ARCHENA/ OBITUARIO/ Fallece Dª. Carmen Guerrero Alfaro (Maestra del Colegio Miguel Medina)

  

(Miguel Aroca Bernal, director del Colegio Miguel Medina, en representación de tantos maestros y maestras que fuimos tus compañeros y nunca te olvidaremos).

COLEGIO ,MIGUEL MEDINA ARCHENA

OBITUARIO

Dña. F. Carmen Guerrero Alfaro (Maestra)

   Hoy sábado día 11 de agosto, nuestra querida compañera Carmen también nos ha dejado, pero no definitivamente, porque han sido muchas las enseñanzas transmitidas, mucho el cariño dado y muchos los alumnos y alumnas que la mantendrán viva en sus corazones durante toda su existencia.

   “DIME Y LO OLVIDO, ENSÉÑAME Y LO RECUERDO, INVOLÚCRAME Y LO APRENDO).  

      Esta frase de B. Franklin tal vez recoja la esencia de la enseñanza, esencia que Carmen supo aprender y aplicar pronto, aunque lo suyo era algo muy natural, su metodología era algo innato, iba con su manera de ser: hablaba mucho a sus alumnos/as pero también dejaba hablar y provocaba el diálogo, tan necesario siempre, enseñaba realizando actividades de todo tipo durante los 30 años que estuvo en el Colegio Miguel Medina (1973-2003), (no olvidaremos sus teatros, sus belenes con material de desecho, sus canciones, sus cuadros, sus escritos, sus poemas, sus manualidades, sus cientos de ideas creativas,…), pero no se conformaba con ello, además de transmitir y enseñar involucraba a sus alumnos/as en los aprendizajes, así «aprendían» mejor.

   Sin duda ha sido una de las mejores maestras que ha dado este Colegio, de la que ha disfrutado este pueblo al que consideraba el suyo, aunque naciera en Albacete y del que se puede sentir orgulloso este mundo.

   Maestra: por haber hecho mucho más digna nuestra profesión, por haber hecho más digno al ser humano, compañera, aprendimos contigo, disfrutamos contigo, nunca te olvidaremos. DESCANSA EN PAZ.

(Miguel Aroca Bernal, director del Colegio Miguel Medina, compañero y amigo de Carmen y Pedro. Sábado 11 de agosto de 2018, con el corazón encogido, con lágrimas en los ojos y con todo mi amor).

 Carmen en los años setenta

  Carmen con Dña. Dolores Abad, D. Joaquín, Dña. Teresa, D. Pedro y D. Leonardo, en el Curso 1974/75.

Carmen Guerrero con una tutoría de los años ochenta.

Carmen en los años noventa con el alumnado de su tutoría, que se graduaba.

Carmen Guerrero durante los años noventa, con otra tutoría.

   El último escrito que Dña. Carmen realizó para su querido Colegio fue con motivo de la realización del 77 ANIVERSARIO del mismo. Fue en el año 2016 y formaba parte de la revista que lo conmemoraba. Este es el escrito, que traerá de nuevo la imagen de ella a quienes la conocieron y a quienes no lo hicieron, seguro que les servirá para formarse una opinión de ella.

   Con todo el cariño y respeto que se merece, este es el escrito:

Historia de una manchega que se convirtió en “panocha”.

   (Dña. Carmen Guerrero Alfaro, que ha sido maestra de este Colegio durante 30 años).

   Una “miaja” de atención

y un poquito de “pacencia”

que os contaré en cuatro ripios

la historia de esta manchega.

Fue allá… en el siglo “pasao”

¡Dios mío, y “paice” que fue ayer!

Llegué a tierras archeneras

justo en el setenta y tres.

Venía del País Vasco

algo mustia y “esansia”

pero al llegar a estas tierras

que están tan bien “soleas”

me llené los entresijos del alma

de alegría a reventar.

Na más de pasar el puente,

subiendo Carril arriba,

me encuentro con un letrero:

“COLEGIO MIGUEL MEDINA”

(aquí me tocó la china).

¿Este será tu nuevo colegio?

¡Pero si es una ruina!

con tos los cristales rotos,

las “paeres” con “abujeros”

las mesas “encarcomías”

con su tinta y… su tintero.

Pero como Dios no quiso

verme sola en esta brega

me mandó, pa mi consuelo,

unas “güeñas” compañeras:

La Dolores de La Algaida

Y la Teresa, otra manchega.

Las tres jóvenes, con ilusión,

dispuestas a trabajar

y hasta de cambiar el mundo

si se llega  a presentar.

Comenzamos en “seguía”

Obras de restauración:

Pintamos aquellas mesas

“toicas” en “trenicolor”:

unas verdes, otras azul,

otras gris, otras marrón

y aunque seguían tan viejas

daban otra sensación.

Y pa tapar los “bujeros” de las “paeres”

papelicos de color

que llenábamos de flores,

de dibujos y …de amor.

