Íñigo Errejón: «Podemos y Ciudadanos han tirado al suelo la bandera de la regeneración»

Fuente: El Mundo

El candidato de Más País quiere ser la palanca para un Gobierno progresista y representar a los indignados con el bloqueo político

Hay un sexto jugador nacional en el tablero del 10-N, Íñigo Errejón. Tras dejar Podemos y un breve paso por la Asamblea de Madrid, presenta un nuevo partido con la etiqueta verde con el objetivo de ser la palanca para formar un Gobierno «progresista». Errejón critica con dureza a Pedro Sánchez y a Pablo Iglesias y pretende encarnar la voz de los indignados contra el bloqueo político.

Dice que Más País es garantía de un Gobierno progresista. ¿Porque el PSOE y Podemos no?
Porque no han sido capaces de entenderse. No por una cuestión de programa, sino por un cálculo de intereses de siglas absolutamente irresponsable que nos ha llevado a una repetición electoral cuyo gran beneficiario es Vox. Creo que no lo vale. Un ministerio más para Unidas Podemos o cinco escaños más para Sánchez no merecen esa segunda oportunidad. Y, por cómo se están comportando ahora, nada garantiza que no lo vuelvan a hacer.
¿Y en qué modo ayuda usted? ¿Sería un mediador entre ambos?
No. Nosotros estamos llevando la iniciativa en ser quien de manera más honesta dice ya qué quiere hacer con sus escaños. Dos cosas. Una, creo que hemos sacado ya a mucha gente de la abstención y, si el bloque progresista sigue sumando, es porque existimos. La segunda será llevar la iniciativa. No se les puede dejar solos. Como empecemos otra vez con el maldito juego de las sillas, vamos a acabar igual. Mónica Oltra decía: «Si yo quiero dar 10 pasos y resulta que sólo estamos de acuerdo en dar dos, pues demos dos y a lo mejor después del segundo va el tercero y después el cuarto». Es un pragmatismo que nos aleje del maximalismo por el cual o estoy de acuerdo en todo o me enfurruño.
¿Este pragmatismo cómo se traslada a unas negociaciones?
Las prioridades en España están más o menos claras. Lo que hay que demostrar ahora no es si alguien sabe señalar el horizonte, sino si alguien tiene la capacidad para dar pasos. Tiene que haber una investidura de un Gobierno progresista. Si nos ponemos de acuerdo será con una base muy estable, y si los acuerdos son menores será una investidura y seguiremos negociando. La política no se acaba el día de la investidura, sino que comienza. Si no han llegado a un acuerdo de legislatura, desbloqueen y vayan negociando día a día. Podemos tiene que entender que hacer política útil no es denunciar lo que va mal, sino tener la capacidad de acordar para modificar cosas. Y Sánchez tendrá que entender que, por mucho que le digan sus gurús, tendrá que llegar a acuerdos.
¿Es su gran diferencia con Podemos. ¿Ellos son un todo o nada?
En realidad, sí. No sé quién dijo que el cielo se conquista nube a nube. Significa tener la capacidad de mejorar la vida de la gente.
¿Su apoyo al Partido Socialista sería gratis o cuál sería el precio?
Hay cosas que es evidente que habría que cambiar. Que la reforma laboral se tendría que haber sustituido, la ley mordaza… Lo terrible es que no hemos oído hablar de eso durante este verano bochornoso. Hay muchas cosas en las que podemos estar de acuerdo con el PSOE o Podemos y en las que no podamos estar de acuerdo. Pues oye, trabajaremos para un poco más adelante. Que los desacuerdos de hoy no impidan las cosas en las que sí estamos de acuerdo. Para mí, los tres ejes son reconstrucción del Estado del bienestar, transformación de nuestra economía aprovechando una transición ecológica, y combate contra la violencia machista y contra la desigualdad. Si esto no está hecho no es por discusiones programáticas, es por la soberbia y el egoísmo por el cual algunos partidos se han convertido en una herramienta de bloqueo.
¿Pediría entrar en el Gobierno si obtuviese un resultado notable?
No, eso no es lo importante. Lo fundamental es hacia dónde se dirige ese Gobierno y no quién ocupe las sillas. No es verdad que uno controle más o menos a un Gobierno por tener un ministerio más. Porque los ministros están supeditados a un Gobierno y éste tiene una sola voz. Yo respeto las estrategias de cada formación, pero lo importante es hacia dónde se dirige. Desde el Parlamento también se hacen cosas. No deberían estar en vigor la reforma laboral o los Presupuestos de Montoro. Esas son las cosas prioritarias. Mi posición en un Gobierno no va a ser una línea roja. No va de eso.
Visto que la única razón del bloqueo no fue de programa, sino una coalición, ¿para que lado decantará usted esa balanza tras el 10-N?
