El fracaso del comunismo en sus distintas versiones

Juan AlcarAz Díaz, (ASUNTOS POLICIALES)

Echemos una mirada a cuáles son los países donde la política ha sido más eficaz para derrotar a la pobreza y a la miseria ; a aquellos que han creado las mejores condiciones de vida para el conjunto de la sociedad. No hay un solo país marxista entre ellos. Los países más avanzados y a los que se supone que debemos mirar son democracias. En el otro lado, los países comunistas han ido desapareciendo, uno tras otro y no por una guerra o una invasión extranjera, sino por la incapacidad total de sus instituciones para satisfacer las ilusiones más elementales de una sociedad.

El primer imperio comunista del mundo, exportador nato de escasez y privaciones para la clase trabajadora y abundancia y variedad para los líderes del partido transformador; la felizmente extinta Unión Soviética.Tras más de setenta años disfrutando de las exquisiteces del paraíso totalitario, se desplomó sola . Se diluyó como un oso con los pies de barro , sin intervención extranjera ; porque ensayo tras ensayo, plan quinquenal tras plan quinquenal ; fue incompetente para crear una sociedad moderna, eficiente y con unos niveles de vida aceptables.

El segundo imperio comunista del mundo, China, dado que no era capaz de ni siquiera alimentar a su propio pueblo, prohibiendo la descendencia de más allá del hijo único porque no se les podía sustentar, teniendo que ser varón porque a las chicas se las eliminaba para evitar su capacidad reproductiva.; de repente, se vuelve capitalista para dar trabajo y bienestar a sus ciudadanos. ¡ Toda la vida condenando el capitalismo por ser la fuente de todos los males y acabar con practicarlo como única solución !. ¡ Vaya ejemplo ¡ . A mí me parece la prueba más contundente y definitiva del fracaso del comunismo.

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En este sentido, llevamos más de un siglo en el que los llamados intelectuales han dado más que ejemplo de ceguera política. En primer lugar, por no ver como la realidad estaba muy por encima de las ilusiones del comunismo, contribuyendo así, más que nadie, a devaluar los principios democráticos y a presentar la democracia como la máscara de la explotación y del colonialismo. Algo que la democracia no ha sido nunca. Por lo que pretender alcanzar el paraíso comunista, condujo al final, a construir verdaderos infiernos aquí, en la tierra.

En cambio, la democracia no espera crear paraíso alguno sino un sistema perfectible, que pueda renovarse periódicamente, progresando y combatiendo cada vez con mayor eficacia, todos los grandes problemas que presentan las sociedades modernas : la salud, el trabajo, la educación, etc. Y eso es una realidad que está demostrada con los hechos porque las sociedades más avanzadas y por tanto menos imperfectas, son las sociedades democráticas. Las democracias más imperfectas son siempre preferibles a las dictaduras más perfectas.

Aunque en el mundo de hoy parece que la producción de riqueza se ha convertido en el principal valor, ello está subordinado al principio básico de la democracia como es la participación en los asuntos públicos. Si no se involucra uno en el debate social no tiene luego derecho a quejarse aunque solo sea en el terreno del lenguaje y no hay nada peor que la política para destruir una lengua, a base de frases hechas, incompletas, torticeras, que no expresan la verdad, la realidad. Creo que ese es el campo en el que los intelectuales tendrían un papel importantísimo que desempeñar, aportando ideas sin las cuales una sociedad moderna está condenada a muerte. Y esas ideas deben de proceder de la cultura, que es su gran fuente, su surtidor.

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Los eruditos deberían de contribuir y de una manera muy decisiva, al perfeccionamiento de la doctrina democrática y de sus instituciones. Ahora bien, siempre que el pensador diferencie la ficción de la realidad, que puede ser perfecta y es la que nosotros creamos a través de la escritura y de la literatura. En el dominio se puede alcanzar la perfección. Lo que no es trasladable al terreno social y político porque es imposible que para toda una sociedad, los valores sean los mismos; en que estemos todos de acuerdo en qué es lo bello, los grandes avances o el verdadero placer. Estas cosas varían enormemente, según la personalidad o la idiosincrasia de cada uno. En ese campo y a mi parecer, lo fundamental es que haya una gran libertad, en la que cada uno pueda organizar su vida de acuerdo con sus propios valores y sin perjudicar a los demás.

Ahora y en pleno siglo XXI, unos jóvenes cachorros del marxismo-leninismo, recién abandonada la adolescencia y muy nerviosos por su inexperiencia,  se aprestan a dirigir en régimen de coalición, el Gobierno de una de las naciones más antiguas del mundo y con una sociedad avanzada en democracia. Se trata de España, forjadora de uno de los Imperios en los que se basa la Historia de la Humanidad y madre de más de una veintena de naciones. A sus problemas actuales se le aplicarán remedios viejos con envoltura de regalo para que retrocedamos al siglo pasado. Así está pasando en Cuba, Venezuela, Nicaragua y Corea del Norte. ¿ Iremos en esa dirección ?.