El Valencia ya sonríe en Mestalla en una noche estelar de Mina y Soler

Fuente: El Mundo

El canterano se erige en el líder del equipo ante un correoso Young Boys con dos asistencias de gol para Santi Mina y el tanto definitivo

Rodrigo Moreno, pese a no ver puerta, se encargó de abrir huecos a sus compañeros para fabricar el primer triunfo de la temporada en Mestalla

Carlos Soler, Santi Mina y Rodrigo Moreno fueron los pilares indiscutibles sobre los que el Valencia cimentó anoche la ansiada primera victoria de la temporada en Mestalla. Un triunfo vital para seguir vivos en la Champions, que sirve para mirar el futuro con más optimismo. Si ha sido o no un punto de inflexión del Valencia se verá ante el Getafe el sábado. De momento, respira, que no es poco.[Narración y estadística]

Al Valencia, huérfano de gol, le hacía falta ver puerta para afrontar las cosas desde otra perspectiva, con más tranquilidad y aplomo. Y ante el Young Boys, donde se jugaba su futuro europeo, lo hizo ese jugador que está de dulce. Tuvo que ser él: Santi Mina. El mismo que ya le alivió a Marcelino ante el Ebro en la Copa, haciendo un doblete para voltear el marcador. Repitió doblete en Champions. Como un sorbo de agua fresca en medio del desierto.

El primero llegó al filo del cuarto de hora, cuando hasta ese momento el Valencia trataba de dominar, pero sin excesivo convencimiento. Más por impulsos, contra un Young Boys igual de descarado que en Berna, que jugaba a tocar y a presionar bien alto.

Pero se hizo la luz. Buena parte de ese balón de oxígeno lo fabricó Rodrigo, que cayó a banda, arrastró así al central Von Bergen para abrir un pasillo que leyó bien Carlos Soler. El canterano cazó el balón y picó bien ante la salida de Balmoos. El balón se estrelló en el palo, pero Santi Mina, en su sitio, hizo bueno el rechace.

Se frotó las manos Mestalla, con un tanto recibido como oro en paño. Se abría un escenario aparentemente esperanzador porque los suizos se vieron obligados a dar un paso al frente. El Young Boys no sólo continuó asomándose por las inmediaciones de Neto -Assalé desperdició una gran ocasión libre de marca- sino que replegaba rápido y tapaba todos los huecos. Que nadie se lleve a engaño, es un equipo más que limitado para la Champions, pero juega a no regalar nada aplicando los buenos conceptos futbolísticos de Seoane. Pelea y juega bien, si bien ayer se empleó al límite, lo que generó las continuas protestas del Valencia. De hecho, el árbitro perdonó la segunda amarilla a Ngamaleu tras una dura entrada a Wass.

Fue tras una falta no señalada de Sanogo a Coquelin, cuando el Young Boys fraguó la acción del empate. Salió con espacios por delante. Fassnacht pisó área y centró atrás para que Assalé, de impecable derechazo, pusiera las tablas.

Vuelta a empezar sin que un líder levantara la mano en el conjunto español. Ese rol lo cogió el joven Carlos Soler, desnaturalizado cuando actúa por la derecha, pero desequilibrante cuando cae al centro. Nadie en el medio campo tuvo más luces que él, ni Guedes, desaparecido. Fue así, con una rosca precisa al centro del área, como puso en bandeja el segundo. Había que meterlo, pero con un centro tan perfecto, Mina, de nuevo, no lo desaprovechó antes de irse al descanso. Faltaba por ver si el Valencia metería la quinta o daría marcha atrás ante un Young Boys que no quería irse del partido.

Plantaron batalla los suizos, pero en medio del intercambio de golpes, Rodrigo Moreno, que se llevó a tres defensores, pudo combinar con Carlos Soler, que sentenció.

El canterano, en su mejor partido de blanquinegro, encaró puerta y puso la puntilla para regocijo de Mestalla. Una alegría para la grada y el Valencia en un momento vital del curso.