Esto ya “paice” otra cosa,

nos decía el director,

que por aquellos entonces

era Don José Barceló

(un hombre mu bonachón).

Ya estaba “toico” dispuesto

pa comenzar la tarea:

mobiliario, presupuesto

y…¿nuevas “trenologías”?

pero ¡qué imaginación!

Las aulas de bote en bote

de críos, cuarenta y dos,

6º, 7º y 8º

multiplicaos por dos.

¡Qué “güena” materia prima,

¡qué ”güenos” zagales, ¡Dios!

ávidos de conocer

otros medios de enseñanza

que no fueran la palmeta y el “capón”.

 Matemáticas, Dibujo,

Lengua, Francés, Religión,…

Nada  se nos resistía.

¡Qué “güeñas son estas “tías”!

Y ¿es que éramos tan listas?

¡Quiá, es que no había especialistas.

Pa completar la plantilla

vino Teresa Cortiella,

Joaquín el de Alcantarilla,

amén de “chitos” y “chitas”,

que llegaban en pandilla

cada año al comenzar

nuestra tarea escolar.

Compañeros, un montón,

que aunque a todos los nombre,

porque sería interminable,

no me olvido de ninguno,

los llevo en el corazón

igual que Antonio Garrido,

que fue nuestro director.

Y así pasaban los días

bregando con los zagales

¡Qué tarea tan compleja!

Gracias que de vez en cuando

dabas un tirón de orejas.

Hasta que cambió la ley

y nos amargo la “vía”

que a partir de aquel entonces

hay que tratarlos de “Usía”

a ellos, a su papá

a su “maere” y a su “tía”.

 A todo ello, esta menda

Estaba siempre dispuesta,

más feliz que una “chochona”

de la tómbola en las fiestas.

Y me iba involucrando

con la gente y sus problemas

y así, de alguna manera,

y casi sin darme cuenta,

me fui sintiendo archenera

con los niños, en la escuela,

que pa mí eran mis alumnos

los pollicos, yo la “llueca”.

¡Y cómo los protegía!

¡Y cómo los prevenía

de tantos “atollaeros”

que encontraron en la “vía”¡

Y aquel colegio ruinoso

Fue pa mí la “vía” entera

y “muncho” más importante

que el Palacio “e” la Zarzuela.

Y pa mí, tos mis alumnos

mis príncipes y princesas

que cada día con ellos

yo me sentía la reina,

orgullosa cuando ellos

me decían “mi maestra”

Maestra para enseñarles

no solamente las letras,

maestra para escucharles

y guiarle en sus cuitas.

Y como a los pajaricos

darles alas, pa que un día

puedan remontar el vuelo

cada uno en su “medía”.

Y estudiaron “Medecina”

Magisterio, Ingeniería,…

Otros fueron carpinteros, mecánicos…

y diversas profesiones

“toicas” igual de dignas.

Mujeres y hombres de bien

porque al cabo lo que importa es

“ser buena gente” en la “vía”.

Y así fue pasando el tiempo,

treinta años día por día

en aquel colegio pobre de medios

pero ¡tan rico en “experiencias vividas.

Con tan buenos compañeros

que por nada cambiaría

y que, por muchas razones

estoy tan “agradecía”.

Y si, este pobre colegio

estaba bastante deteriorado,

como tantos de esa época,

si hacía frío, a pasar frío

y si llovía, goteras,

pero con mucho calor humano

dentro y fuera.

Y eran los críos felices

y como aún no se conocían

estas “maquinicas”

que ahora “toico” lo saben

na más tocando una tecla

y con ella “guasapean”

y se “icen” cosas tan feas

que los zagales acaban

“munchos” mal de la “mollera”.

¡Entonces era otra cosa!

Jugaban, se peleaban

(era cosa de chiquillos)

con alguna que otra piedra

que daba en el “colodrillo”

y al acabar ¡tan amigos!

Y los pobres padres tan contentos,

confiaban plenamente

en la tarea del maestro

con el máximo respeto

Y es que…¡eran otros tiempos!

 Hoy nuestro querido colegio,

ya decrépito, octogenario,

finaliza su andadura

pero con tan buena suerte.

que ha “venío” a reencarnarse

en ese otro flamante, nuevo, moderno

que lo libra de la muerte,

siempre trágica y mezquina.

Y así será pa los restos

“COLEGIO MIGUEL MEDINA”

Me gustaría, sin duda,

tener yo la suerte esa,

y reencarnarme algún día

¿en qué? Pues, sin dudarlo

en MAESTRA          .

Y para finalizar

este “engendro de panocho”

(el lenguaje de la huerta)

Que me ha salío fatal,

disculpad a esta colega

octogenaria, algo chocha

que, sin dejar de ser manchega

“panocha”

Quiso ser también.

Carmen Guerrero.