A lady above all

Ana Carrasco se convierte en la primera mujer en ganar un Campeonato del Mundo de motociclismo al conquistar el título de Supersport 300 en una carrera donde vive una montaña rusa de emociones

LA OPINIÓN

A la ceheginera le vale con un decimotercer puesto para alcanzar la gloria

Cuando Ana Carrasco Gabarrón acudía a los circuitos acompañando a su padre, Alfonso, que era mecánico de José David de Gea, el primer murciano en subir a un podio del Campeonato del Mundo de motociclismo, el rostro se le iluminaba cada vez que le preguntaban qué quería ser de mayor: «Seré piloto y ganaré un Mundial», decía ante la mirada atónita de quienes escuchábamos a una pequeña niña, de pelo entrelazado, que se paseaba por el box de los circuitos como si estuviera en su propia casa de Cehegín, donde ya hacía sus pinitos con una pequeña moto que le habían regalado a su hermana.

Ayer, en el circuito Magny-Cours, muchos años después de escuchar esa frase premonitoria, Ana Carrasco puso un deporte de hombres a sus pies. Una dama por encima de todos, un éxito histórico, algo que nunca una mujer había logrado en la historia del motociclismo. Como ha ocurrido durante toda su carrera deportiva, no se asustó cuando en la primera vuelta rodaba la vigésimo primera después de salir desde la novena fila de la parrilla de salida. Todos los factores se habían puesto en su contra, sobre todo desde que tras la manga de Donignton Park del pasado mes de mayo que ganó la murciana, los organizadores del Campeonato del Mundo de Supersport 300 tomaron una decisión que no benefició para nada sus intereses. En las últimas carreras su Kawasaki ha llevado 14 kilos más que al principio del curso.

Dorna decidió hacer la media del peso de todos los pilotos, saliendo sensiblemente perjudicada la murciana, que era la tercera que menos pesaba de la parrilla de salida. Por ello tuvo que añadir peso a su motocicleta mientras que otros pilotos se vieron beneficiados al reducirse el mismo, encontrando problemas en el reparto que le han provocado tener que cambiar de pilotaje. Además, en los entrenamientos de Magny-Cours tuvo un problema con un neumático y también rompió uno de los calentadores, lo que provocó que acabara tan atrás que hacía presagiar que era casi imposible que se diera la ecuación que le daba el título. Además, su máximo rival, el holandés Scott Deroue, excompañero suyo en Moto3, salió como una bala y se situó en cabeza.

Pero en la quinta vuelta, cuando la ceheginera era decimonovena y tenía los puntos aún lejos, la prueba dio un giro inesperado. El holandés, que durante dos giros había sido el campeón virtual, sufrió una rotura en su motocicleta y se vio obligado a abandonar. Por tanto, el alicantino Mika Pérez se quedaba como el único rival de Carrasco. Pero el piloto de Altea se puso el mando de la prueba a cinco vueltas del final, mientras que la murciana seguía lejos, un hecho que le daba el título al otro piloto español.

Pero todo podía ocurrir porque hasta ocho pilotos luchaban en el grupo de cabeza, un hecho que beneficiaba claramente los intereses de Carrasco, que a cuatro vueltas del final, en cualquier caso, seguía muy lejos de los puntos, rodando en un grupo complicado. Fue a tres giros del final cuando la murciana lanzó un ataque que le llevó a la decimoquinta plaza, entrando en los puntos, mientras que Mika Pérez se encontraba con un contratiempo que le hacía pasar de la primera a la cuarta plaza, un hecho que daba el título a la ceheginera. Su remontada continuó para situarse decimotercera a solo dos vueltas del final, mientras que en cabeza era María Herrera la que se ponía al frente.

En la última vuelta llegó el ataque definitivo de Mika Pérez, pero fue superado por Dani Valle en la penúltima curva y le dio el título a Carrasco, quien entró en meta en la decimotercera plaza y sin saber que había sido campeona. Hasta que no llegó a un lugar del trazado donde le esperaban los componentes de su equipo, del DSJ Junior Team que dirige el expiloto David Salom, no supo que se había alzado con la corona. Entonces rompió a llorar mientras le colocaban una camiseta conmemorativa que se había guardado celosamente.

La murciana, que nació el 10 de marzo de 1997, se inició en el motociclismo con la moto que le regalararon a su hermana. Después de pasar por el Campeonato de España llegó en 2013 su estreno internacional, convirtiéndose en la mujer más joven en llegar al Mundial de Moto3 y compartiendo box con Maverick Viñales. En la última prueba de esa temporada, en Valencia, logró un brillante octavo puesto.

En 2014 no continuó en el equipo Calvo Team y fichó por la escuadra holandesa RW Racing, donde tuvo como compañero al holandés Scott Deroue y pilotó una KTM. Pero esa temporada la acabó de forma prematura debido a que algunos patrocinadores personales no abonaron el dinero que necesitaba para seguir en la parrilla de salida. Fue un trago amargo, pero prometió que no arrojaría la toalla, como así hizo en 2015, cuando estuvo en el RBA Racing junto a Niklas Ajo y Gabriel Rodrigo, pero su motocicleta no fue competitiva y estuvo siempre lejos de entrar en los puntos.

En 2017 volvió al primer plano internacional para enrolarse en el Campeonato del Mundo de Supersport 300, donde se convirtió en el circuito portugués de Portimao en la primera mujer que ganaba una prueba de un torneo de la Federación Internacional.

En 2018, con el equipo DS Junior Team Kawasaki que dirige el mallorquín David Salom, logró dos victorias, la primera de ellas en Italia y la segunda en Donington Park. A partir de esa cita, con los cambios en el reglamento y al tener que llevar 14 kilos más en su motocicleta, solo pudo ser undécima en la República Checa, décima en Rimini y novena en Portugal.