Nosotros no acudiremos a ese entendimiento anteponiendo los puestos. Acudiremos anteponiendo las medidas que creemos que se tienen que desarrollar desde ya, y será nuestra contribución. Respeto que cada uno acuda como quiera. Llevamos ocho meses sin Gobierno y cuatro años de repeticiones electorales. Creo que ya está bien, la gente está harta. A esto se le tiene que poner un plazo, porque, si hay números y hay voluntad, en enero debería estar hecho. Esto no es un campeonato de popularidad o de ver quién es más duro. Si ustedes ganan los debates pero pierden gobiernos, no son inútiles. Con todas las letras.
Volviendo a la pregunta, ¿su posición reforzaría un poco la posición de Sánchez de un Gobierno en solitario para empezar a caminar y ponerse de acuerdo en el programa?
Lo que pasa es que a Sánchez hay que preguntarle antes qué quiere. Tiene que decirlo, porque no todos los acuerdos son compatibles. Cualquier tipo de pacto para una abstención del PP sería darse una prórroga de seis meses. En vez de tener elecciones en febrero, sería en mayo, porque no aprobaría unos Presupuestos. Sería otra vez respiración asistida, supongo que para seguir haciendo campaña electoral en Moncloa. La única opción es un Gobierno progresista. Y el PSOE tiene que entender que tiene que colaborar y cooperar con otras fuerzas. Si no lo entiende a la primera, lo acabará entendiendo en el Parlamento.
¿A qué achaca que su candidatura no despegue en los sondeos?
No me preocupa, porque lo he vivido ya en Madrid. Luego multiplicamos por dos el resultado. Tiene que ver con que las candidaturas nuevas son más difíciles de medir. Es lo que está pasando con nosotros y no me cabe duda de que tendremos un grupo parlamentario sobrado.
¿Y está a salvo su futuro político o dependerá del resultado?
El futuro político no debe ser infinito, pero sí que debe ser coherente con lo que uno cree. El clima político en España estaba viciado, como si hiciera falta abrir la ventana, y todos estábamos hartos. La política tiene que servir, precisamente, para aportar soluciones. Estoy orgulloso del paso adelante. Estamos haciendo lo correcto y eso se va a notar ahora.
¿Cree que puede estar en peligro un Gobierno progresista?
Es que no hay alternativa por el otro lado. La derecha tiene un problema: tiene un alien dentro, que es Vox. Y no puedes pactar con nadie más en el corto plazo. La única forma de que sumen es con la abstención progresista o que la miopía de las fuerzas progresistas les regale repeticiones de elecciones.
En un escenario de empate entre bloques, ¿contempla como salida un acuerdo transversal que rompa y deje a Sánchez gobernando solo?
Es que no encuentro las fuerzas que hoy hagan eso. Quien estaba llamado a hacer eso, que es Ciudadanos, hace tiempo que eligió para mal y está sufriendo las consecuencias. La incapacidad de Podemos para pactar y la elección de Ciudadanos de acompañar a Vox y al PP más corrupto -esas dos decisiones de la llamada nueva política- han dejado la bandera de la regeneración tirada en el suelo y hay que volverla a levantar.
¿No ve un desbloqueo a cualquier precio?
Ni aritmética, ni ideológica, ni políticamente. Sólo habrá números para un desbloqueo progresista. Uno de los problemas al que nos enfrentamos es que, antes de que llegue la crisis nos coja con diversificación económica y equilibrio de la balanza social, y eso sólo se hace con políticas progresistas. Ciudadanos lleva en el pecado la penitencia.
¿Por qué ha dejado de pedir un referéndum para Cataluña?
He pensado mucho. Creo que el futuro de Cataluña lo tienen que decidir los catalanes votando, pero creo que lo que tienen que votar es un acuerdo. O sea, el ejemplo del Brexit no es una tontería y el orden de los factores sí altera el resultado. No es lo mismo votar y luego ver qué se hace con eso que acordar y someter el acuerdo de votación. Aspiro a que el acuerdo que sustituya el acuerdo anterior sea grande. Sustituir un acuerdo por otro menor no es un buen horizonte. En Cataluña, hace falta a todo el mundo.
¿Será Más País una nueva fuerza progresista que normalice el uso de símbolos como la bandera? Algo a lo que Podemos no se atrevió.
Creo que a eso hay que ir tendiendo. Una idea de patriotismo que a mí siempre me ha seducido es que cuidar de España es cuidar de su tierra y cuidar a su gente. El patriotismo, para llenarlo de contenido democrático, no tiene que ver con lo que fuimos en el pasado, sino con lo que queremos ser. Creo que la normalización de la identidad española es urgente en el campo progresista. El campo progresista tiene que ser más atrevido y al campo conservador hay que pedirle que no patrimonialice los símbolos de todos. No sé si hay muchos más países en los que una parte del país utiliza el nombre contra la otra parte. Yo no le digo a la gente de la derecha que sean menos españoles. Les pido a ellos que no me lo digan a mí.