La campaña del langostino acaba con casi 18.500 kilos de capturas en el Mar Menor

La cifra es una de las mejores de la última década y supone el cómputo total alcanzado en 2017

El langostino del Mar Menor ha vuelto a dar alegrías a los pescadores en la campaña de primavera y verano. La veda comenzó el pasado jueves, dejando atrás una de las mayores cifras de captura de los últimos años, ya que entraron en las redes 18.477 kilos desde el 2 de mayo, cuando comenzó la temporada, lo que supone el cómputo total de todo el año 2017. Y aún falta por sumar la cantidad que arroje la campaña de otoño, que los pescadores prevén «abundante», según comentan sobre los numerosos alevines que se enganchan a las redes y que tienen que devolver al mar porque no llegan a la talla mínima de los 10 centímetros estipulados.

Al contrario, los ejemplares capturados en los últimos meses presentan mayoritariamente un tamaño de hasta 18 centímetros, aunque se combinan con langostinos más pequeños, lo que ha hecho pensar tanto a los pescadores como a los científicos que la especie cierra el ciclo de reproducción en el Mar Menor, como prueba la aparición de hembras en diversos estados de reproducción. «He analizado hembras con las gónadas repletas de huevos, y otras con signos de que acababa de soltarlos, lo que revela que pueden estar reproduciéndose dentro de la laguna», explica la bióloga de la Cofradía de Pescadores de San Pedro del Pinatar, Ana Muñoz.

Los precios también han mantenido un nivel a la altura del preciado marisco, con máximos de 52 euros el kilo y mínimos de 34 euros. En ningún caso han llegado al récord de 100 euros el kilo que alcanzaron en 2015, cuando el descenso de capturas -con solo 9.475 euros en todo el año- influyó en el alza de la cotización.

Los precios han mantenido un nivel a la altura del preciado marisco, con máximos de 52 euros el kilo

Abundancia en la lonja

Los ingresos extra que supone la venta de langostinos para los pescadores compensa los duros meses del invierno, cuando la lonja apenas registraba actividad. Con los beneficios del crustáceo, los armadores equilibran su cuenta de gastos para los salarios de los marineros, el combustible y el mantenimiento de las embarcaciones. Por eso el fin de las vedas se convierten en los momentos más esperados del año, cuando los pescadores acuden los siete días de la semana a levantar las langostineras para aprovechar al máximo la campaña. Ya en los últimos años, la especie más apreciada de la laguna pasó en abundancia por la subasta de Lo Pagán, donde se vendieron 24.160 kilos durante 2018, una cifra similar a la de 2016, cuando experimentó la mayor subida de la década, con una cantidad que casi triplicaba a la del año anterior.

Los pescadores levantaron el pasado miércoles todas las charamitas de la costa norte de La Manga, en el Mar Menor. La temporada turística impone restricciones a los barcos pesqueros, que desde primera hora de la mañana hasta el anochecer tienen prohibido dejar las redes caladas en la orilla para evitar interferencias con los bañistas.