El piloto de la AGA se estrelló al tratar de rectificar una maniobra en picado

Fuente: La Verdad

Defensa investiga las causas, mientras 300 efectivos siguen hoy buscando restos de la nave y del comandante frente a La Manga

Era un piloto experimentado en ejecutar las maniobras más arriesgadas de la Patrulla Águila, entre ellas la que le costó la vida: la caída en picado. La había realizado decenas de veces, solo y acompañado, pero ayer algo salió mal y su avión de entrenamiento, el caza C-101 del Ejército del Aire, se estrelló contra el agua a cuatro kilómetros de la costa de La Manga, a la altura de las playas de Galúa y Barco Perdido. El comandante instructor de la Academia General del Aire (AGA) Francisco Marín Núñez falleció en el acto, según confirmó el Ministerio de Defensa a mediodía, cuando intentaba recuperar el vuelo, tras realizar un ejercicio de «caída en picado», explicó el teniente coronel y subdirector de la AGA, José María Alonso.

Todas las hipótesis continúan abiertas para esclarecer lo sucedido, ya que «aún no sabemos si se ha tratado de un fallo del avión o un error humano», añadió Alonso. El piloto, que tenía más de 3.300 horas de vuelo en reactores, de ellas 1.500 con el C-101, además de haber sido miembro de la Patrulla Acrobática Águila, despegó del aeropuerto de San Javier solo minutos antes de la hora de la colisión, las 9.38 horas.

Tras levantar el vuelo de manera «normal», se trasladó al sector donde tenía previsto realizar las maniobras, en el mar Mediterráneo, frente a la costa de La Manga. La nave mantuvo la comunicación hasta que se perdió su contacto por radar. Tras ver las imágenes captadas por bañistas que en ese momento se encontraban en la playa de Galúa, José María Alonso aseguró que la maniobra que realizó el comandante es «de recogida del avión». «El piloto, seguramente consciente en ese momento, intenta recuperar el vuelo, tras caer en picado, para no colisionar con el agua, aunque no sabemos qué pudo pasar».

«Era un vuelo de reentrenamiento para preparar las clases de los nuevos cadetes»JOSÉ MARÍA ALONSO, SUBDIRECTOR DE LA AGA

Se trataba de un vuelo de «reentrenamiento, para preparar el curso de los cadetes de la nueva promoción en la AGA», que dará comienzo en dos semanas. Los profesores realizan este tipo de prácticas para mantener su instrucción e impartir después la enseñanza en vuelo, dijo.

El subdirector de la Academia defendió que el avión, en la fase final de su vida operativa con casi 40 años de funcionamiento, era «seguro» e insistió en que aún es pronto para dilucidar si el accidente se debió a un error del piloto o a un fallo mecánico. Se investiga si el aviador se eyectó de la nave o no.

Tras el accidente y antes de que pudieran llegar los efectivos de emergencias, varios vecinos de la zona, en kayak, se echaron al agua para intentar rescatar al piloto. En ese momento, gran parte de la zona donde cayó la aeronave se llenó de restos de fuselaje y de combustible, cuyo olor llegó a la costa. Al poco tiempo comenzaron a llegar efectivos de Protección Civil, los primeros en hacerlo, de la Armada, del Ejército del Aire, de Salvamento Marítimo, de Cruz Roja y de la propia AGA. Cerca de trescientas personas fueron desplegadas por la zona a largo del día, en barcas, buques de rescate, motos acuáticas, helicópteros y aviones.

Secuencia del accidente.
Secuencia del accidente. / LV

Sobre las diez y media de la mañana y debido al oleaje y el fuerte viento, comenzaron a llegar restos de fuselaje a la costa, lo que obligó a cerrar al baño las playas de Monte Blanco, Galúa, Barco Perdido y Las Sirenas, todas ellas dentro del municipio de Cartagena. También alcanzaron la arena «restos orgánicos de naturaleza humana», según informó el jefe de Capitanía Marítima, Óscar Villar. Estos fueron retirados, sobre las 13.30 horas, por los forenses, tras un primer análisis.

A 15 metros de profundidad

Las primeras investigaciones de la zona apuntan a que el avión podría estar a una profundidad de unos 15 metros, aproximadamente. Al cierre de esta edición, el capitán marítimo afirmó que aún no se había encontrado el grueso de la nave, como la cabina y los motores, tan solo innumerables restos, entre ellos parte de un ala y de la cola. Los hallados en el mar serán llevados al muelle militar de La Curra, en Cartagena, y los que sean encontrados en el litoral, en los próximos días, serán trasladados a la AGA, donde serán analizados. Al carecer de caja negra el reactor de entrenamiento básico, tanto Villar como Alonso hicieron hincapié en la importancia de recuperar la mayor cantidad posible de piezas, para «encontrar las causas de lo sucedido».

El Ministerio de Defensa puso en marcha, a mediodía, la Comisión de Investigación de Accidentes Militares para determinar las causas del accidente y tras una reunión vespertina de coordinación de los organismos implicados en las labores de rescate, Villar explicó que los trabajos de búsqueda, tanto de los restos del piloto como de las piezas, continuarán hoy. En el operativo, que tendrá que enfrentarse en las próximas horas a una alerta naranja por gota fría en la zona, participan cuatro helicópteros, un avión del Ejército del Aire con base en Palma de Mallorca, dos dragaminas con sonar de barrido lateral el ‘Tambre’ y el ‘Turia’, dos embarcaciones de Defensa y buceadores del Centro de Buceo de la Armada, del Grupo Especialista de la Guardia Civil y de Salvamento Marítimo. Villar prevé que el dispositivo se alargue durante los próximos días debido. Está previsto que una vez que los forenses concluyan la investigación se celebre un funeral de Estado en la Academia General del Aire. Se trata del segundo accidente aéreo con víctimas mortales en solo 24 horas. El de ayer se une al ocurrido el domingo en Mallorca, donde chocaron una avioneta y un helicóptero y murieron siete personas.

Labores de búsqueda de los restos del avión un día después del accidente.
Labores de búsqueda de los restos del avión un día después del accidente. / ANTONIO GIL / AGM