Calviño coordinará la política económica de todo el Gobierno

La ministra será la presidenta de la Comisión Delegada de Asuntos Económicos.

Puede parecer una obviedad, pero no lo es: la ministra de Economía, Nadia Calviño, será la máxima autoridad de la política económica en el Gobierno de Pedro Sánchez. Calviño presidirá la Comisión Delegada para Asuntos Económicos. Hasta hace dos semanas era el propio Mariano Rajoy quien ocupaba ese puesto, escoltado por la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría. El poder de la nueva ministra aumenta porque la Oficina Económica de la Presidencia, que ha tenido choques con el Ministerio de Economía en otros gabinetes, no estará ocupada por un secretario de Estado sino por un director general, es decir, alguien con menos rango en la escala administrativa.

Una vez se ha despejado la incógnita de quién son ministras y ministros empieza a aclararse también cómo va a funcionar el Gobierno. En este punto, una cuestión clave es quien dirige y coordina la política económica y eso también está claro ya: será Nadia Calviño, la ministra de Economía. Ella será la presidenta de la Comisión Delegada para Asuntos Económicos, donde se coordinan los seis ministerios que forman parte del área económica (Economía, Hacienda, Trabajo, Fomento, Transición Ecológica y Agricultura) y se decide que asuntos pasan al Consejo de Ministros, según ha adelantado Expansión y confirmado este diario. No obstante, desde Moncloa matizan que Sánchez, dada su formación económica, tiene la intención de acudir a esa comisión cada vez que la agenda se lo permita.

Durante los seis años largos que Mariano Rajoy ha estado en La Moncloa era él quien presidía esa comisión. La vicepresidenta, Soraya Sáenz de Santamaría, era también la número dos del organismo y lo coordinaba cuando no estaba Rajoy desde 2013. Evitaba así darle más poder a Luis de Guindos o a Cristóbal Montoro, con lo que también se estimulaba la competencia. Más claro estuvo quien lideraba la acción económica del Gobierno en la época de José Luis Rodríguez Zapatero, tanto Pedro Solbes como Elena Salgado tenían entre sus competencias esa atribución. Además, ambos eran, además de ministros de Economía, vicepresidentes segundos, como también lo fue Rodrigo Rato con José María Aznar.

Otra decisión que refuerza la autoridad de Calviño es la reducción de peso en el organigrama a la Oficina Económica de Presidencia. Ya no la ocupará alguien con rango de secretario de Estado sino de director general. Esta oficina, que está ubicada en la propia Moncloa y se encarga de asesorar directa y cotidianamente al presidente en temas económicos, ha tenido mucho peso en los últimos Gobiernos. Que sea un director general quien esté al frente y no un secretario de Estado supone restarle peso, entre otras cosas porque su titular tampoco acudirá a las reuniones de secretarios de Estado previas a los Consejos de Ministros, el consejillo, donde se prepara el contenido de estos últimos.

Con esta decisión es de suponer que se evitarán situaciones como las de Ejecutivos anteriores. Con Rajoy, su primer jefe de la oficina económica, Álvaro Nadal, mantuvo en ocasiones diferencias importantes con el titular de Economía hasta hace unos meses, Luis de Guindos, por ser quien tuviera más influencia sobre el presidente. Tampoco estas relaciones fueron fáciles en la época de Zapatero, el primero y más famoso de todos, Miguel Sebastián, se las tuvo con Pedro Solbes.

Este cambio, de mayor trascendencia, se suma a otras modificaciones de organigrama en los primeros pasos del Gobierno de Sánchez. Uno de ellos llegó en el Ministerio de Trabajo antes incluso de que la titular, Magdalena Valerio, se hiciera cargo de la cartera. El BOE del pasado jueves eliminó la secretaría de Estado de Empleo, que, probablemente, volverá a ser una secretaría general, como lo fue hasta octubre de 2010.