ciudadanos europeos dentro de Reino Unido.

    La primera ministra también ha asegurado que el acuerdo es «justo para el contribuyente británico», lo que permitirá al país en el futuro «invertir más en nuestras prioridades nacionales».

    Hacía así referencia a la factura que Londres debe pagar a la UE por los compromisos adoptados con el bloque que dejará de cumplir, una cantidad que no se ha precisado en la comparecencia de este viernes, pero que fuentes conocedoras de las negociaciones sitúan entre los 45.000 y 50.000 millones de euros, por debajo de los 60.000 millones calculados por Bruselas, pero muy por encima de los 20.000 millones que ofrecían al principio los británicos.